Leónidas, Esparta, Abdala y Martí.
(Tomado del Facebook de Oriol Marrero, Consejero embacuba Grecia)
La resistencia y heroicidad de los combatientes griegos en la batalla de las Termópilas (“Puertas calientes”) en el macizo montañoso de Kalídromo, en el año 480 antes de Cristo (Segunda Guerra Médica), y particularmente el papel jugado en ella por el héroe y rey Leónidas, de Esparta, llamaron poderosamente la atención del Héroe Nacional cubano José Martí, que identificó este hecho histórico como un referente para las luchas de Cuba por su independencia nacional.
Para Martí existía un hilo conductor independentista, libertario y épico entre las luchas de Grecia y las luchas de Cuba. Este pensamiento se expresó, al menos, en su discurso del 30 de noviembre de 1889 en el Harmann Hall de Nueva York, donde evocaría el ejemplo de la batalla en el Desfiladero de las Termopilas, y de Leónidas, para las luchas independentistas de Cuba. Ese día se refirió a una “Grecia misma resucitando”, y a una “Cuba, tan bella como Grecia”. Y dijo de Cuba que, “en tierra peleará, mientras haya un palmo de tierra, y cuando no lo haya, todavía peleará, de pie en la mar”, pues “Leónidas desde las Termopilas, desde Roma Catón, señalan el camino a los cubanos”.
Muchos años antes, en 1869, en el imprescindible para la historia y el futuro de Cuba poema dramático Abdala, Martí había evocado: “y que luche Nubia cual luchaba Esparta”; y “decid al tirano que en la Nubia / Hay un héroe por veinte de sus lanzas: / Que del aire se atreva a hacerse dueño: / Que el fuego a los hogares hace falta:/ Que la tierra la compre con su sangre: / Que el agua ha de mezclarse con sus lágrimas /.
Esta expresión épica, poética y dramática de Martí de alguna manera recuerda el ultimátum que había recibido el rey Leónidas, en el 480 antes de Cristo, por parte de los persas en el Desfiladero de las Termópilas, para que les entregara de manera incondicional sus armas, y “aire, fuego, tierra y agua”. Y es precisamente cuando se produce la histórica respuesta del rey espartano Leónidas al poderoso enemigo persa, respuesta que desembocaría en un arma histórica en sí misma, y en una frase icónica en la historia antigua y actual de las luchas del pueblo de Grecia por su independencia y soberanía.
Ante la exigencia a la rendición, la entrega de “aire, fuego, tierra y agua”, y de las armas por parte del poderoso rey persa Jerjes I, el rey espartano Leónidas habría respondido: “Ven y cógelas”! El histórico, famoso y épico grito –en lengua griega antigua— de, “Molón lavé”!
Cuando se cumplen justo este mes y por estos días, los 2 501 años de la trascendental batalla de las Termópilas y de la heroica resistencia de los griegos bajo el mando de Leónidas, frente a los poderosos y milenarios ejércitos invasores persas comandados por Jerjes I, no es ocioso releer la obra Abdala, escrita por el adolescente cubano de 15 años José Martí, publicada en La Habana el 23 de enero de 1869, en el único número de su pequeño periódico La Patria Libre, impreso en la imprenta y librería “El Iris”, Obispo 20 y 22, en algunos de cuyos versos exclamaría el Apóstol:
ESCENA I
ABDALA, UN SENADOR y CONSEJEROS
SENADOR
Guerrero ilustre: ¡calma tu entusiasmo!
Del extraño a la impúdica arrogancia
Diole el pueblo el laurel que merecían
Tan necia presunción y audacia tanta;
Mas hoy no son sus bárbaras ofensas
Muestras de orgullo y simples amenazas:
¡Ya detiene a los nubios en el campo!
iYa en nuestras puertas nos coloca guardias!
ABDALA
¿Qué dices, Senador?
