Señor Presidente:
Apoyamos la declaración de Indonesia en nombre del Movimiento de Países No Alineados.
Cuba reitera su compromiso con el desarme general y completo, en particular el desarme nuclear.
Otorgamos gran importancia a las iniciativas regionales y subregionales en esta esfera, incluido el establecimiento de zonas libres de armas nucleares.
Las potencias nucleares deben retirar sus reservas y declaraciones interpretativas a los Tratados que establecen dichas zonas. Estados Unidos es el único poseedor que no ha ratificado los Protocolos del Tratado de Rarotonga, ni los Protocolos I y II de Pelindaba y mantiene declaraciones interpretativas a los Protocolos Adicionales I y II del Tratado de Tlatelolco.
Abogamos, también, por la adopción de otras medidas de desarme y seguridad internacionales.
Se requieren instrumentos legalmente vinculantes para prohibir la militarización del espacio ultraterrestre y del ciberespacio y las armas letales completamente autónomas; así como para regular las parcialmente autónomas y los drones militares de ataque; para fortalecer la Convención sobre Armas Biológicas y para brindar garantías de seguridad efectivas a los Estados no poseedores de armas nucleares.
Es esencial preservar el multilateralismo como principio básico de las negociaciones en materia de desarme y control de armamentos.
Deben retomarse las negociaciones en la Conferencia de Desarme, sin politización, sobre la base del respeto a sus métodos de trabajo y reglas de procedimiento. Debe acordarse, sin más demora, un programa de trabajo amplio, integral y balanceado. Trabajaremos para dicho fin durante nuestra presidencia en marzo de 2022.
Alentamos a que la Comisión de Desarme alcance recomendaciones sustantivas en los temas de su agenda, en particular en materia de desarme nuclear.
Señor Presidente:
Expresamos nuestro compromiso con el Grupo de Trabajo de Composición Abierta sobre la seguridad y el uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones para el período 2021-2025.
Reiteramos la preocupación por la Estrategia Cibernética de Estados Unidos que, desde 2018, autorizara el uso de armas cibernéticas ofensivas y operaciones ciberofensivas, e incluso la posibilidad de realizar ciberataques preventivos para disuadir a sus adversarios.
Rechazamos la consideración del uso de la fuerza como una respuesta legítima a un ataque cibernético.
Rechazamos, además, el uso hostil de las telecomunicaciones, con el propósito declarado o encubierto de subvertir el ordenamiento jurídico y político de los Estados; así como para cometer o alentar actos de terrorismo.
Condenamos el empleo de las nuevas tecnologías de la información y otras plataformas digitales para promover falsedades sobre la realidad cubana, desestabilizar, desacreditar al país y justificar la doctrina de “cambio de régimen”, receta de los manuales de guerra no convencional a la que el gobierno de los Estados Unidos destina fondos multimillonarios. Rechazamos la Fuerza de Tarea de Internet para Cuba, que viola las normas internacionalmente acordadas en esta materia.
Exigimos el fin inmediato del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos contra Cuba, que limita el acceso, uso y disfrute de las tecnologías de la información y las comunicaciones para el bienestar de la población cubana.
Muéstrese verdadera voluntad de preservar a las generaciones presentes y futuras del flagelo de la guerra.
Muchas gracias.