Casi al cierre de una nueva semana de enfrentamiento a la COVID-19 en el país, la situación epidemiológica continúa siendo diversa y no exenta de riesgos. Si bien solo en cuatro provincias —La Habana, Ciego de Ávila, Mayabeque y Sancti Spíritus— se concentraban los 62 casos informados en el día, Cuba sigue atenta a todos los escenarios, porque el reto sigue siendo cerrar caminos a la enfermedad tanto como sea posible.
Al panorama que distingue el día a día en esos territorios, estuvieron dirigidos esencialmente este sábado los análisis del grupo temporal de trabajo para la prevención y control del nuevo coronavirus, que encabezan el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz.
Especial atención se ofreció durante el intercambio a la capital cubana donde, teniendo en cuenta el comportamiento de la enfermedad, en días recientes se decidió flexibilizar algunas de las medidas restrictivas que se habían impuesto durante el mes de septiembre, lo cual no significa que esta provincia haya avanzado en las fases de la etapa de recuperación.
Con tres eventos de transmisión local abiertos; 76 controles de focos activos; y una tasa de incidencia por cada 100 000 habitantes en los últimos 15 días de 15,41, periodo en el que se han reportado 329 pacientes con la enfermedad, La Habana permanece en fase de transmisión autóctona limitada y en consecuencia tiene que ser el comportamiento en la urbe.
En ese contexto, el Presidente de la República insistió en la claridad con que se debe tratar este asunto para que no exista confusión. Lo que se ha hecho —aseveró— es “levantar las restricciones adicionales que habíamos puesto en las condiciones del rebrote y que indudablemente dieron un resultado, por lo cual la situación ha empezado a mejorar”.
Ahora nos corresponde aplicar las medidas “con mucho rigor, porque el problema no es solo haber sobrepasado el rebrote, si no que tengamos la capacidad para evitar uno nuevo” y actuar oportunamente ante cada situación.
La práctica tiene que seguir siendo —subrayó— trabajar con exigencia y prestando mucha atención en que no se resquebrajen las medidas, ni en el sistema de Salud, ni en el funcionamiento de las instituciones, ni en los centros de trabajo, ni en ningún escenario.
La convocatoria a la responsabilidad individual, familiar, colectiva, comunitaria y social tiene que ser constante, porque “compartiendo responsabilidades nosotros podemos seguir avanzando hacia una situación más favorable en La Habana”, subrayó.