75 AÑOS DEL DÍA DE LA VICTORIA

75 AÑOS DEL DÍA DE LA VICTORIA

Textos y fotos Facebook Oriol Marrero, consejero Embacuba Grecia. Todas las fotos son del autor. El 9 de mayo de 1945 se declaró como el día de la victoria militar sobre el fascismo, entonces encarnado por el imperio alemán, italiano y japonés, cuya política conquistadora provocó a mediados del siglo XX una colosal Guerra Mundial, incendio devastador en el que se vieron enrolados unos 80 estados nacionales y 110 millones de soldados, con terribles consecuencias también para millones de civiles, niños, jóvenes, ancianos. El costo humano, social, económico, de la II Guerra Mundial, provocada por el imperialismo y el fascismo, muestra cifras espeluznantes y comúnmente aceptadas: se estima que murieron en dicha guerra hasta 70 millones de personas, y hubo, al menos, 28 millones de mutilados. El costo aproximado fue de un billón de dólares. Resultado “trascendente”: la destrucción de Europa, del Japón, y no solo, millones de muertos y mutilados, el trauma de una guerra fascista en varias generaciones de habitantes del planeta, y dígase también: el innecesario y criminal lanzamiento de dos bombas nucleares por parte de los Estados Unidos contra las poblaciones civiles de Hiroshima y Nagasaki, un hecho militar injustificado, que pretendía atemorizar a la URSS, el Estado Socialista que tuvo sobre sus hombros el peso fundamental en la victoria contra el fascismo. El papel de la URSS en la guerra contra el fascismo es una historia tan conocida como tergiversada, de forma mal intencionada. Durante los 1418 días y noches de combates hasta la liberación de Berlín, el Ejército Rojo liberó aproximadamente el 50% de Europa, un total de 16 países, con 120 millones de habitantes, sin contar en este dato la actual parte europea de la entonces URSS. Los otros seis países fueron liberados conjuntamente por fuerzas aliadas de Reino Unido y los Estados Unidos. Las pérdidas humanas de la URSS durante la II Guerra Mundial se estiman entre 17 y 37 millones. Alemania, entre 4,5 y 10 millones. No hay comparación entre las pérdidas humanas de la URSS y las de los Aliados, en una guerra, donde no debió morir una sola persona, porque no debió haber existido. La desencadenó el imperialismo, la desencadenó el fascismo. Un sondeo hecho en Francia en mayo del año 1945 acerca de la percepción de las personas sobre quién liberó a Europa del fascismo, arrojó que el 57% de los encuestados respondió que había sido la URSS; el 20% dijo que Estados Unidos, y el 12% que Reino Unido. Este mismo sondeo se repitió en mayo de 1994, y nuevamente, en mayo de 2004. El resultado: en mayo de 1994, el 49% de los encuestados dijo que el papel fundamental en la liberación de Europa durante la II Guerra Mundial lo jugó Estados Unidos; el 25% que la URSS, y el 16% que Reino Unido. En 2004: el 58% de los encuestados dijo que Estados Unidos había liberado a Europa del fascismo en la II Guerra Mundial; el 20% dijo que la URSS, y Reino Unido se mantuvo igual. Publicaciones disponibles y accesibles indican que incluso ya en 2015, encuestas aplicadas en Francia, Alemania y Reino Unido arrojaron que tan solo el 13% de los entrevistados pensaba que el Ejército Rojo había jugado el papel principal en la derrota del fascismo en Europa. Más del 50% de los alemanes y más del 61% de los franceses dijeron que sus países fueron liberados por Estados U.6/)₩Casi el 50% de los británicos consideró que Reino Unido jugó el papel clave en el final de la II Guerra Mundial. Solo el 8% en Francia y el 13% en Alemania opinó que el Ejército Rojo combatió contra Alemania nazi. El 22% de los encuestados en 2015 respondió no saber, no tener opinión, sobre quién liberó a Europa del fascismo. La guerra contra la URSS fue una guerra de exterminio, exterminándose a la población y a los soldados por todas las vías posibles. Solo en los primeros meses de la invasión a la URSS -que se inició en junio de 1941-, y que se caracterizaron por rápidas victorias iniciales del ejército alemán, aparece que al menos 3 millones 300 mil soldados soviéticos capturados por los alemanes, y que no lograron evadir los cercos, fueron o asesinados de la manera más atroz, o dejados morir por inanición. El gas “Ziklon”, que mataba a las víctimas por ahogamiento, fue “probado” o “ensayado” con 300 prisioneros soviéticos, hombres, mujeres y niños. Luego aplicado a miles y miles de prisioneros en los campos de concentración. La histórica fortaleza de Brest-Litovsk, primer punto del ataque fascista alemán a la URSS aun hoy da fe de la férrea y enconada resistencia del Ejército Rojo, como ocurrió en toda la URSS; como ocurrió en los destacamentos de guerrilleros antifascistas, tanto en la URSS, como en cada punto de la geografía de Europa, y no solo. Muchas personas murieron peleando contra el fascismo. No solo europeos. Un día como hoy han de estar especialmente en la memoria tres compatriotas cubanos que integraron el Ejército Rojo durante la Gran Guerra Patria en la URSS (1941-1945), cayendo dos en combate. Durante la liberación de Polonia, en la toma del poblado de Fürstenau, el 30 de enero de 1945, murió Enrique Vilar Figueredo, siendo el comandante de un pelotón de fusileros. El joven de 19 años Enrique, quien al estallar la Segunda Guerra Mundial estaba en la Unión Soviética, pidió alistarse voluntariamente en el Ejército Rojo. Por su entrega, el Soviet Supremo de la Unión Soviética lo condecoró con la Orden de la Guerra Patria, y el Consejo de Estado de la República de Cuba con la Orden Ernesto Che Guevara de Primer Grado. Por su parte, otro compatriota cubano, Aldo Vivó, murió en combate contra los fascistas alemanes durante el bloqueo a Leningrado, y su hermano Jorge Vivó sobrevivió, después de ser evacuado a Kazajistán gravemente herido. En el 75 aniversario de la victoria sobre el fascismo tampoco se olvidan los compatriotas cubanos caídos en la Guerra Civil Española, de 1936-1939. Algunas cifras hablan de 1225 voluntarios cubanos que fueron a pelear contra el fascismo en las filas republicanas. Otras fuentes hablan de 1412 cubanos, y se dice que es el mayor contingente nacional entre los 54 países que aportaron combatientes a la gesta. Un hecho curioso es que incluso 15 turistas cubanos que estaban visitando la Exposición Universal de París se sumaron a las Brigadas Internacionales, y fueron a pelear por la República en España. Pablo de la Torriente Brau, periodista y voluntario cubano de 35 años, llegó a ser comisario político en la Décima Brigada Mixta, muerto con las armas en la mano luchando en las cercanías de Madrid. Un centenar de cubanos perdió la vida en dicha contienda, y 130 fueron ascendidos a grados de oficiales. En Cuba, además, había sido creada la Asociación Nacional de Ayuda al Pueblo Español. Quienes no se movilizaron hacia España aportaron, en muchos casos, lo poco que tenían, por lo que existió un flujo permanente de dinero o especies, provenientes de pequeñas aportaciones a lo largo de toda la isla. Fueron enviadas a las filas republicanas toneladas de leche en polvo, azúcar o tabaco. Se creó también el Comité de Ayuda al Niño Español, que logró instalar una escuela-hogar infantil cerca de Barcelona, bajo el nombre de Pueblo de Cuba, a la que dotaron además con una camioneta y una ambulancia. Esta ayuda pudo extenderse a los cientos de niños evacuados en Francia o México. Tal vez estos ejemplos de internacionalismo, que no son los únicos, ilustran mejor a los olvidadizos, sobre la tradición internacionalista del pueblo heroico de Cuba. La fecha simbólica y real del 9 de mayo de 1945 marca el Día de la Victoria contra el ejército hitleriano y sus satélites durante la II Guerra Mundial, pero lamentablemente el fascismo no ha muerto. El bloqueo genocida contra Cuba es un hecho de fascismo en todas sus manifestaciones. La promoción de un clima de odio, del discurso de odio, el racismo, el fomento del supremacismo racial y nacional, la gratuita y creciente estigmatización y la demonización del Socialismo, y de los pueblos que han escogido soberana y libremente este destino, generan abiertos discursos de odio, peligrosa e irresponsable intolerancia, y colindan, se confunden, pero sobre todo, en la práctica promueven ideología y actos fascistas, y terroristas. Hay varios ejemplos muy recientes. Cuba ha sufrido voladura de aeronave, atentado a círculos infantiles, plagas y enfermedades introducidas, ataques a sedes diplomáticas y asesinatos de personal diplomático, actos violentos con uso de explosivos, ataque militar directo, violencia real y violencia verbal