Los académicos cubanos celebraron el Día internacional del Idioma Español frente a la escultura de Miguel de Cervantes, en el capitalino parque San Juan de Dios.
Él estaba allí mucho tiempo antes de que la Junta Directiva de la Academia Cubana de la Lengua (ACuL) planeara el acostumbrado homenaje al Día del idioma español, como es tradición cada 23 de abril en el parque San Juan de Dios.
Justo en el centro, sentado en mármol, como si desde la altura de su silla divisara todo cuanto acontece en el entorno matinal que acogía en aquella hora a los veinticuatro académicos de número, estaba él, Miguel de Cervantes y Saavedra, escudado detrás de la estatua que Carlos Nicoli erigió en su honor, por haber hecho de su obra un monumento de la literatura universal.
El padre del idioma español parecía contemplar los preparativos de la actividad. A sus pies, una pareja de estudiantes de preuniversitario dejó el ramo de flores que daría inicio a la celebración, asimismo, la representante de la embajada de España repitió el procedimiento, minutos más tarde.
Los miembros de la ACuL ocuparon sus respectivos lugares, las medallas en sus cuellos cautivaban a los presentes, así como a los que iban de paso por las aceras del parque. Lo cierto es que, de un modo u otro, todo el que hizo estancia en el lugar mientras la ceremonia se efectuaba, cobraba para sí identidad y deleite por la lengua materna.
Nancy Morejón, una de las académicas refirió desde su palabra la historia y el devenir de los procesos culturales que hacen de La Habana lo que es hoy: «el conjunto urbanístico más conservado entre antiguas capitales coloniales del Continente»; y qué mejor lisonja a nuestro idioma que mediante remembranzas de los 500 años de la fundación de La Habana.
«Debemos hacer más, no podemos ni debemos esperar. Esta ciudad se salvará si nosotros somos capaces de hacerlo. Esta es nuestra tarea, tarea de todos, la parte que nos corresponde en el sostenimiento victorioso de la Patria. Que cada día nos encuentre más esperanzados, más batalladores, más dispuestos a hacer realidad los sueños. Ahora es lícito discrepar con el clásico, pues estos sueños serán algo más que sueños: serán nuestra realidad».
Elina Miranda, vicedirectora de la Institución, convidó a los presentes hacia el Aula Magna del Colegio Universitario de San Gerónimo. Allí sería otorgado el Premio Academia Cubana de la Lengua 2019 a la investigadora Mayerín Bello.