El primer ministro de Cuba, Manuel Marrero Cruz, resaltó, este lunes, la necesidad de transformar la injusta, desigual y antidemocrática arquitectura financiera internacional, sobre todo, en un contexto donde la pandemia de la COVID-19 ha profundizado las desigualdades entre países desarrollados y en desarrollo.
Durante su intervención en el Segmento de Jefes de Estado y/o Gobierno del Foro del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas sobre Financiación para el Desarrollo, celebrado en formato virtual, Marrero Cruz explicó que las naciones en progreso tienen el desafío de enfrentar los crecientes gastos en Salud, la contracción de sus economías, el aumento de los déficits fiscales, la deuda externa, la inseguridad alimentaria, el desempleo y la pobreza, factores que ponen en peligro la implementación de la Agenda 2030.
Añadió que, en contraste, algunas potencias derrochan recursos billonarios en gastos militares, incumplen el compromiso de aportar el 0,7 % de su PIB a la Ayuda Oficial al Desarrollo, e imponen,medidas coercitivas unilaterales que violan la Carta de la ONU y el Derecho Internacional.
En el caso específico de Cuba, reiteró que sufre el bloqueo económico, comercial y financiero más largo de la historia, impuesto por los sucesivos gobiernos de Estados Unidos, y recrudecido a niveles sin precedentes, incluso durante la pandemia, con la aprobación de más de 240 medidas -por parte de la administración saliente-, que aún se mantienen vigentes.
«Esta criminal e ilegal política, que rechaza la comunidad internacional, constituye el principal obstáculo al desarrollo sostenible de mi país», amplió.
Resaltó que, a 25 años de la creación de la Organización Mundial del Comercio, la Ronda de Doha para el Desarrollo está paralizada, y un trato especial y diferenciado para los países del Sur sigue siendo una quimera. Cada vez nos alejamos más del cumplimiento de los compromisos de la Agenda de Acción de Addis Abeba.
Marrero Cruz destacó que los esfuerzos de las naciones en desarrollo deben ser respaldados con acciones concretas en materia de transferencia de tecnologías, financiamiento externo en condiciones justas, acceso a mercados, desarrollo de capacidades y cooperación Norte-Sur.
Respecto a la deuda externa, alegó que urge una solución inmediata, porque su desmesurado monto lastra los esfuerzos de los países del Sur para enfocarse en su desarrollo. «Es tiempo de que los países desarrollados salden su deuda histórica con la humanidad por el colonialismo, las injustas guerras y la depredación de los recursos naturales y del medioambiente. Se requieren soluciones inmediatas y duraderas, que permitan un futuro próspero, equitativo y sostenible», expresó.
Recalcó que todos tenemos el compromiso de trasladarles a las nuevas generaciones confianza en el futuro, y demostrarles que un mundo mejor es posible.
Fuente: Periódico Granma.