La paz a través del diálogo-Intervención del Embajador Gerardo Peñalver Portal, Viceministro Primero de Relaciones Exteriores y Representante Permanente de Cuba ante las Naciones Unidas

Intervención del Embajador Gerardo Peñalver Portal, Viceministro Primero de Relaciones Exteriores y Representante Permanente de Cuba ante las Naciones Unidas, en debate abierto del Consejo de Seguridad sobre “La paz a través del diálogo: contribución de los acuerdos regionales, subregionales y bilaterales a la prevención y la solución pacífica de controversias”. 20 de octubre de 2023.

Señor Presidente:

Saludamos su presencia como Presidente del Consejo de Seguridad así como la pertinencia del tema seleccionado para este debate abierto, que adquiere gran relevancia ante la peligrosa escalada de acciones en el escenario internacional que atentan contra el multilateralismo y la paz.

La más reciente de estas acciones, el bombardeo indiscriminado de Israel contra la población palestina y la destrucción de viviendas, hospitales e infraestructura civil, así como la privación de los servicios de agua, electricidad y combustible a la población palestina, deben ser detenidos de inmediato.

Nada puede justificar tales acciones, que constituyen graves violaciones del Derecho Internacional Humanitario. Se impone un inmediato cese al fuego, el acceso de ayuda humanitaria a la población civil, a la vez que se evite el desplazamiento forzoso de los palestinos de la tierra que por derecho propio les pertenece.

No puede existir paz si se permiten violaciones atroces al Derecho Internacional Humanitario como las que acomete Israel, la potencia ocupante, contra Palestina.

La complicidad de los Estados Unidos en la comisión de estos crímenes de guerra, es vergonzosa y sienta un precedente muy peligroso en el camino hacia la paz. Reafirmamos la firme aspiración del líder histórico de la Revolución cubana Fidel Castro Ruz, a “una paz con respeto, una paz con derechos, una paz con independencia y una paz con seguridad para todos los pueblos del mundo”.

El camino para garantizar la convivencia pacífica y preservar la paz y la seguridad internacionales es la preservación del multilateralismo y el pleno respeto a la Carta de las Naciones Unidas y a los principios y normas del Derecho Internacional.

Para fomentar la paz, es preciso atender las causas raigales de los conflictos y sus antecedentes históricos. Asimismo, será necesario fomentar el diálogo, la solidaridad y la cooperación internacional, sobre la base de las prioridades identificadas por los Estados concernidos. Resulta vital promover la solución de los conflictos por medios pacíficos, a través de la negociación y el diálogo, en correspondencia con el Capítulo VI de la Carta de las Naciones Unidas, de manera que se garanticen la seguridad y soberanía de todos por igual, así como la paz, la estabilidad y la seguridad regional e internacional.

Observamos con preocupación las retóricas amenazantes, la imposición de sanciones y medidas coercitivas unilaterales, las políticas injerencistas y los dobles raseros. La manipulación de los hechos a base de mentiras orquestadas mediáticamente, la satanización de gobiernos para provocar cambios de régimen y el uso de las tecnologías híbridas en la llamada guerra de cuarta generación para la desestabilización política, se han convertido ya en práctica inaceptable de algunos Estados. No conducen a la paz los intentos de imponer un pensamiento único en escenarios multilaterales.

Cuando se habla de “construir un mundo sujeto a reglas”, se intentan reemplazar las normas reconocidas por el derecho internacional y en los propósitos y principios consagrados en la Carta de la ONU; enfoque selectivo y sesgado que no compartimos. Solo se podrá edificar un mundo de paz sobre bases de justicia, asumiendo el multilateralismo como único camino posible para la solución de los conflictos, y dirimiendo nuestras diferencias con total apego a los principios de la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional. Señor Presidente: Casi una década después de su promulgación, la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, adoptada en La Habana en la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), mantiene su relevancia y vigencia.

Dicho documento refrenda el compromiso de los países de América Latina y el Caribe con la solución pacífica de controversias, a fin de desterrar para siempre el uso y la amenaza del uso de la fuerza en su proyección internacional y en sus relaciones entre sí.

En este contexto se inscriben los esfuerzos regionales destinados a poner fin al último conflicto armado en América Latina, que ha persistido desde hace medio siglo en Colombia. Cuba se enorgullece de su contribución como garante y sede de los diálogos de paz para alcanzar una solución política a dicho conflicto, lo cual evidencia el compromiso con la promoción de la paz en nuestra región y en el mundo.

Señor Presidente:

Cualquier esfuerzo internacional en favor de la paz deberá partir del compromiso de los Estados miembros con el cumplimiento de los instrumentos y acuerdos intergubernamentales multilateralmente negociados, y de la observancia de los mandatos de los órganos pertinentes de las Naciones Unidas.

La idea de aplicar un enfoque de prevención al pilar de paz y seguridad, esbozada en el informe del Secretario General llamado “Una Nueva Agenda para la Paz”, exige un estricto respeto a la Carta de las Naciones Unidas, en particular a los principios de soberanía nacional, integridad territorial, el derecho inalienable de los pueblos a la autodeterminación, la independencia política y la no injerencia en los asuntos internos de los Estados, a fin de garantizar que dichos enfoques no sean utilizados como pretexto para justificar el avance de agendas e intereses geopolíticos.

Una nueva agenda de paz precisa también una reforma integral y profunda del Consejo de Seguridad, una mayor representatividad de los países del Sur, más democracia, transparencia e inclusividad en sus labores y procedimientos, y el cese de su intromisión en el mandato y funciones de la Asamblea General y otros órganos, para preservar la eficacia y la credibilidad de la Organización.

El mundo hoy, quizás como nunca antes, está urgido de una nueva coexistencia civilizada, sobre la base de un orden internacional justo y equitativo, donde prevalezcan la solidaridad, la cooperación, el diálogo y la integración entre los países. Hagámoslo posible.

Muchas gracias. (Cubaminrex)

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