simbólica, incitación fascista al odio y al exterminio. La lista es larga. Hace prácticamente semanas la Organización de Naciones Unidas expresó su "creciente preocupación" por los discursos de odio: "Son síntoma de que algo no está bien". Y expresó su preocupación por las políticas de genocidio: “En el genocidio el objetivo es un grupo específico que el Derecho Internacional distingue en cuatro categorías: nacional, racial, étnico o religioso, viendo éste como “la intención de destruir al grupo" por cualquier medio. Se pretende "exterminar" a todo un colectivo, ya sea matando directamente a sus miembros o sometiéndolos a "unas condiciones de vida que sean extremadamente difíciles”. ¿QUÉ FASCISMO SE DERROTÓ HACE HOY 75 AÑOS? Si en Europa en 1945 sería derrotado militarmente el imperialismo fascista que intentó ‘integrar’ bajo su égida al continente, en América no. En América se impuso un modelo de “integración por conquista”, que está descrito en la literatura científica. El primer ejemplo americano de “integración por conquista” de un país completo fue Cuba. Y Puerto Rico. La historia es conocida. Cuba es hoy un país libre y soberano, socialista. Es un hecho que, después de la derrota sobre el fascismo alemán -afortunadamente y como regla-, en Europa no han existido batallas militares entre Estados para la imposición hegemónica de paradigmas. En América sí. Es América una región del planeta donde el contrapunteo entre los paradigmas enfrentados sigue siendo tan actual hoy como el día en que se proclamó la Doctrina del Destino Manifiesto o la Doctrina Monroe, desde el día en que Bolívar escribió la “Carta de Jamaica”, o José Martí, “Vindicación de Cuba”. En su obra “Nuestra Colonia de Cuba”, el sociólogo norteamericano L. Jensk (1928) reconoce que la historia de EEUU desde la Independencia, “es una crónica no interrumpida de expansión e imperialismo, pues gran parte del territorio añadido a nuestros dominios originales es el resultado de conquistas y guerras. Desde los tiempos de Napoleón, ningún país continental europeo ha extendido su dominio territorial en la misma proporción que los Estados Unidos”. No fueron solamente México, Puerto Rico o Cuba los países atacados o invadidos por EEUU, ni las invasiones ocurrieron sólo en el siglo XIX. En el siglo XX EEUU intervino militarmente en casi una decena de países de la región, creó protectorados, bases, estacionó ejércitos y proclamó políticas para lograr la expansión comercial, la conquista y el sometimiento cultural, proceso que quedaría bastante descrito en 1935 por el General de División de la Infantería de Marina O. Buttler, protagonista directo de estos “servicios”: “Me he pasado 33 años y 4 meses en el servicio activo –escribió Buttler-, como miembro de la más ágil fuerza militar de este país: con el cuerpo de infantería de marina. Serví en todas las jerarquías, desde segundo teniente hasta general de división, pasé la mayor parte del tiempo en funciones de pistolero de primera clase para los grandes negocios, para Wall Street y para los banqueros. En una palabra, fui un pistolero del capitalismo. Así, por ejemplo, en 1914 ayudé a hacer que México y en especial Tampico, resultasen una presa fácil para los intereses petroleros norteamericanos. Ayudé a hacer que Haití y Cuba fuesen lugares decentes para el cobro de rentas por parte del National City Bank. Entre 1909 y 1912 ayudé a pacificar a Nicaragua para la Casa Bancaria Internacional de Brown Brothers. En 1916, llevé luz a la República Dominicana en nombre de los intereses azucareros norteamericanos. En 1903, ayudé a ‘pacificar’ a Honduras en beneficio de las compañías fruteras norteamericanas y en 1917 ayudé a que la Standar Oil pudiera avanzar en su camino sin ser molestada”. ¿Cuál es la diferencia esencial de fines entre las agresiones que testimonia el “sincero” O. Buttler, y el avance de las divisiones alemanas por Europa en dos guerras mundiales? Son relativamente recientes las invasiones a la República Dominicana, Granada, Panamá o el intento de invasión a Cuba, derrotado en 72 horas. O los golpes promovidos por EEUU en Guatemala, Chile, Ecuador, Brasil, Venezuela o Bolivia. A propósito, hechos muy posteriores a 1945. Hace solo unas horas el sr. Presidente de Estados Unidos expresó, sin recato: "Si alguna vez