Ciudad de Guatemala, 8 oct (Prensa Latina) El reconocido historiador Miguel Álvarez rememoró hoy la ruta de José Martí, el Héroe Nacional de Cuba, por esta capital de Guatemala, en el marco de las actividades del Festival del Centro Histórico.
Al inaugurar el trayecto por algunos de los puntos que visitó el intelectual de la mayor isla del Caribe, el también catedrático e investigador subrayó que describiría una corta etapa de uno de los grandes hombres de América Latina.
Ante los asistentes, entre los cuales se encontraba el embajador de la nación antillana en la tierra del quetzal, Nazario Fernández, el cronista de esta ciudad explicó que Martí vivió acá entre marzo de 1877 y julio de 1878.
En el mundo conocen al cubano a través del poema que se publicó en 1891 llamado La niña de Guatemala; sin embargo, Martí se convirtió en el pionero del estudio objetivo del arte colonial de este territorio centroamericano, detalló Álvarez.
El paseo en bus llegó a la última casa del expresidente de este país (1871-1973) Miguel García Granados, con quien el joven cubano de apenas 24 años sostuvo relación.
Luego los participantes observaron la casa del patriota, pedagogo en Guatemala y director del entonces prestigioso Instituto Nacional Central para Varones, igualmente de la isla José María Izaguirre, que acogió a Martí.
Además, llegaron a la Escuela Normal y a la Universidad San Carlos, en las que impartió clases.
Bajaron en las iglesias de La Merced, El Cerrito del Carmen y El Calvario para entender lo que trata de decir el apóstol en su estancia y narración dentro del Ensayo Guatemala.
El escritor antillano refirió esas pinturas vinculadas a Rubens y hechas aquí, nos habló y nos dio nombres, remarcó el doctor Álvarez a una audiencia sorprendida.
Fuera de Martí no encontré quién profundizara en el pintor guatemalteco Mariano Potenza, en una obra que a él le impactó muchísimo, esa de Los frailes degollados, en el metropolitano templo de Santo Domingo, confesó.
Lo que él dejó es de gran utilidad para nosotros actualmente, remarcó el historiador, quien recordó otros sitios a los que llegó el cubano como la Feria de Jocotenango y en la cual probó el suculento pepián (plato típico).
Ejemplificó que en el caso de La Recolección, templo neoclásico enclavado en esta urbe, Martí definió que era una mujer arrepentida, mientras que en el de la Catedral significó su belleza.
De San Francisco plasmó, “es más castillo que el castillo”, aseveró Álvarez, al tiempo que aclaró que el joven venía de La Habana, con grandes de estos.
Al término del recorrido, el embajador antillano en esta nación expresó sentirse honrado por la actividad y agradeció a todos los amigos que siguen la ruta de Martí.
En solo 15 meses, el Apóstol de la Independencia de Cuba dejó una huella imborrable en el corazón mismo de Guatemala.