Señor presidente:
Damos la bienvenida a la Relatora Especial, a quien reiteramos todo nuestro apoyo. Agradecemos la presentación de su informe A/76/174, en que examina el impacto de las medidas coercitivas unilaterales en el disfrute de los derechos humanos.
Coincidimos con la Relatora en que las medidas coercitivas unilaterales violan un amplio abanico de derechos humanos, independientemente de la naturaleza de sus objetivos; y en que las medidas económicas, financieras y comerciales, así como los embargos a la transportación aérea o naval, afectan a toda la población del país contra las que se aplican.
El caso de Cuba es muy representativo. Mi país ha estado sometido durante más de 6 décadas a un férreo bloqueo económico, comercial y financiero por parte de los Estados Unidos. Esta política de hostilidad ha sido recrudecida, deliberada y oportunistamente en el contexto de la pandemia, hasta niveles sin precedentes.
El bloqueo de los Estados Unidos contra Cuba es una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos de todo el pueblo cubano. Viola la Carta de la ONU y el derecho internacional; y es el principal obstáculo a nuestro desarrollo. También ha dificultado nuestra capacidad de responder a la COVID-19, obstaculizando la compra de alimentos e insumos médicos, incluyendo para la producción de vacunas propias, así como la llegada al país de donaciones con fines humanitarios.
En tal sentido, el informe de la Relatora es claro en cuanto al negativo impacto de este tipo de medidas sobre el derecho a la salud, por solo mencionar uno. No obstante, agradeceríamos que la Relatora profundizara en lo relativo al impacto particular sobre el acceso a las vacunas y otros insumos médicos necesarios para responder a la COVID-19, con algunos ejemplos concretos. La invitamos a continuar abordando esta cuestión en el futuro.
Muchas gracias.