Justo 56 años después de que Argelia marcara el debut internacionalista de Cuba en materia de salud, la labor de 529 profesionales de la isla caribeña multiplica el interés local por ampliar el convenio de colaboración bilateral.
Al cierre de la última reunión del convenio que ya completa su noveno año, efectuada en enero pasado, las autoridades argelinas solicitaron a sus contrapartes cubanas un incremento de los recursos humanos del Programa de Atención a la Madre y al Niño, conocido por sus siglas PAMI.
En entrevista concedida a Prensa Latina en su oficina de esta ciudad meridional de Djelfa, la jefa nacional del PAMI, Doris Sierra Pérez, señaló que un pedido así nunca había ocurrido en ese tipo de reuniones y no fue extensivo, de momento, a los otros tres programas vigentes.
Cuba contribuye a desarrollar los indicadores de salud de Argelia desde 1963, apenas un año después de que esta nación maghrebí se independizó de Francia y cuatro del triunfo de la Revolución liderada por Fidel Castro, y lo meritorio de la experiencia motiva que hoy persista la avidez por esa labor.
En opinión de Sierra, hay muchas perspectivas para desarrollar el PAMI con más personal especializado, de ahí que ante la solicitud argelina se hicieron dos propuestas fundamentales para incrementar los recursos humanos en los lugares donde ahora hay déficit, y se aguarda por la respuesta de Argel.
Una variante sería incrementar en 30 lugares los recursos humanos que hoy tenemos establecidos, y una segunda es abrir nuevas instituciones con un equipo de 30 compañeros que incluiría el médico intensivista y el cirujano junto con pediatras, ginecólogos, reanimadores y neonatólogos.
Aclaró que en reuniones con directivos argelinos no solo piden a Cuba para el PAMI, pues como son instituciones generales también demandan cirujanos, ortopédicos, pediatras y 'estamos en la mejor disposición de contribuir, pero solo cuando el Ministerio de Salud nos diga, procederemos'.
De los cerca de 900 profesionales que Cuba mantiene actualmente en esta nación del norte de África, 529 colaboran en el PAMI, un programa con origen en el lejano 1963 cuando la primera brigada de 56 cooperantes, la mayoría mujeres, comenzó a tratar a toda la población, con énfasis en madres y niños.
Esos 56 realizaron un impacto en todas las enfermedades, sobre todo las trasmisibles, y contribuyeron a reducir la mortalidad neonatal y materna en el país. Ello conllevó a que en 2007 Argelia solicitara a Cuba implementar un programa específicamente del PAMI con 126 compañeros, recordó la doctora.
A partir de entonces comienza el programa establecido y contribuyó a mejorar tanto todos los indicadores de salud de la madre y el niño que hubo sucesivos pedidos de incremento en 2011 con 354 nuevos colaboradores entonces en 12 wilayas (provincia) y en 2014 (otros 130 en cinco wilayas más).
Varias provincias repitieron y recibieron más personal cubano, teniendo en cuenta el nivel de morbilidad existente y la falta de recursos humanos, y ese mismo año se pidió otro aumento con 45 profesionales más, pero eso no se materializó hasta 2016 que se completaron los recursos humanos.
Fue en 2017 que se unificaron estadísticas y el programa, que hoy opera en 14 wilayas y 51 comunas con obstetras (83), neonatólogos (38), pediatras (10), anestesiólogos (28), enfermeras obstétricas (120), neonatólogas (73) y anestesistas (14), junto a técnicos de laboratorio clínico (40) y otros.
El PAMI tiene presencia en las regiones más intrincadas de la vasta geografía argelina que es donde más deficitarios están los recursos humanos. 'Ahí es a donde vamos nosotros, a las comunidades desprovistas de atención médica por falta de personal, no de instituciones', remarcó Sierra.
Para los galenos y demás personal paramédico, la misión implica grandes sacrificios con poco descanso dado que en Argelia la tasa de natalidad es muy elevada. 'En las instituciones donde estamos, para poder hacer acciones efectivas se necesita duplicar el número de profesionales. Si vamos a hablar del país, pues entonces hay que triplicar o cuadruplicar las cifras', indicó.
Explicó que la mayoría de las maternidades grandes tienen un promedio de entre 40 y 60 partos diarios, y una frecuencia de cesáreas entre cinco y 16, pero hay instituciones en las que se practican 15 y 16 por día.
Nuestra gente termina agotada, pero nunca ha dicho que no. Han tenido que duplicar y triplicar sus esfuerzos por la falta de personal, superar las barreras del idioma, porque lo que no puede ocurrir es dejar a una mujer que esté de parto, si estamos allí, resaltó la funcionaria.
Argelia ha impuesto desafíos profesionales a los cubanos, muchos tratan enfermedades que solo conocían en la bibliografía médica y además tienen que desdoblarse en prácticas de especialidades a veces distintas a las suyas. Así pasa con reanimadores que tienen que atender a adultos, niños y gestantes.
Ejemplificó que las enfermeras obstetras, que aquí llaman 'sage-femmes' (término francés para parteras profesionales), hacen partos, y en Cuba las nuestras cursan una licenciatura general y pueden especializarse en obstetricia, pero un personal más especializado hace los partos y cesáreas, mientras la enfermera se limita a asistir.
'Todos se engrandecen con su profesión, tienen que aprender muchísimo porque hay procederes distintos. El ginecobstetra cubano -prosiguió- generalmente no hace el ultrasonido, hay un especialista que se dedica a eso y así ayuda a disminuir la mortalidad neonatal e infantil.
La jefa del PAMI en Argelia brindó estadísticas de acciones realizadas por equipos de cubanos y argelinos que ilustran la utilidad de la cooperación, en particular la reducción de la mortalidad infantil neonatal de una tasa de 16,5 por cada mil nacidos vivos en 2011 a 7,9 en 2018.
En lo que va de 2019 la tasa ronda los cinco decesos de recién nacidos por cada mil nacidos vivos. 'Es una reducción sostenida y esas cifras contribuyen a la disminución de la mortalidad a nivel nacional', destacó Sierra.
Respecto a la mortalidad materna se registró gran impacto en la brigada cubana y las instituciones donde labora, pues de 58 progenitoras fallecidas en 2011 han llegado a 12,7 en 2018, un 'resultado magnífico para estos ocho años de convenio' -acotó- al añadir que también baja el deceso neonatal.
La galena cubana abundó en detalles sobre las causas de muerte en madres y niños, muchas asociadas a hábitos culturales, religiosos o familiares que provocan la enfermedad de la membrana hialina que acarrea falta de maduración pulmonar, problemas respiratorios, asfixias e infecciones.
Mencionó asimismo la 'multiparidad', pues hay casos en los que se han hecho hasta 10 cesáreas en un mismo útero, el shock hipoglémico, el tromboembolismo pulmonar, la eclampsia, obesidad, diabetes, así como la prematuridad, pues en Argelia más del 60 por ciento de los partos ocurren antes de las 37 semanas de gestación.
Otras causas recurrentes de muerte prenatal están en la asfixia, relacionada con la prematuridad, las infecciones y las malformaciones congénitas cuyo origen es la elevada prevalencia de la consanguinidad (casamiento entre familiares).
Como valor agregado de la misión cubana a la salud argelina resalta el servicio de neonatología, que no existe en el organigrama nacional y ayuda a disminuir la mortalidad neonatal y la morbilidad, además del fomento de la formación de recursos humanos desde los puestos de trabajo y en conferencias.