Sacar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo es una de las prioridades en las que se enfoca hoy la Red de Solidaridad en Estados Unidos, afirmó la activista Calla Walsh.
Esa medida exacerba los efectos devastadores del bloqueo económico a la isla, advirtió Walsh, copresidenta de la NNOC (National Network on Cuba) en declaraciones a Prensa Latina en esta capital.
La injusta e ilegal inclusión de Cuba en esa lista unilateral, la dispuso el expresidente Donald Trump días antes de concluir su mandato en enero de 2021 y lo hizo “para castigar y estrangular al pueblo cubano”, expresó.
Walsh subrayó que, pese a los graves efectos de la medida, el actual presidente Joe Biden “la ha mantenido” cuando “Cuba no es un estado patrocinador del terrorismo. Cuba ha sido víctima de Estados Unidos”.
Por eso “estamos presionando para sacar a Cuba de la lista”, apuntó la copresidenta de la Red, quien recordó que hay una campaña en este momento para recoger más de un millón de firmas de personas que en todo el mundo se oponen al bloqueo”.
Destacó, en particular, que dentro del territorio estadounidense hay personas que “están viajando a Cuba y cuando regresan tras conocer la realidad de la isla han decidido formar nuevas coaliciones en sus ciudades para organizarse contra el bloqueo».
Comentó que han visto “precisamente este año tantas organizaciones nuevas que se están formando en solidaridad con Cuba».
Por ejemplo -apuntó-, «en Filadelfia, se creó una coalición contra el bloqueo; en Michigan, un comité Estatal para unir a la gente para decirle a sus funcionarios electos que pongan fin a las sanciones a Cuba y también en Ohio, y otras ciudades”.
Está muy claro que este bloqueo -dijo Walsh- no es popular y la política de la administración Biden hacia Cuba no representa los intereses del pueblo de Estados Unidos o el pueblo cubano en absoluto.
La copresidenta de NNOC habló con esta agencia de noticias previo a una velada de cine cubano realizada anoche en Washington DC para la recogida de fondos destinados a la compra de medicamentos para su envío a la mayor de las Antillas.
Iniciativas similares fueron programadas en Miami (Florida), Filadelfia (Pensilvania), Providence (Rhode Island), Charlottesville (Virginia), Nashville (Tennessee) y Austin (Texas).
Walsh enfatizó en cómo el arte y la cultura pueden ser una herramienta de lucha; además, ponderó que en la capital se juntaron “estas decenas de personas, pero cientos han marchado y protestado aquí todo el año para poner fin a este bloqueo”.
El cerco económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba lo oficializó en 1962 el presidente John F.Kennedy (3 de febrero), pero es una política que comenzó mucho antes, en opinión de expertos. La orden de Kennedy tuvo su antecedente más inmediato en el memorándum secreto de Lester Mallory, subsecretario de Estado durante la administración de Dwight Eisenhower (1953-1961).
Mallory aconsejó en su memorándum del 6 de abril de 1960 privar a Cuba “de dinero y suministros, para reducirle sus recursos financieros y los salarios reales, provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del Gobierno”, línea que sigue inalterable más de seis décadas después.
La nación antillana fue eliminada en 2015 de la lista de estados patrocinadores del terrorismo durante la última etapa del mandato de Barack Obama (2009-2017), pero Trump la restituyó como uno de los últimos actos en el cargo y en correspondencia con la política de máxima presión que aplicó respecto a Cuba.
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