76 AGNU: Intervención de la delegación cubana en la quinta consulta temática (Clúster 5) sobre las propuestas contenidas en el informe “Nuestra Agenda Común”. Nueva York, 10 de marzo de 2022

Señor Vicepresidente,

Agradecemos la información ofrecida por el Secretario General. Sobre el clúster 5, quisiera apuntar lo siguiente, además de lo ya mencionado por el Grupo de los 77 y China, que suscribimos.

En relación con la propuesta de celebrar una Cumbre del Futuro durante la 78 AGNU, es necesario contar con mayor claridad sobre los propósitos, modalidades y eventuales resultados que se esperan. Obviamente, y dado que ese evento tendrá un carácter intergubernamental, se requerirían modalidades acordadas para un proceso preparatorio transparente y participativo.

Por otro lado, coincidimos con el informe del Secretario General en que la concertación de esfuerzos y la coordinación entre las distintas agencias de Naciones Unidas es fundamental para obtener mejores resultados. Sin embargo, ello debe realizarse en estricto cumplimiento de los mandatos conferidos a cada componente del Sistema, y utilizando como guía la Agenda 2030. Igualmente, el respeto a la soberanía y el liderazgo nacional resulta imprescindible en la presencia del Sistema de Desarrollo de Naciones Unidas en nuestros países.

A su vez, la cooperación del Sistema de Naciones Unidas con las organizaciones regionales debe corresponderse con los mandatos respectivos; tomar en cuenta la naturaleza, membresía y prioridades de cada organización; y desarrollarse de una manera que contribuya al respeto de los propósitos y principios de la Carta, en particular la soberanía y la no injerencia en los asuntos internos. Sería útil mayor detalle sobre la idea de convocar reuniones anuales con las organizaciones regionales.

También compartimos la necesidad de reforzar la colaboración con las partes interesadas a todos los niveles, para apoyar a los países en desarrollo en sus esfuerzos para implementar la Agenda 2030, de acuerdo con sus políticas y prioridades nacionales. La contribución de estos actores a los esfuerzos de los Estados y las Naciones Unidas es incuestionable.

Al mismo tiempo, la ONU debe continuar siendo una organización intergubernamental. Sus interlocutores principales deben ser los Estados. El involucramiento de actores no estatales en las labores de la Organización se rige por reglas y prácticas bien definidas, que funcionan. Cualquier proceso para evaluarlas y modificarlas, debe realizarse en consulta con los Estados Miembros, sin proponerse alterar el carácter intergubernamental de Naciones Unidas.

El trabajo virtual e híbrido ha permitido continuar desempeñando nuestro trabajo en el difícil contexto de la pandemia. Sin embargo, no logra sustituir a cabalidad el trabajo presencial.

Un mayor uso de estas modalidades virtuales o híbridas requeriría garantizar que todos los países puedan acceder a estas plataformas de manera equitativa y sin discriminación. También tendría que realizarse en estricto apego a las reglas de procedimiento, la práctica establecida y los métodos de trabajo de cada órgano.

La posibilidad de participar virtualmente desde capitales no puede ser aprovechada como excusa por el país anfitrión para negar los visados a que está obligado, en virtud del Acuerdo relativo a la Sede firmado en 1949.

La gestión de los procesos de la ONU debe realizarse siempre atendiendo a su carácter intergubernamental. La simplificación de procesos burocráticos, incluyendo en materia presupuestaria, no debe conducir a restar a los Estados Miembros su capacidad de escrutinio y decisión sobre los rumbos de la Organización.

La reforma de los tres órganos principales de las Naciones Unidas debe preservar el adecuado equilibrio entre estos, respetando los mandatos, las prácticas y los espacios de negociación correspondientes, conferidos a cada uno, conforme a la Carta.

La revitalización de la Asamblea General es un componente fundamental para el mejoramiento del sistema de las Naciones Unidas, así como para una gobernanza mundial más eficiente y un multilateralismo fortalecido.

La reforma del Consejo de Seguridad es indiscutiblemente necesaria, para lo cual es imprescindible abordarla de una manera integral y con el fin de alcanzar el más amplio consenso posible. Una reforma del Consejo de Seguridad implica que este órgano sea más eficiente, democrático, transparente y representativo.

Señor vicepresidente,

Al concluir estas consultas temáticas, que han resultado de mucha utilidad, permítame reiterar la disposición de mi delegación a involucrarse de manera constructiva en las fases posteriores del proceso de seguimiento intergubernamental al informe del Secretario General titulado “Nuestra Agenda Común”.

Muchas gracias.