El canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla expresó ante la Asamblea General de la ONU la vocación soberana de Cuba, y su enérgica condena a las declaraciones irrespetuosas, ofensivas e injerencistas proferidas unos momentos antes allí contra la isla y su Gobierno por la embajadora de EE. UU., Nicky Haley, al tiempo que denunció la aviesa política de Donald Trump contra la Isla y rememoró los antecedentes históricos de un denominado conflicto bilateral que tiene su base en los apetitos del Norte sobre nuestro país.
Hablo a los ciudadanos norteamericanos y a los cubanos residentes en este país presentes en la sala, dijo el Ministro cubano del Exterior al iniciar su intervención de presentación de la Resolución de Cuba contra el bloqueo económico, comercial y financiero de EE. UU. contra ese país y que se votará en este momento.
Rodríguez Parrilla ratificó en sus palabras que el pueblo cubano no renunciará jamás a construir una nación soberana, independiente, socialista, próspera y sostenible, y denunció el retroceso, justificado en la mentira, que ha significado la política del presidente Donald Trump para las relaciones bilaterales, así como el carácter criminal del bloqueo en violación de las leyes internacionales.
EE. UU. un flagrante violador de los derechos humanos
Al iniciar su intervención, Rodríguez Parrilla recordó a la Embajadora de EE. UU. que ese país, donde se cometen flagrantes violaciones de los derechos humanos que suscitan profunda preocupación de la comunidad internacional, no tiene autoridad moral para criticar a Cuba, un país pequeños, solidario, de amplia y reconocida trayectoria internacional, noble, trabajador y amistoso.
Habla ella, continuó el Ministro, a nombre del jefe de un imperio responsable de la mayor parte de las guerras que se libran hoy en el planeta, que asesina inocentes y es el factor decisivo de inestabilidad mundial al tiempo que amenaza la paz y la seguridad internacional, pisoteando el Derecho Internacional y la Carta de la ONU, que cínicamente ella invocó, dijo.
No han sido 55 años, se equivoca en su primera frase, le replicó Parrilla la Embajadora de EE. UU. (Ha sido) más de un siglo el tiempo transcurrido desde el origen de los hechos que hoy se discuten, afirmó.
Ella miente, dijo de la diplomática de EE. UU. Usa el mismo estilo que prevalece hoy en la política estadounidense.
Todo empezó antes de que existiera incluso la nación cubana. Cuando el pueblo cubano se alza en armas en 1868 por vez primera, recordó, ya se habían desatado los apetitos de anexión del que después sería imperio estadounidense.
En 1898, usando un pretexto, como caracteriza a la historia moderna de Estados Unidos, con la voladura del buque Maine en puerto cubano, entró ese país como aliado de las fuerzas independentistas cubanas al contexto de la Isla. Y ocuparon el país después como invasores, impusieron la Enmienda Platt, cercenaron la independencia y soberanía de Cuba, protagonizaron tres ocupaciones militares, impusieron 60 años de dominio absoluto que terminaron el primero de enero de 1959 con la entrada del Ejército Rebelde en La Habana y el triunfo de la Revolución Cubana, que hasta hoy libra las mismas luchas que inspiraron a nuestro pueblo hace mas de cien años, dijo, seguido de aplausos del plenario que matizaron su discurso.
Ella miente, reiteró Bruno Rodríguez acerca de la Embajadora de EE. UU. Ha usado una frase, supuestamente atribuyendo a una fuente cubana, una afirmación sobre la llamada Crisis de Octubre de la cual le invito a que diga su fuente, su autor; que presente evidencia.
Parece un tuit de los que proliferan en este país en estos tiempos de odio, división y política sucia, señaló el Canciller, otra vez seguido de aplausos.
Trump y la misma vieja política contra Cuba
Al triunfo de la Revolución Cubana —dijo, retomando el curso de la historia— el Gobierno de los EE. UU. fijó como objetivo el «cambio de régimen»: no es nueva la política enunciada por el presidente Trump el 16 de junio. Es, sentenció, la misma política, la vieja política anclada en el pasado.
