Señor Presidente:
La resolución L.29, relativa al papel de la prevención, es un intento por continuar avanzando selectivamente en la implementación del llamado “mandato de prevención”.
Recordamos que intentos anteriores por definir y operacionalizar de forma selectiva el papel de prevención del Consejo y los mecanismos de derechos humanos, han sido confrontacionales, y no han gozado de consenso.
En este sentido, resulta lamentable, que al sacar las referencias a la prevención del balanceado contexto del párrafo 5 de la Resolución 60/251, se continúa dejando fuera, de manera deliberada, sus componentes esenciales, que son el diálogo y la cooperación.
Señor Presidente:
La resolución 45/31, con la cual se intenta reforzar una conexión en el proyecto L.29, es un texto que no gozó de consenso, y no contó en su adopción con el apoyo de un amplio número de estados miembros y observadores de este Consejo, incluida Cuba.
Dicha resolución fue presentada para para tratar de reforzar, aún más, la selectividad, la politización, y los dobles raseros en materia de derechos humanos, desvirtúa y contradice el espíritu de diálogo y cooperación que debería regir en el Consejo, contamina su relación con otros órganos de la ONU, así como el papel de la Oficina del Alto Comisionado y otras entidades del sistema.
Señor Presidente:
Cuba continuará abogando por el respeto y apego a la resolución 60/251, al paquete de construcción institucional del Consejo y su mandato, y a que prime un enfoque constructivo, de diálogo y cooperación en los trabajos de este órgano y de los mecanismos de derechos humanos en general.
En ese sentido, continuaremos trabajando también porque dicho enfoque sea debidamente reflejado en las referencias que se traten de hacer en el futuro al mandato del Consejo, en particular a las cuestiones de prevención de violaciones de derechos humanos. Rechazaremos cualquier intento de manipulación como herramienta de politización y confrontación.
Muchas gracias.