Aniversario 50 del asesinato del Che

A la vuelta de 50 años de aquel empeño libertario para América que fue la guerrilla de Bolivia comandada por el Che, no hay mejor testimonio de lo que aconteció cada día en la vida de esos hombres que el diario que celosamente llevaba Ernesto Guevara de la Serna. Era una costumbre de los días de la Sierra, un deber de guerrillero y de jefe revolucionario que, con el paso del tiempo, se ha convertido no solo en un documento histórico, sino en un sitio de encuentro y aprendizaje.

Porque consideramos que no hay mejores palabras que las suyas para contarlo, Granma reproduce fragmentos de ese diario, específicamente los resúmenes de cada final de mes, donde se unen el análisis de los acontecimientos, las evaluaciones de la tropa y las proyecciones del futuro.

ANÁLISIS DEL MES

Aunque no tengo noticias de lo ocurrido en el campamento, todo marcha aproximadamente bien, con las debidas excepciones, fatales en estos casos.

En lo externo, no hay noticias de los dos hombres que debían mandarme para completar el conjunto; el Francés ya debe estar en La Paz y cualquier día en el campamento; no tengo noticias de los argentinos ni del Chino; los mensajes se reciben bien en ambas direcciones; la actitud del partido sigue siendo vacilante y doble, lo menos que se puede decir de ella, aunque queda una aclaración, que puede ser definitiva, cuando hable con la nueva delegación.

La marcha se cumplió bastante bien, pero fue empañada por el accidente que costó la vida a Benjamín; la gente está débil todavía y no todos los bolivianos resistirán. Los últimos días de hambre han mostrado una debilitación del entusiasmo, caída que se hace más patente al quedar divididos.

 

De los cubanos, dos de los de poca experiencia, Pacho y el Rubio no han respondido todavía, Alejandro lo ha hecho a plenitud; de los viejos, Marcos da continuos dolores de cabeza y Ricardo no está cumpliendo cabalmente. Los demás bien. La próxima etapa será de combate y decisiva (Granma).

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