Señor Presidente:
Agradecemos la presentación de la Alta Comisionada y reiteramos nuestro apoyo a su mandato, en base a la resolución 48/141 de la Asamblea General.
Insistimos en que la promoción y protección de los derechos humanos debe guiarse por los principios de imparcialidad, objetividad y no selectividad, y el espíritu de diálogo y cooperación. Sin embargo, continúan avanzando los enfoques punitivos, prácticas selectivas y dobles raseros. Los limitados recursos de la Oficina no deben dedicarse a promover estas prácticas.
En marzo de 2020, la Alta Comisionada llamó al levantamiento de las llamadas “sanciones” en el contexto de la pandemia. Desafortunadamente, las medidas coercitivas unilaterales continúan aplicándose sin escrúpulos, con un devastador impacto.
En el caso de Cuba, Estados Unidos ha aprovechado la COVID-19 de manera premeditada para recrudecer el bloqueo económico, comercial y financiero contra mi país de una forma sin precedentes. Esta política contraviene la Carta de la ONU y el derecho internacional, viola los derechos humanos de los cubanos, y es el principal obstáculo a nuestro desarrollo. También ha sido un grave obstáculo para la respuesta a la pandemia.
A año y medio de que su llamamiento haya sido ignorado, quisiéramos preguntar a la Alta Comisionada su opinión sobre qué impacto han tenido las medidas coercitivas unilaterales sobre los derechos a la alimentación y la salud en el contexto de la pandemia, y sobre la capacidad de los países afectados para acceder a las vacunas.
Muchas gracias.