Señor Presidente:
Cuba reconoce el papel central que desempeña la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito como centro de las discusiones sobre estos temas en el marco de las Naciones Unidas. La Comisión de Prevención del Delito y Justicia Penal y la Comisión de Estupefacientes deben continuar desempeñando su labor sin menoscabo en sus funciones ni duplicidad por otros foros, que vayan en detrimento de la autoridad de estas.
Apoyamos el establecimiento de un Mecanismo de Examen para la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional y sus protocolos, con características similares al establecido para la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción; en particular se debe velar por su naturaleza intergubernamental, que no genere rankings entre países, sea de carácter cooperativo y no punitivo y se base en procedimientos de evaluación entre pares.
Cuba destaca la importancia de los Congresos sobre Prevención del Delito, como marco intergubernamental fundamental para la evaluación y creación de directrices no vinculantes, así como para la facilitación del intercambio de información y de buenas prácticas entre Estados y profesionales vinculados a esta esfera.
Reiteramos que el enfrentamiento al delito no garantiza por sí solo su erradicación. Debe ir aparejado de la lucha contra el subdesarrollo y por el establecimiento de un orden internacional más justo, democrático y equitativo con el fin de lograr sociedades más justas y más inclusivas.
Señor Presidente:
En relación con el tema 111 “Fiscalización Internacional de Drogas”, consideramos que el abuso y la dependencia de las drogas, es un serio problema para la salud de las personas y una amenaza a la seguridad y el progreso económico y social. El costo de este flagelo es enorme, pues reproduce los ciclos de pobreza, violencia, diversas conductas criminales y la exclusión social.
Será muy difícil resolver la producción y tráfico desde el Sur empobrecido, sin eliminar la demanda en el Norte desarrollado. Es por ello que el principio de responsabilidad común y compartida es hoy más importante que nunca.
No se solucionará el problema militarizando países. Tampoco legalizando las drogas, ni asumiéndolas como inofensivas sustancias.
Defendemos el régimen internacional de estupefacientes y los órganos intergubernamentales que los supervisan de acuerdo a lo estipulado en las tres Convenciones internacionales sobre el tema y destacamos la importancia de la Comisión de Estupefacientes como principal órgano de las Naciones Unidas para el tratamiento del Problema Mundial de la Drogas.
Señor Presidente:
Cuba, a nivel nacional, tiene una política de tolerancia cero ante la producción, el consumo y tráfico de drogas. Cumplimos todas las obligaciones internacionales en materia de lucha y colaboración internacional contra el crimen organizado, con un destacado historial en el enfrentamiento de los delitos de mayor incidencia, como el terrorismo internacional, el tráfico de drogas, el lavado de dinero, la piratería y la trata de personas, entre otros.
Cuba es Estado Parte en los 16 instrumentos internacionales en materia de lucha contra el terrorismo y cuenta con una ley general contra actos terroristas. Jamás el territorio cubano se ha utilizado ni se utilizará para organizar, financiar o ejecutar actos terroristas contra ningún país.
Sr. Presidente:
La práctica de producir informes unilaterales de calificación a otros Estados, resulta inadmisible y debe ser abolida.
Cuba reitera su compromiso inquebrantable de continuar combatiendo el crimen transnacional organizado en todas sus manifestaciones y el problema mundial de las drogas y sus delitos conexos.
Muchas gracias