Blackball, 1º de mayo de 2016.- En ocasión de las actividades por el primero de mayo y como parte de un seminario para debatir las perspectivas de desarrollo en la zona minera de la región de la Costa Occidental en Nueva Zelandia, grupos sociales y sindicales mostraron su reconocimiento a los mecanismos de consulta establecidos en Cuba, como parte del proceso de implementación de las principales políticas económicas y sociales de la Revolución.
Durante su participación en el evento, el embajador de Cuba, Mario Alzugaray, explicó a los presentes detalles sobre el proceso de discusión de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido previo al VI Congreso en el año 2011. También se ilustró sobre las resoluciones del recién concluido VII Congreso, que instruyen la realización de un amplio ejercicio de consulta sobre la conceptualización del modelo y los planes de desarrollo estratégico hasta el 2030, que no se limita a los militantes del Partido y la Juventud Comunista, sino que incluye también a las principales organizaciones de masa y otros sectores de la sociedad.
El evento contó con la participación de un amplio abanico de grupos sindicales e instituciones administrativas locales, destacándose la presencia de los miembros del parlamento Kevin Hague (Partido Verde) y Damien O´connor (Partido Laborista), así como el alcalde de Greymouth, principal ciudad de la Región de la Costa Occidental.
Durante su visita a la ciudad de Blackball, cuna del Partido Laborista y sede principal durante muchos años del Partido Comunista de Nueva Zelandia, el diplomático cubano fue testigo de las muestras de solidaridad hacia su país, recogidas de forma expresa en el Museo de la Clase Obrera de Blackball. En su sede, cuidadosamente preservada gracias a la atención del célebre cineasta y activista Paul Mander, se conservan diversos materiales, testimonio de la contribución de la Asociación de Amistad con Cuba en ese país en la lucha por la liberación de Los Cinco.
La región de la Costa Occidental y en particular Blackball, ubicada en la isla Sur de Nueva Zelandia, tiene entre sus principales retos reorientar una economía en la cual jugaba un papel importante la hoy disminuida industria de extracción de carbón. Su irregular geografía y los bajos niveles de densidad poblacional constituyen factores que añaden complejidad a este escenario, que contrasta con los niveles de crecimiento en el resto del país.