La comunidad internacional celebra hoy 10 de diciembre, el Día de los Derechos Humanos. Los desafíos a enfrentar son grandes: el incremento de la desigualdad y la pobreza, a causa del injusto orden internacional; el aumento de los efectos del cambio climático, que compromete la vida de las generaciones presentes y futuras; la proliferación del odio, la xenofobia y la intolerancia contra las minorías; y la politización, selectividad y manipulación en el tratamiento de los derechos humanos.
En este complejo escenario, Cuba continúa comprometida con la lucha por establecer un orden internacional más justo, democrático y equitativo que elimine los obstáculos a los esfuerzos nacionales para la realización de todos los derechos humanos. Nos sentimos orgullosos de la obra de la Revolución Cubana que permitió, por primera vez en la historia de la nación, que los cubanos y las cubanas disfrutaran plenamente de sus #DDHH.
El país continúa avanzando en su empeño por alcanzar el más amplio disfrute de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales para todos sus ciudadanos. Se han obtenido significativos avances en la realización de los derechos económicos, sociales y culturales. Se garantiza el cumplimiento del derecho a la salud y educación gratuitas y universales, así como el acceso a la cultura y recreación sanas. El Estado cubano garantiza, a través de sus diversos programas, que cada niña, niño y adolescente tenga la posibilidad y el derecho de estudiar en el Sistema Nacional de Educación y llegar en su formación, con igualdad de oportunidades, hasta donde sus capacidades y esfuerzos le permitan.
Cuba se destaca por su desarrollo cultural, el pleno acceso de la población al arte, la preservación y defensa de nuestra cultura y el enriquecimiento de nuestros valores espirituales. La atención al adulto mayor es una prioridad y para ello se realiza un trabajo multidisciplinario e intersectorial, que garantiza la calidad de vida de este creciente sector poblacional.
Cuba cuenta con un sistema de salud gratuito y accesible, basado en la atención primaria de salud, que asegura cobertura y acceso universal a la totalidad de los cubanos sin discriminación de ningún tipo por sexo, situación económica, color de la piel, creencia religiosa o filiación política. A pesar del injusto bloqueo, Cuba garantiza el derecho a la salud de toda su población, a través de un sistema de salud, único, público, gratuito y accesible al 100 % de la población sin discriminación de ningún tipo, con participación comunitaria, basado en la atención primaria, con el médico y la enfermera de la familia como su principal fortaleza.
La salud de todos los pueblos es una condición fundamental para lograr el desarrollo, y a su vez depende de la más amplia voluntad política y cooperación entre los Estados. Cuba se enorgullece de estar entre los países cuyos gobiernos han hecho mucho, para lograr el disfrute más amplio posible de todos los #DDHH para todos sus ciudadanos, y ha contribuido a que otros países del mundo en desarrollo alcancen esas metas. En ese sentido, nuestro país sigue comprometido con una genuina cooperación internacional sustentada en la indivisibilidad de los derechos humanos, la no selectividad y la no politización.
La cifra histórica de graduados de otras nacionalidades en Cuba, en las carreras de Ciencias Médicas, asciende en este año a 37 mil 333 jóvenes de 141 nacionalidades, de los cuales más del 96% son médicos. En julio se realizó la Graduación Número 15 de la Escuela Latinoamericana de Medicina, en la que egresaron 500 nuevos médicos de 84 países, con la cual este centro arribó a la cifra de 29 mil 639 graduados de 115 naciones. El saldo positivo para la vida de millones de personas en decenas de miles de comunidades de Africa, Asia y América Latina y el Caribe, es incuestionable.
Cuba rechaza los intentos de Estados de Unidos de vincular la cooperación internacional de Cuba en la esfera de la salud con la trata de personas o la práctica de la esclavitud. Esas acciones pretender denigrar la meritoria labor que voluntariamente desarrollan y han desarrollado a lo largo de la historia cientos de miles de profesionales y técnicos de la salud cubanos en varios países, particularmente del Tercer Mundo.
Se trata de una injuria contra los programas bilaterales e intergubernamentales de cooperación, todos legítimamente establecidos entre el gobierno cubano y gobiernos de decenas de países, que han sido consecuentes con las pautas de las Naciones Unidas referidas a la cooperación Sur-Sur y han respondido a los requerimientos de salud que esos propios gobiernos han definido soberanamente.
Es un atentado contra un esfuerzo solidario que ha recibido el reconocimiento de la comunidad internacional y el elogio específico de los más altos directivos de las Naciones Unidas, de la Organización Mundial de la Salud y de la Organización Panamericana de la Salud.