CUBA, 12 de julio de 2019.- El Primer Secretario del Comité Central del Partido, General de Ejército Raúl Castro Ruz, y el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, presidieron la ceremonia de juramentación de 27 Jefes de Misiones en el exterior.
En el acto, efectuado en el Salón de los Helechos del Palacio de la Revolución, quedó refrendado el compromiso de los nuevos actores de la diplomacia revolucionaria de darle continuidad al legado de la política exterior de la Revolución Cubana.
Discurso de la viceministra de Relaciones Exteriores, Anayansi Rodríguez Camejo, en la ceremonia de juramento de los nuevos Jefes de Misión. La Habana, 11 de julio de 2019.
General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba;
Compañero Miguel Díaz-Canel Bermúdez, miembro del Buró Político del Comité Central del Partido y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros;
Compañero Esteban Lazo Hernández, miembro del Buró Político y Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular;
Compañeros de la Presidencia, Miembros del Consejo de Dirección de nuestro Ministerio, Queridos Jefes y Jefas de Misión que han prestado juramento y familiares que los acompañan;
Compañeras y compañeros:
Es siempre un momento de mucho simbolismo cada vez que nos reunimos aquí para que los compañeros y compañeras seleccionados como Jefes de misiones realicen por primera vez o renueven su juramento.
Esta vez es a ustedes a quienes corresponde ese alto honor, que se han ganado por sus méritos, capacidades, disciplina, comportamiento ético, experiencia y fidelidad a los principios de la Revolución.
Como cada año, es motivo de regocijo constatar que en ustedes confluyen varias generaciones: compañeras y compañeros experimentados, con capacidad probada y un rico historial y los pinos nuevos, nuestros aguerridos jóvenes que son el futuro de la Revolución y a quienes el Gobierno otorga toda su confianza para cumplir una tarea de tanta envergadura como ésta.
Representar a Cuba en el servicio externo en estos tiempos significa un inmenso compromiso. Ustedes partirán hacia sus países de destino en medio de un contexto internacional complejo, caracterizado por el recrudecimiento de la agresividad del Imperialismo que persiste en su intento de destruir la Revolución; que aplica con inusitada fuerza la “doctrina Monroe” con la pretensión de devolver a América Latina y el Caribe a la condición de patio trasero; y que viola de manera flagrante el derecho internacional para imponer por la fuerza sus designios al mundo.
Y parten también en un momento en que la Patria precisa como nunca antes de su contribución para redoblar las acciones de lucha contra el bloqueo en todas sus manifestaciones y en todos los escenarios; de su trabajo perseverante en la búsqueda de vías que permitan a nuestro país llevar adelante sus planes de desarrollo y fortalecer y diversificar su economía; y de que sean firmes baluartes en la defensa y la preservación del modelo político socialista que los cubanos nos dimos soberanamente.
Ustedes, como depositarios de un mandato del pueblo, tendrán el deber y la obligación de actuar de manera cada vez más firme y combativa, y a la vez con inteligencia y creatividad para cumplir los objetivos de trabajo que se ha trazado nuestra política exterior en el ámbito global y en el contexto particular de cada país en el que se encuentren. Y también tendrán la responsabilidad de observar permanentemente la ética, la disciplina, la honestidad, la entrega al trabajo, la austeridad, el espíritu de sacrificio y la dignidad que caracteriza a nuestro servicio exterior. Contarán para ello con el apoyo de sus familias, a quienes agradecemos su entereza y dedicación.
Queridos Jefes y Jefas de Misión,
Cuando la diplomacia de la Revolución está próxima a cumplir 60 años de ininterrumpido bregar, es menester tener presente a los fundadores, a quienes construyeron los principios sobre los cuales se sustenta nuestra política exterior:
A Céspedes, que desde aquella primera clarinada de independencia en 1868 dio la mayor importancia a la labor diplomática de la República en Armas para concitar el apoyo del mundo a la lucha por la emancipación de los cubanos del poder colonial; a Martí, que fue él mismo un insigne diplomático y que supo aquilatar en toda su extensión la importancia de la solidaridad y la unidad para evitar que el Imperio que nacía al Norte del continente cayera “con esa fuerza más sobre nuestras tierras de América”; al Che, que nos legó una diplomacia de nuevo tipo y fue el pionero en asumir el internacionalismo como una premisa básica de la política exterior del Estado socialista; a Roa, Canciller de la Dignidad, paradigma de la diplomacia valiente, certera y directa, de quien heredamos el espíritu combativo y la disposición de enfrentar al enemigo en cualquier circunstancia o escenario, con inteligencia, previsión y creatividad.
Y a Fidel, nuestro siempre presente Comandante en Jefe, quien con su pensamiento y acción fue indudablemente el arquitecto, inspirador, conductor y principal ejecutor de la política exterior cubana. Su sólido pensamiento político y firmeza de principios son guía para nuestra acción. Fidel convirtió la solidaridad con otros pueblos en una cualidad esencial de la Revolución cubana. Nos enseñó que la lucha por la justicia social no tiene fronteras. Nos continua enseñando que todos los que luchamos por una causa justa debemos ser perseverantes, jamás aceptar la derrota y mantener siempre una inquebrantable fe en la victoria.
Hoy, cuando la actual administración de Estados Unidos ha optado por recrudecer la política de hostilidad hacia Cuba, tenemos la más firme convicción de que nuestro invicto Comandante en Jefe los guiará a ustedes en esta batalla, en la que estamos seguros de que nunca harán concesiones, ni negociarán principios, ni aceptarán condicionamientos de ninguna índole y que serán merecedores de la confianza que han depositado en ustedes nuestro Partido, nuestro Gobierno y nuestro pueblo heroico y trabajador, al que todos ustedes honrosamente se deben.
“Hay que compartir la historia de este ministerio. Hay muchos nombres y mucha obra para honrar”, dijo el Presidente Miguel Díaz-Canel en nuestro más reciente balance anual. Y estamos seguros de que esa herencia, esa hermosa tradición de lucha que atesora el MINREX, y que se ha mantenido con la misma firmeza bajo la guía del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, está presente en todos ustedes en este momento de renovar su juramento de fidelidad a la Patria y los acompañará en cada tarea que cumplan en sus países de destino.
En nombre del Ministerio les deseamos éxitos en su misión. Y cuando llegue el momento de la partida para iniciar su trabajo en otras tierras del mundo, llévense en el corazón las palabras de Fidel en una de las cartas que escribió en 1953, desde la prisión fecunda, poco tiempo después de los sucesos del Moncada: “el momento más feliz de toda mi vida fue aquel en que volaba hacia el combate”. Y cuando, ya en los lugares a donde han sido asignados, comiencen su labor en defensa de esta Revolución sin escatimar tiempo ni esfuerzos, aun en las circunstancias más adversas, tengan siempre presente a Maceo, el espíritu intransigente de Baraguá que nos legó y aquella tremenda sentencia suya: “quien intente apoderarse de Cuba, sólo recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre, si no perece en la contienda”.
Patria o muerte, ¡Venceremos!
(Cubaminrex)