Señor Presidente:
Mi delegación desea sumarse a las intervenciones realizadas por la distinguida delegación de Tailandia, a nombre del G77+China y Maldivas, a nombre de los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo.
Señor Presidente:
Agradecemos la presentación de los informes y la documentación pertinente por parte del Secretario General en virtud del tema 24 de la Agenda.
Señor Presidente:
La Agenda 2030 adoptada el pasado año, nos impone ambiciosos y transformadores retos, en torno a los que deberemos configurar, tangibles mecanismos de seguimiento e implementación, en materia de ayuda al desarrollo.
El Sistema de las Naciones Unidas y sus órganos especializados, están llamados a jugar un papel esencial en pos del desarrollo y en el enfrentamiento a los efectos de la crisis económica y financiera que golpea al planeta.
Resulta importante subrayar, en virtud de ello, el papel de las Actividades Operacionales para el Desarrollo, como expresión directa y vital, del impulso del Sistema de Naciones Unidas al avance sostenible de nuestros pueblos.
Señor Presidente:
La venidera Revisión Cuadrienal Amplia de las Políticas para las Actividades Operacionales para el desarrollo será una buena oportunidad para reafirmar y hacer valer los principios que guían las actividades del Sistema de Naciones Unidas en nuestros países, para fortalecer su carácter intergubernamental y su objetivo ligado estrictamente al desarrollo.
Deseamos que el Sistema de las Naciones Unidas, sea cada vez más proactivo en la eliminación de la pobreza y el logro del Desarrollo Sostenible, y responda más eficazmente a las estrategias y prioridades nacionales determinadas por los países, siempre en virtud de los mandatos y responsabilidades de cada organización.
La coordinación de las Actividades Operacionales debe asegurar que cada Agencia, Fondo y Programa de Naciones Unidas, actúe con apego a las directrices acordadas por sus respectivos órganos intergubernamentales de control. Dichas pautas, acordadas por los Estados Miembros, requieren aplicación oportuna, inclusiva y transparente, siempre con respeto al principio de voluntariedad y el consentimiento expreso del Estado receptor.
Señor Presidente:
Mi delegación aboga por que los países en desarrollo tengan una participación decisiva en la gobernanza del Sistema de Naciones Unidas para el Desarrollo. Estos países son los que mejor conocen sus necesidades y a ellos corresponde la determinación de las prioridades en la asistencia que puedan recibir. Las Juntas Ejecutivas de los Fondos y Programas deben asegurar en su composición y en sus mecanismos de toma de decisiones el respeto al principio de representación geográfica equitativa.
Los Fondos, Agencias y Programas del Sistema de las Naciones Unidas, deben garantizar la más alta calidad en su rendición de cuentas a los órganos intergubernamentales. Una evaluación del desempeño eficiente, no sólo potencia el resultado del impacto de las actividades en el terreno, es una garantía del necesario ambiente de respeto y la credibilidad que requieren los representantes de las agencias, fondos y programas en los países donde operan.
El apego estricto al mandato y al ámbito específico de actividad de cada agencia, fondo y programa y el respeto a la soberanía de cada Estado en la determinación de las prioridades de asistencia siguen siendo las claves del éxito de las actividades operacionales para el desarrollo.
Señor Presidente:
La Agenda 2030 nos impone 17 objetivos y 169 metas a cumplir. Cuba reafirma el carácter indivisible y universal de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Potenciar enfoques alejados de esta premisa, no harán otra cosa que sesgar, condicionar y parcializar el desarrollo.
Mi delegación desea señalar que el Sistema de Naciones Unidas, y así las Actividades Operacionales para el Desarrollo, no deben configurarse en torno a la imposición de modelos únicos y fórmulas pre-establecidas. Para implementar una Agenda inclusiva, se debe desterrar la discriminación e impedir la atención priorizada de algunas actividades en detrimento de otras. Cuba rechaza la pretensión de algunos países donantes de manipular las actividades operaciones de desarrollo en función de sus apetencias hegemónicas y la imposición de modelos que faciliten sus intereses de dominación.
Reconocemos y recibimos con satisfacción las experiencias positivas resultantes del fortalecimiento del sistema de coordinadores residentes. Sin embargo, ello no debe significar, en modo alguno, que se desconozca la voluntariedad de este proceso, y la naturaleza específica y diversa en los mandatos de fondos y programas en el terreno.
Señor Presidente:
Los recursos básicos continúan siendo la piedra angular de las actividades operacionales de las Naciones Unidas, y son la única garantía de que las necesidades y prioridades de los países receptores sean debidamente atendidas. Urge, por tanto, revertir el creciente desequilibrio entre recursos básicos y no básicos. Tal desequilibrio constituye aún una asignatura pendiente, y es una de las causas fundamentales de la incoherencia de las actividades operacionales.
Observamos con preocupación el énfasis que se impone a la cooperación Sur-Sur acudiendo a ella como salvación y falso justificante al persistente incumplimiento por parte de los países desarrollados de sus compromisos de asistencia oficial al desarrollo. Si bien reconocemos que la cooperación Sur-Sur continúa siendo una posibilidad real de desarrollar programas e iniciativas de desarrollo, la misma no es, ni podría ser un substituto de la Cooperación Norte-Sur. Su naturaleza es complementaria, no sustitutiva.
Señor Presidente:
Trabajamos por el fortalecimiento de las actividades operacionales para el desarrollo de las Naciones Unidas.
La asistencia al Desarrollo representa un pilar y objetivo central de la Organización. Es el más eficiente y seguro instrumento de promoción de la paz y la seguridad internacionales, de prevención de conflictos y de realización de la equidad y la justicia a las que aspiramos.
Cuba trabaja por el fortalecimiento de instituciones internacionales para el desarrollo eficientes y respetuosas de la libre determinación de los pueblos, que dispongan de recursos crecientes, predecibles y no condicionados, que cuenten con los medios necesarios para fomentar el desarrollo socio-económico de nuestros pueblos de manera neutral, que respondan a las solicitudes y atiendan las prioridades establecidas por los gobiernos nacionales y que actúen en completa alineación con las políticas y estrategias de desarrollo establecidas por los Estados. El respeto a la soberanía nacional no es negociable.
Mi delegación expresa su disposición a trabajar de forma constructiva a fin de alcanzar estos objetivos.
Muchas gracias.