Intervención del ministro de Relaciones Exteriores de la República de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, en la Primera Reunión de Estados Parte del Tratado sobre la Prohibición de Armas Nucleares

Señor presidente: 

Lo felicito por su elección, así como a los demás miembros de la Mesa de esta histórica primera reunión de Estados Parte en el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (TPAN), cuya entrada en vigor, el 22 de enero de 2021, marcó un hito. Por primera vez, quedó establecido en un instrumento internacional jurídicamente vinculante que las armas nucleares no son solo inhumanas, inmorales y éticamente indefendibles; sino también ilegales. 

Nos reunimos en un contexto complejo, en el que nuestras naciones enfrentan serios desafíos de seguridad. 

Se intensifican las guerras no convencionales, se incrementan y modernizan los armamentos, y se socavan impunemente la paz y seguridad internacionales. Se debilita el multilateralismo y se erosiona la maquinaria de desarme de las Naciones Unidas. 

Vivimos el absurdo de un mundo que derrocha recursos exorbitantes en armamentos, incluyendo armas nucleares, mientras se incumplen los compromisos de ayuda para el desarrollo, aumenta de forma desproporcionada la polarización de la riqueza y millones de personas continúan siendo víctimas del hambre y la pobreza.

El gasto militar mundial, que ha venido creciendo de manera vertiginosa en los últimos 7 años, alcanza ya un récord histórico, y sobrepasa por primera vez la cifra de 2 millones de millones de dólares. Solo Estados Unidos dedicó en 2021 más de 800 mil millones de dólares a la industria de la guerra. 

Los gastos millonarios en armas deberían destinarse a garantizar una vida digna para todos los seres humanos.
En vísperas del 77 aniversario de los criminales bombardeos atómicos que sembraron destrucción y muerte en Hiroshima y Nagasaki, nada justifica que la humanidad siga estando amenazada por la existencia de más de 13 mil armas nucleares, 3 mil 825 de las cuales están desplegadas, listas para su empleo inmediato. 

La eliminación total de las armas nucleares, de forma transparente, verificable e irreversible, es y debe continuar siendo la máxima prioridad en la esfera del desarme. Es la única manera de garantizar que la humanidad no sufrirá nunca más su terrible impacto. 

Señor presidente:

Cuba está firmemente comprometida con el desarme nuclear. El liderazgo de nuestro país en la elaboración y negociación del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares fue otra demostración de ello. 

Por iniciativa de Cuba, apoyada por el Movimiento de Países No Alineados, la Asamblea General de la ONU aprobó designar el 26 de septiembre como “Día Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares”. 

En ocasión de la reciente presidencia cubana de la Conferencia de Desarme, una de nuestras prioridades fue la promoción del desarme nuclear.  

Esa posición es consistente con los principios de política exterior refrendados en la Constitución de la República, entre los cuales se establece que Cuba rechaza la existencia, proliferación o uso de armas nucleares.

Nos enorgullece haber sido el quinto Estado en ratificar este Tratado y que nuestra región cuente con el mayor número de sus actuales Estados Parte. 

Cuba pertenece, además, a la primera región del mundo en proclamarse como una Zona de Paz, en virtud de la cual América Latina y el Caribe ha identificado como prioridad la promoción del desarme nuclear.

Señor presidente:

El Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares es la primera norma jurídica internacional que prohíbe categóricamente las armas nucleares en toda circunstancia y dispone su total eliminación.

Este importante instrumento, que califica explícitamente el uso de las armas nucleares como un acto contrario al Derecho Internacional y al Derecho Internacional Humanitario, complementa la arquitectura internacional de seguridad, desarme y no proliferación.

Tenemos la responsabilidad de adoptar, en esta primera reunión, importantes decisiones dirigidas a garantizar la efectiva implementación del Tratado y su universalización. La delegación cubana contribuirá en todo lo posible a ese propósito.

Señor presidente:

Lograr el desarme nuclear es una cuestión de supervivencia. El momento de pasar a la acción es ahora. 
Como dijera el líder histórico de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz, luchador incansable en favor de la paz y el desarme nuclear, y cito: 

“El uso de las armas nucleares en una nueva guerra implicaría el fin de la humanidad (…) Cualquier gobierno del mundo está obligado a respetar el derecho a la vida de cualquier nación y del conjunto de todos los pueblos del planeta (…) Cuando la vida de su especie, de su pueblo y de sus seres más queridos corren semejante riesgo, nadie puede darse el lujo de ser indiferente, ni se puede perder un minuto en exigir el respeto a ese derecho; mañana sería demasiado tarde (…) En una guerra nuclear el daño colateral sería la vida de la humanidad”.  Fin de la cita.

Merecemos y necesitamos un mundo de paz duradera, justa y sostenible para todos. Un mundo libre de armas nucleares, por el bien de las presentes y futuras generaciones.

Muchas gracias

(Cubaminrex)

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Multilaterales
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