Guatemala, 31 mar (Prensa Latina) La guatemalteca Silvia Solórzano conoce bien la tradición solidaria de Cuba con su país, donde una brigada reparte salud desde hace más de 21 años y reconoce hoy como gigante el esfuerzo de la isla frente a la Covid-19.
Entre héroes y heroínas anónimas para enfrentar esta pandemia, las brigadas médicas cubanas llegan día a día a diferentes países, de manera solidaria, para contribuir y sumar esfuerzos en diferentes latitudes, afirma a Prensa Latina la también profesional de la salud.
Su aporte no es nuevo, han estado desde hace más de 30 años, por emergencias ante desastres naturales o de manera más permanente, reforzando los precarios sistemas de salud en países de África, Asia y América Latina, recuerda.
Labor silenciosa, discreta, profundamente humanista y solidaria que ha contribuido a salvar cifras incalculable de vidas humanas, hoy presentes en alrededor de 60 países (cifra cambiante por los vaivenes políticos como ha sucedido en Bolivia, Honduras o El Salvador), asegura.
No obstante, por estos días es masiva e inmediata la disposición del personal médico ante el planteamiento del Estado Cubano de compartir su experiencia y dar su aporte en los esfuerzos mundiales para enfrentar la pandemia del nuevo coronavirus, puntualiza.
También ahí vemos la presencia de mujeres, en muchas ocasiones a la cabeza del contingente de batas blancas, que llevando el corazón solidario y la bandera cubana por delante, desciende del avión para apoyar a otros pueblos, rememora, y no oculta su satisfacción porque buena parte sean féminas.
A juicio de Solórzano, además de disposición y decisión política, hay experiencia acumulada, pues, sostiene, estas Brigadas Médicas Cubanas estuvieron hace dos años en África combatiendo la epidemia del Ébola, enfermedad mucho más letal que la que hoy tiene en vilo al mundo.
Junto a la isla, considera justo resaltar también el inmenso apoyo del pueblo y Estado chino para trasladar su experiencia y ayuda material a otras naciones golpeadas por la pandemia.
Ya hemos visto aplausos desde los balcones y el video del homenaje a las enfermeras que trabajaron en Wuhan. Siempre será insuficiente el agradecimiento y reconocimiento a ellos y ellas, valora.
No obstante, cree que las acciones solidarias de las brigadas cubanas son de otra dimensión y por ello merecen especial reconocimiento.
Su respeto y admiración hacia tantos héroes y heroínas anónimas que trabajan largas jornadas, en ocasiones entregando su vida para enfrentar esta pandemia, encontraron espacio en el medio digital ruda.gt, el cual visibiliza desde enero de 2020 las luchas de las mujeres en diferentes latitudes y también en Guatemala.
Pero más allá, son experiencias que ha podido constatar de primera mano en su activismo desde la Coordinadora Guatemalteca de Solidaridad con la mayor de las Antillas y en sus recorridos por los rincones más olvidados de la tierra del Quetzal.
Allí donde la Brigada Médica Cubana se esparce por 16 de los 22 departamentos y cubre 143 puestos y centros de salud, 35 Centros de Atención Permanente, 10 Materno-Infantil y cuatro instalaciones oftalmológicas (Misión Milagro), todos bien alejados del bullicio de las cabeceras departamentales.