Interviene la delegación de Cuba, en el Debate General del tema 8 de la Agenda, titulado “Seguimiento a la implementación de la Declaración y Programa de Acción de Viena”. 57° período ordinario de sesiones del Consejo de Derechos Humanos.

Señor presidente,

Cuba reitera su compromiso con la Declaración y el Programa de Acción de Viena. Exhortamos a todos los Estados a adherirse a sus postulados.

Lamentablemente, a más de 30 años de la adopción de este importante documento, el tratamiento de forma global y de manera justa, equitativa y en pie de igualdad de todos los derechos humanos está aún lejos de alcanzarse.

Por el contrario, países occidentales pretenden imponer su visión sobre esta temática como el único enfoque posible, sin tener en cuenta las particularidades nacionales y regionales, así como de los más diversos patrimonios históricos, culturales y religiosos.

En esos países proliferan tendencias xenófobas y discriminatorias. La apología del odio y de la intolerancia han alimentado el extremismo y los actos terroristas contra Estados soberanos, incluido contra sus representaciones diplomáticas en el exterior.

Algunos países occidentales promueven prácticas nocivas en el tratamiento de los derechos humanos como la selectividad, la politización y mecanismos punitivos contra naciones que no se pliegan a sus intereses de dominación.

De igual manera, continúan imponiendo medidas coercitivas unilaterales, que son contrarias al Derecho Internacional y a la Carta de las Naciones Unidas y tienen efectos negativos en la realizción de los derechos de los pueblos afectados. Ejemplo de ello es el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de Estados Unidos contra Cuba por más de 60 años, mientras se niega a escuchar el abrumador reclamo internacional por su levantamiento, incluyendo la eliminación de Cuba de la arbitraria lista de supuestos países patrocinadores del terrorismo.

Señor presidente,

Reafirmamos la necesidad de privilegiar el diálogo, la cooperación y el respeto mutuo, como única vía posible para la genuina promoción y protección de todos los derechos humanos.

Para concluir, reiteramos que si queremos ser consecuentes con el espíritu de la Declaración y el Programa de Acción de Viena, y con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la objetividad y la no selectividad deben ser las premisas que nos guíen en el examen de las cuestiones de derechos humanos.

Muchas gracias.

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