hiciéramos algo con Venezuela no sería de esa forma. Sería ligeramente diferente. Se llamaría una invasión. Si quisiera entrar en Venezuela no lo mantendría en secreto, y no mandaría a un grupo pequeño, hablaríamos de un Ejército". GLORIA A LOS CAÍDOS EN LA LUCHA CONTRA EL FASCISMO. En imágenes (acompañadas de disculpas por su crudeza): campo de concentración en Breendonk, Bélgica. Liberado el tres de septiembre de 1944. "Se utilizó principalmente para la detención de prisioneros políticos y judíos que posteriormente serían deportados a Alemania. Los primeros prisioneros llegaron el 20 de septiembre de 1940". "Durante los primeros meses la vida en el campo era medianamente insoportable pero con la invasión alemana a Rusia se redujeron las raciones de alimentos y comenzó el hambre y la muerte por inanición; la desesperación por la falta de comida llevó a que muchos prisioneros se alimentasen de hierba". "La zona destinada a los prisioneros constaba de 12 habitaciones con 16 literas de 3 camastros cada una resultando un total de 48 reos por habitación y 576 de aforo aunque nunca se sobrepasó de los 600 prisioneros a la vez". "Estas habitaciones carecían de calefacción y en algunas ocasiones se permitía la colocación de una estufa aunque lo habitual era que los prisioneros durmiesen pegados unos a otros para no perder el calor corporal; este hecho atraía a las chinches y cucarachas que se pegaban a sus ropas". "Respecto a la higiene personal se permitía el lavado diario de manos o caras pero las duchas, siempre heladas, eran generalmente de carácter semanal o mensual lo que favorecía las constantes infecciones de los prisioneros". "Aunque Breendonk era un campo muy pequeño y carente de zonas de exterminio o asesinato si se producían ejecuciones por ahorcamiento o por fusilamiento; desde noviembre de 1942 hasta agosto de 1944, y siempre por motivos de escarmiento o represalia por los ataques de la Resistencia hacia las tropas invasoras alemanas, se asesinaron a 185 prisioneros siendo 164 por fusilamiento (generalmente de 10 en 10 y escogidos al azar) y 21 por ahorcamiento. A estos últimos se les ejecutó tras un juicio sumarísimo en que la condena era sabida de antemano. Otros 115 prisioneros murieron por hambre y agotamiento". "En total y según los registros de Breendonk, por sus instalaciones pasaron 3.532 prisioneros (30 de ellos mujeres) de los que unos 300 murieron por los motivos anteriormente expuestos pero siempre con una media de vida de 3 meses de vida como máximo". "El trabajo esclavizado e inhumano consistía en extraer la arena del foso que rodeaba la fortaleza de Breendonk y trasportarla en carretillas a otro lado en donde se utilizaba para construir un segundo muro que rodease el campo a fin de evitar tanto fugas de prisioneros como miradas indiscretas desde el exterior". "Una de las torturas principales de los guardias era la de que una vez que habían sacado unos metros cúbicos de arena el hacer que los prisioneros la volviesen a tirar al foso y repetir el trabajo de extraerla de nuevo". "Se estima que en total se sacaron unos 250.000 metros cúbicos de arena sin ningún tipo de maquinaria, solamente la mano humana esclavizada". "Una de las torturas preferidas era la de que los prisioneros o prisioneras seleccionados eran desnudados por completo y se les ataban las manos a la espalda para ser colgados por ellas; se les golpeaba con furia hasta la extenuación o pérdida del conocimiento por el dolor y posteriormente se les soltaba de golpe para que cayeran de rodillas sobre unas astillas de madera dispuestas de punta para que se clavasen en su cuerpo". "Otros métodos de tortura eran una presillas con tornillos que aplicados a los dedos pulgares rompían el hueso lentamente; también había una especie de corona con tornillos que se aplicaba a la cabeza del prisionero y oprimía en cráneo hasta fracturarlo; tampoco faltaron equipos de descargas eléctricas e hierros calentados al rojo vivo con el que se quemaba la carne de los torturados". "Para producir el mayor efecto psicológico entre los prisioneros, las torturas se realizaban con la puerta abierta de estas salas a fin de que los demás prisioneros oyesen los gritos de las víctimas que podían durar hasta 5 horas".

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