Señora presidenta,
Mi delegación se asocia a la intervención realizada por Pakistán en nombre del Grupo de los 77 y China. Adicionalmente, quisiera señalar los siguientes elementos en capacidad nacional.
A dos años de pandemia, la situación socio-económica generada por la COVID-19 continúa impactando gravemente sobre todos los ámbitos del desarrollo social.
Sin embargo, como siempre ocurre en el injusto orden internacional actual, somos los países en desarrollo quienes enfrentamos un impacto desproporcionado, así como peores condiciones para responder a esta realidad y recuperarnos de ella. El muy bajo nivel de acceso de los países en desarrollo a las vacunas contra la COVID-19 lo confirma.
El orden económico internacional prevaleciente, con insostenibles patrones de producción y consumo, instituciones financieras poco democráticas y nada transparentes, y reglas de mercado que perpetúan el subdesarrollo y la exclusión, impide a nuestros países avanzar más aceleradamente hacia el desarrollo social, como parte del desarrollo sostenible.
Con la dinámica actual, los objetivos de desarrollo sostenible no parecen realizables en menos de una década, especialmente cuando se invierten cifras millonarias en gastos militares, en lugar de destinarlas al desarrollo.
En este escenario, resulta fundamental fortalecer la cooperación internacional y la transferencia de recursos, tecnologías y conocimientos. Como comunidad internacional, debemos fomentar una recuperación inclusiva y resiliente de la COVID-19, a fin de lograr medios de vida sostenibles, el bienestar social y la dignidad para todas las personas.
Señora presidenta,
No puede haber desarrollo social, ni cumplirse los compromisos y mandatos de la Conferencia de Copenhague de 1995, mientras millones de seres humanos pasen hambre o no reciban una alimentación suficiente y nutritiva.
Es inaceptable que haya en el mundo millones de hambrientos, mientras existen los recursos, los conocimientos y la capacidad productiva para impedirlo, y se desechan cada año toneladas de alimentos.
La erradicación de la pobreza, pilar del desarrollo social junto al pleno empleo y la inclusión social, solo podrá alcanzarse mediante el multilateralismo y la cooperación internacional, incluidas la cooperación Norte-Sur, Sur-Sur y triangular.
En tal sentido, la Comisión de Desarrollo Social debe continuar desempeñando su irremplazable papel en la promoción de los compromisos asumidos en la Conferencia de Copenhague, cuya Declaración y Programa de Acción mantienen plena vigencia.
Señora presidenta,
Tampoco habrá desarrollo social para todos los países mientras se apliquen medidas coercitivas unilaterales, que tienen un impacto devastador. El bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a mi país por Estados Unidos durante seis décadas, y recrudecido de una forma sin precedentes en tiempos de pandemia, afecta directamente la calidad de vida de nuestra población y dificulta la prestación de servicios públicos.
Esta política de hostilidad es una afrenta a los propósitos y principios de la Carta de la ONU y el derecho internacional; viola los derechos humanos del pueblo cubano y constituye el principal obstáculo a nuestro desarrollo económico y social.
Solo entre los meses de enero a julio de 2021, el bloqueo provocó daños a Cuba en un orden superior a los 2 mil millones de dólares en todas las esferas de la sociedad, incluidas la salud, la agricultura, la alimentación, la educación, la cultura, el turismo, el transporte, las comunicaciones y la industria biofarmacéutica.
Sin embargo, a pesar del bloqueo y al costo de grandes sacrificios, Cuba ha continuado priorizando, como estrategia de gobierno, la protección de su población, incluyendo en el marco de la pandemia de la COVID-19.
Cuba es el único país de América Latina que ha desarrollado vacunas propias contra la COVID-19, con más de 34 millones de dosis administradas, como paso indispensable para controlar la propagación del virus e iniciar la recuperación frente a la pandemia. De una población de poco más de 11 millones de habitantes, 9.8 millones de personas ya han sido vacunados, y 5.3 millones han recibido una dosis de refuerzo. También fuimos el primer país en contar con un programa de vacunación masiva para niños de 2 años en adelante.
Igualmente, desde el inicio de la pandemia, el gobierno cubano implementó diversas medidas en materia laboral, salarial, tributaria y de seguridad y asistencia social para proteger a los sectores más vulnerables de la población, a fin de que nadie quedara desamparado a su suerte.
Hemos continuado fortaleciendo nuestros programas de atención a la niñez, los jóvenes, las personas con discapacidad y los adultos mayores, así como diversificando las fuentes de empleo y perfeccionando las instituciones encargadas de brindar servicios públicos de calidad a nuestro pueblo.
Por otro lado, se ha continuado avanzando en los programas de construcción de viviendas, y se ha dado un fuerte impulso a la reanimación y el desarrollo local de comunidades y barrios vulnerables.
Todo ello sería mucho menos difícil y costoso, y podrían alcanzarse resultados superiores, si Cuba no tuviera que vivir bajo una política de inmerecido castigo como la que representa el bloqueo de los Estados Unidos.
Señora presidenta,
Al concluir, permítame agradecer su liderazgo al frente de la Comisión de Desarrollo Social, y reiterar el compromiso de Cuba con este órgano, su mandato y los postulados de la Declaración y Programa de Acción de Copenhague.
Puedo asegurarle que Cuba continuará avanzando, por la senda de desarrollo que su pueblo ha escogido libremente, en la construcción de una sociedad cada vez más justa.
Muchas gracias.