Sr. Presidente,
Permítame iniciar agradeciendo al PNUD y a los panelistas por las sesiones de fructífero diálogo que siempre resulta oportuno sostener.
Sr. Presidente,
El logro de la paz deviene en un reto mayor para la comunidad internacional de nuestros días. Constituye una aspiración y propósito primigenios del Sistema de Naciones Unidas.
Para Cuba, la paz es mucho más que la ausencia de la guerra. Creemos que no podrá lograrse una paz sostenible y duradera si no son resueltos los complejos obstáculos en materia de desarrollo social y económico que afectan a nuestras naciones, particularmente del Sur. Se requiere atender y erradicar las causas raigales de los conflictos: eliminar la pobreza, el hambre, la desigualdad, la discriminación, la exclusión social, los patrones de consumo y producción irracionales y desarrollar una cultura de tolerancia y paz, en contra de la filosofía de la ley del más fuerte, de la explotación, del colonialismo y del imperialismo.
La paz estable y sostenible para todos, sólo puede alcanzarse a través del estricto respeto de la Carta de las Naciones Unidas, especialmente el respeto a los principios de la igualdad soberana, la integridad territorial y la independencia política de los Estados.
Los esfuerzos encaminados a sostener la paz y con ella lograr el desarrollo sostenible se verán frustrados si se mantiene la aplicación de dobles raseros en temas de la agenda internacional, las medidas coercitivas unilaterales y los intentos de imponer sistemas políticos, determinados patrones de democracia y derechos humanos. No habrá paz sostenible si se continúan destinando cada vez menos recursos al desarrollo y más a la producción de nuevos y más sofisticados armamentos, incluyendo armamento nuclear.
Lograr la paz sostenida requiere que se haga realidad la reforma integral de las Naciones Unidas, incluidas sus instituciones monetario-financieras. Resulta imprescindible un orden internacional democrático, equitativo, transparente e inclusivo, que beneficie a los países en desarrollo. Se requiere también de un nuevo tipo de relaciones internacionales, que en lugar de basarse en el recurso de la fuerza y la intimidación y el comercio desigual, se fundamente en la solidaridad y en una cooperación beneficiosa para todos.
Defendemos el criterio de que un verdadero Estado de Derecho comienza por unas Naciones Unidas realmente democráticas, que otorguen participación a toda la Comunidad Internacional en la solución de los acuciantes problemas globales. Con un Consejo de Seguridad reformado y una revitalizada labor de la Asamblea General, para que se conviertan en el espacio idóneo para promover el vínculo ideal entre el Estado de Derecho y los tres pilares principales de las Naciones Unidas.
En ese sentido, creemos que la promoción de la paz, debe ser entendida a todos los niveles, bajo el principio de liderazgo y titularidad nacional. Un objetivo multidimensional al que contribuyen dentro de sus respectivos mandatos y funciones, cada parte integrante del Sistema.
Sr. Presidente,
El Sistema de Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDS), y el PNUD como agencia líder dentro del mismo, tiene un importante rol que jugar, desde su mandato, en la respuesta a la solicitud de los Estados para apoyar el fortalecimiento del Estado de Derecho y la promoción de los derechos humanos, sostenimiento de la paz y el desarrollo.
Sin embargo, Cuba desea subrayar que para tales empeños, los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y los principios del Derecho Internacional, son indispensables para preservar y promover el Estado de Derecho.
La promoción y el fortalecimiento del Estado de Derecho deben velar por el respeto pleno a las instituciones jurídicas de todos los Estados por la comunidad internacional; así como el reconocimiento al derecho soberano de los pueblos a crear las instituciones jurídicas y democráticas más afines con sus intereses sociopolíticos y culturales.
Cuba reprocha todo intento de suplantar o reemplazar a las autoridades nacionales; incluidas las actividades de fomento a conflictos internos en Estados soberanos, para lograr imponer agendas externas con fines políticos.
Señor Presidente,
El liderazgo en la implementación de la Agenda 2030 y la responsabilidad de sostener la paz recae en los Estados miembros. Al propio tiempo, el PNUD debe estar dispuesto a asistir a los Gobiernos nacionales en estos esfuerzos.
Apoyamos que las Naciones Unidas inviertan en la prevención de los conflictos, sobre todo en el fortalecimiento de las capacidades de los países afectados para superar los conflictos, bajo estricto respeto a los principios y propósitos de la Carta. Asimismo, se fomente la creación de capacidades, la transferencia de tecnología y el cumplimiento de los compromisos y aumento de la Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD).
Consideramos, igualmente, que se requiere un mayor apoyo a la Comisión de Consolidación de la Paz; así como una coordinación eficaz e integral, en el marco de los mandatos correspondientes, entre el PNUD, la Comisión, el resto de las estructuras y órganos de las Naciones Unidas y las organizaciones internacionales y agencias y los países afectados.
Señor Presidente,
Para finalizar, permítame reiterar el compromiso de Cuba con la paz sostenible y, en este ámbito, recordamos la Declaración sobre el Derecho a la Paz, aprobada por el Consejo de Derechos Humanos a iniciativa de Cuba y un grupo importante de países, y refrendada por esta Asamblea General. Creemos firmemente que el respeto a los postulados de esta trascendental Declaración y la adopción de medidas sostenibles y adecuadas para su implementación, son fundamentales para la construcción de una paz sostenible.
Muchas gracias