Intervención del embajador Pedro Luis Pedroso Cuesta, representante permanente de Cuba ante las Naciones Unidas, en el debate abierto trimestral del Consejo de Seguridad sobre la situación en el Medio Oriente, incluida la cuestión palestina.

Señor Presidente:

Respaldamos la declaración de Senegal, como presidente del Comité para el Ejercicio de los Derechos Inalienables del Pueblo Palestino.

El pasado 27 de octubre, la presidenta de la “Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre el Territorio Palestino Ocupado, incluida Jerusalén Oriental, e Israel”, presentó su más reciente informe a la Asamblea General, donde se pide explícitamente al Consejo de Seguridad que adopte medidas para poner fin a la situación ilegal resultante de la ocupación permanente impuesta por Israel.

Lamentablemente, a pesar de los sistemáticos llamados de la comunidad internacional, continúa la subyugación del pueblo palestino y el Consejo de Seguridad resulta incapaz de frenar uno de los atropellos más grandes que se cometen contra todo un pueblo en el último siglo, con total impunidad por parte de sus perpetradores.

La referida Comisión, creada a instancias del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, ha concluido que la ocupación israelí del territorio palestino es contraria al Derecho Internacional por su carácter permanente y por las medidas que ha adoptado Israel para anexionarse de manera creciente partes del territorio palestino, tanto de facto como de jure.

Resultan escandalosas las violaciones del Derecho Internacional Humanitario que sufre el pueblo palestino.

El artículo 49 del Cuarto Convenio de Ginebra prohíbe que una Potencia Ocupante traslade a parte de su propia población a territorios ocupados por motivos políticos o raciales o para colonizar esos territorios. Sin embargo, solo en el área de Jerusalén Oriental, se ha expropiado a los palestinos de más de un tercio de su tierra para construir asentamientos israelíes[1], lo que constituye una práctica de segregación equivalente al Apartheid.

Es inmensurable la afectación para las familias palestinas, que viven bajo un clima de acoso e intimidación permanente. Estos efectos son mucho mayores en sectores vulnerables de la población, como las mujeres y niños.

Se ha podido documentar que miles de niños han vivido desplazamientos y traslados forzosos debido a la demolición de 28.000 hogares palestinos desde 1967[2].

La Comisión Económica y Social de las Naciones Unidas para Asia Occidental (ESCWA) ha estimado que la tasa de participación en la fuerza de trabajo de las mujeres palestinas está entre las diez más bajas del mundo, debido fundamentalmente a las limitaciones impuestas por el avance de la colonización israelí[3].

Persisten, igualmente, el bloqueo a la Franja de Gaza y los planes de anexión de los territorios palestinos del Valle del Jordán y otras partes de Cisjordania y de Jerusalén Oriental.

Continúan la violencia, la detención, el encarcelamiento, las violaciones de los derechos humanos y los asesinatos de civiles palestinos en los territorios ocupados.

Esta realidad no es nueva. Durante décadas, la comunidad internacional ha demandado el cese de la ocupación ilegal de Israel sobre Palestina. Sin embrago, la situación en el terreno continúa deteriorándose, como ha informado al Consejo de Seguridad el Coordinador Especial del Secretario General para los Procesos de Paz en el Medio Oriente.

Condenamos los dobles raseros, la selectividad y la manipulación política que dañan la causa de la paz y la seguridad internacionales y socavan la legitimidad del Consejo de Seguridad.

Estados Unidos, que se autoproclama defensor de los principios de la Carta de las Naciones Unidas y de la paz y la seguridad internacionales, encubre los crímenes atroces que día a día comete Israel contra el pueblo palestino.

No puede olvidarse la reiterada obstrucción de los Estados Unidos al accionar del Consejo de Seguridad para el logro de una solución amplia, justa y duradera al conflicto israelo-palestino; así como la impunidad que ha garantizado a Israel. 

Reiteramos, una vez más, nuestra condena a las decisiones unilaterales del gobierno de los Estados Unidos de reconocer a Jerusalén como capital de Israel y establecer su representación diplomática en esa ciudad, irrespetando su estatuto histórico; así como la de reconocer la soberanía de Israel sobre el Golán sirio, las que constituyen graves violaciones de la Carta de las Naciones Unidas, el Derecho Internacional y las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad, además de contravenir los intereses legítimos de las naciones árabes  y alejar aún más la posibilidad de una solución al conflicto.

Reafirmamos nuestro firme apoyo a una solución de dos Estados que permita al pueblo palestino ejercer su derecho a la libre determinación y a disponer de un Estado independiente y soberano dentro de las fronteras anteriores a 1967, con Jerusalén Oriental como su capital y donde se garantice también el derecho al retorno de los refugiados.

Continuaremos respaldando el ingreso del Estado de Palestina como miembro pleno de las Naciones Unidas. Apoyamos el llamado de su Presidente a la celebración de una conferencia internacional de paz.

Señor Presidente:

Reiteramos nuestro reclamo de la retirada total e incondicional de Israel del Golán sirio y de todos los territorios árabes ocupados.

Demandamos el cese de la injerencia externa en Siria y el pleno respeto a su soberanía e integridad territorial, al tiempo que apoyamos la búsqueda de una solución pacífica y negociada a la situación impuesta a esa hermana nación árabe.

Ratificamos el respaldo al Plan de Acción Integral Conjunto con Irán y el apoyo al derecho inalienable de los Estados al uso pacífico de la energía nuclear. Reiteramos nuestro rechazo a la retirada unilateral de los Estados Unidos del Acuerdo.

Para concluir, llamamos, una vez más, al fin inmediato y sin condicionamientos de las arbitrarias e ilegales medidas coercitivas unilaterales impuestas por los Estados Unidos contra naciones soberanas en el Medio Oriente.

Muchas gracias.

 

[1] Informe de la Comisión de Investigación: A/77/328

[2] Save the Children, “'Hope under the rubble': the impact of Israel's home demolition policy on Palestinian children and their families”

[3] Informe de ESCWA: E/ESCWA/CL2.GPID/2020/TP.29, pág. 32