Mencionó la representante de EE. UU. al embajador Stevenson —dijo Rodríguez Parrilla en torno a las aseveraciones de ella con relación a la llamada Crisis de Octubre o de los Misiles—, pero se olvidó comentar que a él correspondió el deber, engañado por su Gobierno, de mostrar ante el Consejo de Seguridad las fotos de supuestos aviones cubanos con el emblema de la fuerza aérea de la Isla que el 15 de abril bombardearon La Habana, provocaron bajas y constituyeron el preludio de la invasión por Playa Girón.
Esos bombardeos, y la mentira involuntaria del embajador Stevenson, engañado por su Gobierno, se produjeron antes de la declaración del carácter socialista de la Revolución Cubana. Esos bombardeos fueron anteriores, remarcó.
Ha hablado de la Crisis de Octubre, se habla en estos días del asesinato del presidente Edward Kennedy, la desclasificación de documentos… Ha sido ocultada al pueblo de Estados Unidos la verdad por demasiado tiempo. Desclasifíquese todo, demandó.
Pero si ella quiere hablar de esos temas, le recomendó, que lea Entrenado para asesinar a Castro, un libro del agente CIA Antonio Vesiana, quien cuenta allí de su encuentro con el también agente de la CIA David Phillips y con Lee Oswald en Dallas, en la tercera semana de septiembre de 1963.
Ha sido una historia de mentiras y agresiones, sentenció.
Recordó operaciones de la CIA para derrocar al Gobierno cubano como Mangosta, y apuntó que en esos momentos, 261 000 soldados de Estados Unidos estaban listos para una invasión directa a Cuba.
Funcionaba en Florida entonces, recordó, una base de la CIA con más de 700 oficiales, la más grande la historia hasta la creación de la base de la CIA en Saigón.
Hablo por mi pueblo, dijo Bruno Rodríguez, y por los que no pueden llamar al presidente Trump y la Embajadora de EE. UU. por sus nombres pero sienten y piensan como yo.
EE. UU. está solo en el tema Cuba
Al menos ella ha reconocido el absoluto aislamiento de EE. UU. en esta sala y en este mundo.
Están solos en el tema del bloqueo a Cuba, aseguró en medio de aplausos.
Junto a la agresión militar, recordó, vino la fabricación de pretextos, los planes de invasión directa a Cuba, medidas de asfixia económica, terrorismo de Estado y subversión, siguiendo al memorando estadounidense de 1960 que dicta, en relación con la política hacia Cuba, provocar el desengaño y el desaliento mediante la insatisfacción económica y la penuria, negándole a Cuba dinero y suministros para reducir salarios, provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del Gobierno. Para ello fue creado el bloqueo contra Cuba, argumentó.
El bloqueo, violación de los DD. HH.
Sin embargo, cuando los presidentes Raúl Castro y Barack Obama realizaron los sorpresivos anuncios de diciembre de 2014, el entonces Presidente de EE. UU. calificó al bloqueo como un fracaso y algo obsoleto, causante de daños al pueblo cubano y de aislamiento al Gobierno de EE. UU.
Después lo describió como inútil para hacer avanzar los intereses estadounidenses; fallido, inviable y una carga para los ciudadanos.
Pero nunca se reconoció al bloqueo como una violación flagrante, sistemática y masiva de los derechos humanos de los cubanos, lo que omitió cínicamente la Embajadora de EE. UU., apuntó. No se refirió ella al bloqueo como un acto de genocidio según la Convención de Ginebra, ni renunció a sus fines de avasallamiento de nuestro pueblo.
No obstante, dijo, el Presidente de Estados Unidos entonces declaró su decisión de emplear las facultades ejecutivas y trabajar con el Congreso para levantar el bloqueo.
Reflejo práctico de esa voluntad fue el voto en abstención de EE. UU. en el debate de la Asamblea General sobre la Resolución cubana contra el bloqueo de 2016, algo sobre lo cual la Embajadora acaba de burlarse, remarcó.
Rodríguez Parrilla consideró que produjeron progresos sustanciales en ese periodo en materia de diálogo y cooperación en diversas esferas. Pero el bloqueo se mantuvo en todo lo fundamental en estos dos años, afirmó, aunque se adoptaron decisiones ejecutivas que modificaron su aplicación, decisiones que calificó de limitadas pero positivas.
