Interviene Juan Antonio Quintanilla Román, embajador, representante permanente de Cuba, en explicación de voto sobre el proyecto de resolución A/HRC/S-36/L.1

Interviene Juan Antonio Quintanilla Román, embajador, representante permanente de Cuba, en explicación de voto sobre el proyecto de resolución A/HRC/S-36/L.1 “Repercusiones del actual conflicto en Sudán sobre los derechos humanos”. 36º sesión especial del Consejo de Derechos Humanos. 

Señor Presidente:

Cuba reitera su posición de principios respecto a ejercicios selectivos y politizados contra países específicos en materia de derechos humanos, que no cuentan con el consentimiento del Estado concernido y que constituyen una interferencia en los asuntos internos de países soberanos.

Este ejercicio es una clara evidencia de la hipocresía de las potencias occidentales y de la manipulación con fines políticas de las labores del Consejo.

Por un lado, se insiste en la racionalización y la eficiencia del CDH, pero por otro se continúan promoviendo mecanismos punitivos y la ampliación del mandato de la Oficina del Alto Comisionado, lo que no solo crea un peligroso precedente, sino que trae consigo gastos millonarios para el presupuesto ya lastrado de la ONU. 

Señor Presidente:

La verdad sea dicha. Las mismas potencias que hoy muestran oportunista preocupación por la situación en Sudán son las responsables de la deformación estructural, la pobreza extrema, la inseguridad alimentaria, la falta de recursos y la imposibilidad de lograr el desarrollo sostenible, debido a la colonización, el neoliberalismo y la financiación de la subvención interna en muchos países en desarrollo.

Si realmente fueran coherentes con el objetivo de apoyar a los países del Sur, comenzarían por eliminar las medidas coercitivas unilaterales y cumplir sus compromisos de Ayuda Oficial al Desarrollo.

Señor Presidente:

Como hemos enfatizado en ocasiones anteriores, solo a través del diálogo constructivo y la cooperación, el Consejo podrá ser efectivo en la promoción y protección de todos los derechos humanos para todos. No permitamos que se continúen construyendo barreras entre los países y los mecanismos de derechos humanos de la ONU. Entendamos de una vez que este tipo de resoluciones punitivas no tuvieron, no tienen y no tendrán ninguna utilidad ni aplicación práctica.

El establecimiento de mecanismos sesgados contra países en desarrollo es inaceptable y no solo contradice el espíritu de cooperación que debe predominar en el tratamiento de los derechos humanos, sino que es una afrenta a la credibilidad del Consejo de Derechos Humanos.

Por estos motivos, Cuba no puede apoyar el proyecto de resolución L.1 y, en consecuencia, votará en contra.

Muchas gracias.

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