Estimados organizadores del Festival de Cine Latino.
Estimado público.
Es un placer para mí, como Embajador de la República de Cuba en Austria, el poder pronunciar unas palabras antes de que se adentren en la vida de Omara Portuondo, esta admirada mujer cuya voz, intacta, a pesar de sus tantos años, ha regalado, durante toda su carrera, canciones que ella ha engrandecido y hecho inolvidables.
Omara es, además, un símbolo de la mujer cubana; mulata jacarandosa, con un contagioso sentido del humor y una picardía en la mirada que es una de sus cartas de presentación.
Su historia es versátil y rotunda. Su sentido del ritmo y musicalidad: impresionantes.
Sus cualidades vocales excepcionales, unidas al don natural, y la experiencia adquirida al lado de grandes músicos cubanos, conformaron esa voz que aún conmociona a todos los auditorios.
Muchos coinciden en que Omara hace con su voz lo que le viene en gana y que canta todas las canciones, hasta las más superconocidas, a su propia manera, y es muy difícil seguirla.
De Omara mucho podría decirse. Ha recibido múltiples reconocimientos y lauros, como el Premio Nacional de Música, en 2006, el Grammy Latino o el título Doctor Honoris Causa en Artes que otorga la Universidad de las Artes de Cuba, en 2018, entre otros muchos.
Pero Omara atesora premios que no pueden exhibirse en una vitrina, y son realmente transcendentales. Fue nombrada hace muchos años, “La novia del feeling”, por su participación decisiva en este importante movimiento musical en Cuba. Algún tiempo después recibió el título de “La Diva del Buena Vista Social Club”, y en ambos casos contó con el acompañamiento del amor incondicional de sus compatriotas.
Por eso, los invito a escuchar la sublime voz de Omara Portuondo, y, por qué no, después, decidirse a visitar Cuba y poder ver y escuchar, con sus propios ojos y oídos, la musicalidad y versatilidad de los artistas cubanos.
Les aseguro que no se van a arrepentir al hacerlo.
Muchas gracias.