Rodríguez Parrilla recordó que el pasado 16 de junio el presidente Donald Trump proclamó al bloqueo como eje fundamental de su política anticubana y anunció medidas para su endurecimiento en lo que calificó como un discurso anticuado y hostil propio de la guerra fría, con el cual retornó a las gastadas alegaciones sobre supuestas violaciones de los derechos humanos para justificar el fortalecimiento del bloqueo, denunció.
En este podio se ha escuchado hoy a su caja de resonancia, sentenció.
Trump no tiene autoridad moral para cuestionar a Cuba, aseveró el Ministro, quien dijo que aquel presidente un Gobierno de millonarios destinado a tomar medidas contra los pobres, las minoría e inmigrantes y que alienta el odio y la división, pregona peligrosamente excepcionalismo y el supremacismo que provocará más violencia, alertó.
Trump ignora a sus electores pues dos tercios de los estadounidenses apoyan el fin del bloqueo, dijo.
El titular cubano denunció que existen en EE. UU. la corrupción de la política, que está secuestrada por los intereses del dinero y que faltan garantías de educación, salud y seguridad social.
Merecen condena, dijo, el uso de la tortura, el asesinato de afroamericanos por la policía, las muertes de civiles por sus tropas, el uso racialmente diferenciado e indiscriminado de la pena de muerte, el asesinato, vigilancia y represión de inmigrantes; la separación de familias con la deportación de menores y la amenaza a hijos de inmigrantes que crecieron en EE. UU.
La política anunciada, denunció, se propone retrotraer las relaciones bilaterales para satisfacer a los círculos extremistas y a un pequeño grupo de origen cubano en la Florida.
El memorando de política hacia Cuba incluye nuevas prohibiciones a las relaciones de compañías estadounidenses con empresas de Cuba y restringe la libertad de viajar a os estadounidenses denunció.
En las últimas semanas, dijo, el presidente Donald Trump ha reiterado en cuatro ocasiones que su Gobierno no levantará el bloqueo a Cuba a menos que esta realice cambios en su ordenamiento interno.
Cuba jamás aceptará condicionamientos e imposiciones, y le recordamos al Presidente y a su Embajadora que este enfoque aplicado por sus predecesores, nunca ha funcionado ni va a funcionar.
Será uno más en la cuenta de una política anclada en el pasado.
Más recientemente, con el pretexto de afecciones a la salud de sus diplomáticos, sin la menor evidencia sobre su causa y origen, EE. UU. adoptó nuevas medidas políticas contra Cuba que profundizan el bloqueo y afectan las relaciones bilaterales.
Entre ellas, suspendió la emisión de visas a viajeros y emigrantes en su Consulado en La Habana, lo que perjudica el derecho a sus ciudadanos viajar a Cuba y a los de la Isla a visitar EE. UU. como han hecho más de 163 mil cubanos este año, al tiempo que dificultad la reunificación familiar de otros, a tenor con el acuerdo bilateral de otorgar no menos de 20 000 visas anuales a cubanos para visitar Estados Unidos.
Las anunciadas entrevistas a cubanos, para ello, en consulados en terceros países, y en la sección consular estadounidense en Bogotá para los emigrantes encarecerá los trámites, advirtió, y los hará inviables para buena parte de ellos.
¿Dónde están sus derechos en el discurso de los Estados Unidos?, preguntó.
El Gobierno de Estados Unidos, prosiguió, también emitió una infundada y mendaz advertencia a sus ciudadanos para que eviten visitar Cuba.
El Ministro cubano alertó también que mediante la injustificada expulsión del personal del consulado cubano en Washington, el único en EE. UU., este ha limitado la capacidad a este para proveer servicios a los viajeros estadounidenses y cubanos residentes en EE. UU., quienes tienen absoluto derecho a relacionarse con su nación, demandó.
También redujo el personal de nuestra Embajada de manera infundada, denunció, lo que ha provocado el desmantelamiento de su oficina económica comercial con el avieso propósito de privar de interlocutor al sector empresarial de EE. UU. interesado en explorar las oportunidades de negocios aun dentro del bloqueo.
Como expresó el Presidente Raúl Castro el 14 de agosto pasado, reafirmamos que cualquier estrategia que pretenda destruiré a la Revolución fracasará.