SENADOR
—Te digo ¡oh, jefe
Del ejército nubio! que las lanzas
Deben brillar, al aire desenvuelta
La sagrada bandera de la patria! —
Te digo que es preciso que la Nubia
Del opresor la lengua arranque osada,
Y la llanura con su sangre bañe
Y luche Nubia cual luchaba Esparta! —
iVengo en tus manos a dejar la empresa
De vengar las cobardes amenazas
Del bárbaro tirano que así llega
A despojar de vida nuestras almas!
Vengo a rogar al esforzado nubio
Que a la batalla con el pueblo parta”.
ESCENA VIII
ESPIRTA, madre de Abdala. ELMIRA, hermana. ABDALA. UN SENADOR. CONSEJEROS. SOLDADOS.
Entran guerreros trayendo en brazos a Abdala, herido
ELMIRA Y ESPIRTA (Espantadas). ¡Abdala!
(Los guerreros conducen a Abdala al medio del escenario.)
ESP. ¿Que no llore, me dices? ¿Y tu vida
Alguna vez me pagará la patria?
ABD. La vida de los nobles, madre mía,
Es luchar y morir por acatarla,
Y si es preciso, con su propio acero
Rasgarse, por salvarla, las entrañas!
Mas... me siento morir: en mi agonía
(A todos:) no vengáis a turbar mi triste calma
¡Silencio!... Quiero oír... ¡oh! Me parece
Que la enemiga hueste, derrotada,
Huye por la llanura... ¡Oíd!... ¡Silencio!
Ya los miro correr... A los cobardes
Los valientes guerreros se abalanzan...
¡Nubia venció! Muero feliz: la muerte
Poco me importa, pues logré salvarla...
¡Oh, qué dulce es morir cuando se muere
Luchando audaz por defender la patria!
(Cae en brazos de los guerreros.)
Abdala sería tal vez en al menos una década la obra más significativa escrita por Martí con referencias a Grecia, pero no la única. En sus Fragmentos y poemas en elaboración, aunque no aparece la fecha exacta de los mismos, también exaltaría las luchas de Leónidas, como haría en el poema Orilla de Palmeras, donde evocó nuevamente el rol histórico y referencial de Esparta y de Leónidas, al exclamar: “Entre espartanos tantos, un Leónidas: Un Leónidas en cada un espartano”. En general, mencionaría en unas siete oportunidades al héroe espartano Leónidas, siempre directamente en sus trabajos.
Por eso, con el Héroe Nacional y con Cuba en el corazón, cuando se cumplen 25 siglos y un año de la batalla de las Termopilas, un grupo de compatriotas ha visitado la estatua de Leónidas en Esparta, y en gesto sencillo pero sentido, lleno de amor hacia el pueblo hermano de Grecia y su historia de luchas, ha acompañado al héroe del Desfiladero de las Termópilas con la bandera de la estrella solitaria, la misma bandera por la cual entregara su vida José Martí, luchando por la soberanía nacional de Cuba, a miles de kilómetros de distancia de las Termópilas, frente a otra potencia extranjera ocupante.
Si la célebre batalla de las Termópilas duró siete días, y de ellos hubo combates durante tres, a 2 501 años de aquella heroica resistencia griega la histórica resistencia del pueblo de Cuba frente a los nuevos imperios despierta en el mundo igual admiración y solidaridad durante ya 62 años. Tanto como en el Desfiladero de las Termópilas en el siglo V antes de Cristo, y tanto como en la heroica resistencia antes los cercos sangrientos y sedientos a la ciudad sagrada de Missolonghi, en el primer tercio del siglo XIX.
Martí vio esos nexos entre las luchas de Cuba y Grecia! Los describió. Están en sus obras literarias, en su poesía, en sus brillantes obras periodísticas. Pero más que eso, Martí era consciente y supo legar, en primer lugar con su vida, que no hay fuerzas y no hay Efialtes capaces de torcer las ideas justas hacia el camino de Anopia.