Condenan graduados haitianos en Cuba, nuevas agresiones de EE.UU.

Mientras que la humanidad se está enfrentando a una terrible pandemia, que ya le ha costado decenas de miles de vidas. Mientras que centenares de hermanos y hermanas cubanos, del sector de la salud, brindan su ayuda desinteresada en la lucha en contra el mortífero COVID-19, un sicario, sin duda perteneciente al clan de la ultraderecha cubana en los Estados Unidos, disparó contra la sede de la representación diplomática de la República de Cuba en la capital estadounidense.

Cabe señalar que este repudiable acto de terrorismo viola el derecho internacional y las convenciones sobre el derecho diplomático, de las cuales –parece haberlo olvidado- Estados Unidos es signataria. Tal acto ha sido perpetrado en el país que pretende erigirse como el campeón de la democracia, mayor defensor de los derechos humanos y el gendarme del mundo.

Se precisa que este vandálico hecho fue posible gracias a la impunidad, el amparo de que gozan sicarios y terroristas que actúen contra la mayor de Las Antillas. La historia lo demuestra. Es bueno recalcar que esta impunidad tiene raíz en la política agresiva y el afán de Estados Unidos por derrocar a la Revolución Cubana.

Podemos citar ejemplos como el del tristemente célebre, Luis Posada Carriles, autor o coautor de múltiples actividades de corte terrorista, dentro o fuera de Cuba, contra empresas o intereses aun de terceros países vinculados con la isla.  Gozó no solamente de impunidad, sino también del apoyo incondicional de las instituciones oficiales del Imperio para ejecutar sus fechorías a lo largo y ancho de América Latina.

Frente a tan desvergonzado acto terrorista contra Cuba, debemos unir fuerzas los revolucionarios del mundo para repudiarlo. El sicario, así ya ha sido comprobado en las investigaciones preliminares –y él no lo niega-, puso en peligro la vida del personal de la representación diplomática cubana.

Actos de esta naturaleza no son “para lamentar”, sino para que las autoridades norteamericanas las prevengan y repriman con el máximo rigor.

Exigimos a las autoridades de Estados Unidos que cumplan con su deber de Estado receptor, de proteger a los funcionarios y las sedes diplomáticas acreditadas en su territorio.

Hoy, en todo el mundo, se vive pendiente y contando cada día los muertos y pacientes recuperados de la pandemia provocada por el nuevo coronavirus y luchando para detener este flagelo. Cuba, un país sin apenas recursos y bajo los efectos del más largo y cruel bloqueo en la historia de la humanidad, nos está dando ejemplo de organización y control en su territorio, así como de solidaridad y altruismo al enviar más de una veintena de brigadas médicas del contingente “Henry Reeve”, de los que suman ya más de 1400 profesionales cubanos, a combatir la pandemia. Sin embargo, el gobierno de EEUU incrementa sus acciones por recrudecer las sanciones contra Cuba y una feroz campaña de descrédito a la cooperación médica internacional que la isla proporciona en los cinco continentes, que cuenta con el reconocimiento de organismos internacionales de la salud y de millones de seres humanos en todo el orbe.

Condenamos las sanciones coercitivas unilaterales de toda índole en contra de pueblos que solo luchan por mantener su soberanía y autodeterminación.

Hoy más que nunca, aún en medio de la lucha contra la pandemia, la política de doble moral del imperio está presente. La administración de Donald Trump aprovecha estos momentos para adoptar nuevos paquetes de medidas para arreciar el bloqueo en contra de la hermana República de Cuba.

En nombre del colectivo de los profesionales haitianos graduados en Cuba, uno mi voz a las de todos y todas los que luchan en contra de este genocida y cruel bloqueo.

 

¡Abajo el bloqueo a Cuba!

¡Abajo la extraterritorial Ley Helms-Burton! 

¡Abajo la Ley Torricelli!

¡Viva Cuba Libre!

 

Yvon Virgil

Periodista,

Ex becario en Cuba.

 

Puerto Príncipe, Haití.

5 de mayo de 2020.

Categoría
Solidaridad
RSS Minrex