Cuba tiene la voluntad de continuar negociando los asuntos bilaterales pendientes con EE. UU. sobre la base de la igualdad y el respeto a la soberanía de Cuba y de proseguir el diálogo respetuoso con su Gobierno.
Cuba y EE. UU. pueden cooperar y convivir respetando las diferencias y promoviendo lo que beneficie a ambos países y pueblos; pero no puede esperarse que para ello realice concesiones a costa de su soberanía e independencia, de sus principios, o que acepte condicionamientos, como no lo hemos hecho nunca, reafirmó citando a Raúl.
Los daños del bloqueo
Cuba presenta hoy por 26ta ocasión consecutiva el proyecto de Resolución Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero de EE.UU., dijo el Canciller cubano, quien calificó a esa política como el mayor obstáculo para el desarrollo del país y plan en consonancia con la Agenda 2030 de la ONU.
Según cálculos de hechos de forma rigurosa, causó en el año, hasta abril de 2017, pérdidas por 4 305 millones de de dólares, alrededor del doble de lo que necesita la Isla como inversión directa anual para que al economía avqnce.
Los daños totales alcanzan los 822 280 millones de dólares, tomando en cuenta la depreciación del oro, y 130 178 millones de dólares a precios corrientes.
El Canciller cubano puso en la Asamblea General de la ONU ejemplos de cómo el bloqueo de Estados Unidos ha afectado en el último año el sensible sector de la salud en la Isla.
Ese sentido, comentó que Cuba se ve ha visto impedida, por la política de bloqueo, de adquirir importantes suministros humanitarios, como un reactivo para diagnosticar enfermedades virales como el dengue, el zika y el cikungunña.
En abril, señaló el canciller, un proveedor alemán se negó a suministrar a la Isla un generador, con sus componentes, para diagnóstico de cáncer de próstata, de alta incidencia en Cuba. La compañía adujo que no era posible hacerlo por las restricciones del bloqueo.
Por otro lado, el servicio cardiología del hospital Hermanos Ameijeiras necesita un dispositivo de asistencia circulatoria para shock cardíaco, cuyo liderazgo en el mercado posee una compañía estadounidense que fue contactada por la empresa cubana MediCuba, que no ha tenido hasta ahora respuesta de la norteamericana.
Rodríguez Parrilla agradeció a nombre de Cuba a todos los gobiernos, pueblos, parlamentos, fuerzas políticas, movimientos sociales, representantes de la sociedad civil y organizaciones internacionales que, «año por año, nos han apoyado».
Igualmente, el canciller cubano expresó gratitud a la amplia mayoría del pueblo estadounidense, por su apoyo. «Ofende a la conciencia de la humanidad que la embajadora de los Estados Unidos se haya referido de esa manera injerencista e inaceptable al Gobierno Bolivariano de Venezuela. Ofende al heroico pueblo venezolano, a su unión cívico militar, al Gobierno bolivariano chavista de Maduro», dijo Rodríguez, antes de sentenciar que el Gobierno de Estados Unidos miente cuando declara a Venezuela como una amenaza a su seguridad nacional. Venezuela es, curiosamente, recordó el canciller, la primera reserva certificada de hidrocarburos del planeta.
El jefe diplomático cubano refirió en la Asamblea General la sentencia de Simón Bolívar de que «los Estados Unidos parecen destinados por la providencia a plagar de miserias la América en nombre de la libertad» y le acotó a la embajadora de Estados Unidos que le respondía con palabras de El Libertador.
Además, comentó que Cuba está ahora en un limpio proceso electoral en el que no se compran escaños ni hay campañas donde manda el dinero, no se manipula la voluntad de los electores no se atizan la división ni el odio.
El ministro de Exteriores cubano encomió, a nombre de su país, a los que han expresado preocupación y rechazo por las medidas anunciadas por el actual Gobierno de Estados Unidos y dejó claro que el pueblo cubano no renunciará a construir una nación independiente, socialista, democrática, próspera y sostenible.
Persistiremos, con el consenso de nuestro pueblo y en especial el respaldo de la juventud, en la lucha por nuestra independencia, por la que han caído decenas de miles de cubanos y hemos corrido los mayores riesgos como en Girón. Guardaremos eterna lealtad al legado de Martí y Fidel, afirmó.