El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, intervendrá en el Segmento de Alto Nivel de la Conferencia de Desarme, a celebrarse del 22 al 26 de febrero de 2021, en Ginebra. La participación de Cuba en este evento se corresponde con su compromiso frente al régimen internacional de desarme, no proliferación y control de armamentos. El Segmento de Alto Nivel estará presidido por el Embajador y Representante Permanente de Bélgica ante las Naciones Unidas y presidente de la Conferencia, Marc Pecsteen de Buytswerve. La Conferencia, a resultas de la primera Sesión Especial de Desarme de la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1978, fue reconocida como “el foro único de negociaciones multilaterales sobre desarme”. En esta conferencia, se han negociado con éxito instrumentos como la Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, la Producción y el Almacenamiento de Armas Bacteriológicas (Biológicas) y Toxínicas y sobre su Destrucción; Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, la Producción, el Almacenamiento y el empleo de Armas Químicas y sobre su Destrucción y el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares. Se debe resaltar la histórica posición de Cuba que considera que la mera existencia de armas nucleares constituye una amenaza a la paz y la seguridad internacional. El empleo de una parte ínfima del arsenal nuclear tendría consecuencias catastróficas para nuestro planeta. Es responsabilidad de todos preservar la existencia del ser humano frente a la amenaza de las armas nucleares. La posición de Cuba se sustenta en el pensamiento humanista del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, luchador incansable por el desarme nuclear, quien expresara que: “En una guerra nuclear el daño colateral sería la vida de la humanidad”. Recordemos el histórico discurso pronunciado por nuestro Comandante en Jefe el 12 de Octubre de 1979, en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas. Dijo Fidel: "No he venido aquí como profeta de la revolución; no he venido a pedir o desear que el mundo se convulsione violentamente. Hemos venido a hablar de paz y colaboración entre los pueblos, y hemos venido a advertir que si no resolvemos pacífica y sabiamente las injusticias y desigualdades actuales el futuro será apocalíptico. El ruido de las armas, del lenguaje amenazante, de la prepotencia en la escena internacional debe cesar. Basta ya de la ilusión de que los problemas del mundo se puedan resolver con armas nucleares. Las bombas podrán matar a los hambrientos, a los enfermos, a los ignorantes, pero no pueden matar el hambre, las enfermedades, la ignorancia. No pueden tampoco matar la justa rebeldía de los pueblos y en el holocausto morirán también los ricos, que son los que más tienen que perder en este mundo. Digamos adiós a las armas y consagrémonos civilizadamente a los problemas más agobiantes de nuestra Era. Esa es la responsabilidad y el deber más sagrado de todos los estadistas del mundo. Esa es, además, la premisa indispensable de la supervivencia humana”. Entre los principios de la política exterior de la República de Cuba, recogidos en la Constitución promulgada el 24 de febrero de 2019, se reafirma que: “promueve el desarme general y completo y rechaza la existencia, proliferación o uso de armas nucleares, de exterminio en masa u otras de efectos similares, así como el desarrollo y empleo de nuevas armas y de nuevas formas de hacer la guerra, como la ciberguerra, que transgreden el Derecho Internacional”. Cuba, junto al Movimiento de Países No Alineados, ha demandado con firmeza y de manera sistemática la prohibición y eliminación total de las armas nucleares. El uso o amenaza de uso de las armas nucleares es una violación de la Carta de las Naciones Unidas y del Derecho Internacional, incluyendo el Derecho Internacional Humanitario, y no puede ser justificado bajo ningún concepto o doctrina de seguridad. Cuba participó en la celebración por el Día Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares el 2 de octubre de 2020, durante el 75 período de sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas. Allí refrendó que estas armas son inhumanas, inmorales, y éticamente indefendibles. Cuba continuará con el legado de Fidel, continuará con sus compromisos multilaterales en aras del cumplimiento del derecho internacional, la justicia social, el bienestar de los pueblos y la supervivencia humana. (Embacuba Grecia y Cubaminrex)
