Señor presidente,
Nada puede justificar el genocidio que Israel perpetra impunemente contra el pueblo palestino. Con sus bombas y misiles dirigidos contra la población indefensa de Gaza, Israel ha provocado una catástrofe humanitaria de proporciones extremas en el territorio palestino ilegalmente ocupado durante 75 años.
Demandamos el cese al fuego inmediato y permanente, así como la entrega de ayuda humanitaria a Gaza sin restricciones.
Cuba condena, en los términos más enérgicos los asesinatos de civiles, especialmente de mujeres, niños y de trabajadores humanitarios del sistema de Naciones Unidas; los bombardeos indiscriminados contra la población en Gaza y la destrucción de viviendas, hospitales e infraestructura civil; así como la privación de los servicios de agua, alimentos, electricidad y combustible a la población palestina. Se trata de una evidente violación sistemática de los derechos humanos de toda una población por parte de la potencia ocupante, incluyendo el más elemental de los derechos: el derecho a la vida.
Se impone detener el desplazamiento forzoso de los palestinos de la tierra que por derecho propio les pertenece. Rechazamos todas las acciones de las fuerzas israelíes en la Cisjordania ocupada, que han recrudecido la represión y los asesinatos de los palestinos que la habitan, en una flagrante violación del Derecho Internacional.
Debe cesar la impunidad con que actúa el gobierno de Israel, con el respaldo del gobierno de los Estados Unidos y de otros aliados en la OTAN.
Señor presidente,
Cuba reitera su invariable solidaridad con la causa Palestina y reafirma que jamás estará entre los indiferentes.
Nuestro país apoya la demanda de la República de Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia contra Israel, en relación con las violaciones por parte de este de sus obligaciones como Estado Parte en la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de 1948.
Una solución inmediata a este conflicto, de conformidad con el Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas se hace imperativa.
Es hora de una solución amplia, justa y duradera al conflicto israelí-palestino, sobre la base de la creación de dos Estados, que permita al pueblo palestino ejercer su derecho a la libre determinación y a disponer de un Estado independiente y soberano dentro de las fronteras anteriores a 1967, con Jerusalén Oriental como su capital y que garantice igualmente el derecho al retorno de los refugiados.
Muchas gracias.