Señor presidente,
El año que concluye ha estado marcado por el impacto, sin precedentes, de la pandemia de la COVID-19, que añade nuevos retos y complejiza otros que ya existían para la comunidad internacional.
Con suma elocuencia, la pandemia ha evidenciado la naturaleza injusta del orden internacional en que vivimos, que reproduce los privilegios de los países ricos y perpetúa las carencias de los pobres.
Señora presidenta:
Mientras continúen la selectividad, las prácticas punitivas, los dobles raseros y la manipulación política, en particular contra países del Sur, la comunidad internacional no podrá avanzar, verdaderamente, en materia de promoción y protección de todos los derechos humanos para todas las personas.
Señora presidenta:
Agradecemos al Experto Independiente su presentación.
La promoción de un orden internacional democrático y equitativo es hoy más relevante que nunca. Con un orden internacional democrático y equitativo, la pandemia no tendría los efectos que provoca y continuará produciendo, de manera desproporcionada, sobre los países del Sur.
Señora presidenta:
Damos la bienvenida a la Relatora Especial y la felicitamos por su nombramiento. Como sus predecesores, contará con todo nuestro apoyo.
Agradecemos la presentación de su informe A/75/209, en que examina el impacto de las medidas coercitivas unilaterales en el disfrute de los derechos humanos, en el contexto de la pandemia de COVID-19.
Señora Presidenta:
Mi delegación agradece la oportunidad de intercambiar con la Alta Comisionada; y toma nota de la presentación de su informe A/75/36.
Reiteramos nuestro apoyo a su labor y su Oficina, en base a la resolución 48/141 AGNU, que subrayó la necesidad de que la promoción y protección de todos los derechos humanos se guíen por los principios de imparcialidad, objetividad y no selectividad, con espíritu de diálogo y cooperación.