INDEPENDENT ONLINE │THE STAR │ 30 de Julio de 2019 │ ALVIN BOTES │* Botes es Viceministro de Relaciones Internacionales y Cooperación de Sudáfrica. Es además miembro del Comité Nacional Ejecutivo del Congreso Nacional Africano.
El 26 de julio de 1953, el cuartel militar Moncada en Santiago de Cuba fue el escenario de un ataque armado por un grupo de 135 revolucionarios liderados por Fidel Castro.
Este ataque es ampliamente reconocido como la chispa que encendió la Revolución Cubana. Castro fue acusado y finalizó su defensa legal con el hoy famoso argumento: "La historia me absolverá". Esto recuerda la declaración de Nelson Mandela en el muelle cuando concluyó: "Es un ideal para el que espero vivir y verlo realizado... pero si es necesario, es un ideal por el que estoy preparado para morir."
Las relaciones de Cuba con los movimientos de liberación africanos comenzaron en 1963, poco después del triunfo en esta batalla contra la dictadura de Batista en Cuba. Líderes cubanos viajaron a Argel para establecer relaciones formales con el Frente de Liberación Nacional de Argelia, y el Che Guevara viajó a África en 1963, significativo punto de inflexión en el fortalecimiento de la relación entre Cuba y los movimientos de liberación del continente.
Así, desde 1963 hasta 1991, Cuba apoyó a 17 países africanos con intervenciones de cientos de miles de soldados, médicos y trabajadores sociales cubanos.
Otra arista de la política exterior de Cuba fue su fuerte postura contra el régimen del Apartheid en los foros internacionales. El apoyo de Cuba a la Resolución 435 de la ONU, así como la ayuda directa a la lucha de Angola en defensa de su independencia desde 1975 hasta 1988, contra las incursiones militares del apartheid, constituyeron el eje de la política cubana hacia los movimientos de liberación del sur de África.
De hecho, la historia absolvió a Fidel Castro y continúa absolviéndolo. Se evidencia que la Revolución Cubana creó una vida mejor para todos sus ciudadanos, incluyendo la erradicación del analfabetismo; la educación gratuita y de calidad desde la primera infancia hasta el tercer nivel educacional; la devolución de la tierra y las casas a su población; los servicios sociales y médicos gratuitos, lo cual aumentó la calidad y la esperanza de vida, devolviendo la dignidad a la gente común de Cuba.
Más allá de las diferentes ideologías y del nivel de desarrollo, Cuba y Sudáfrica comparten aspectos de un legado histórico de colonización, racismo, esclavitud, lucha de liberación, revolución; así como de reconstrucción y desarrollo post colonial.
A medida que Sudáfrica avanza hacia otra década de transformación y gobierno post-apartheid, su relación con Cuba está basada en nuestra agenda de desarrollo mutuo, en tanto el país equilibra sus necesidades internas con la competitividad en la arena internacional.
Igualmente, nacido hace más de medio siglo, el Movimiento de Países No Alineados (MNOAL) encarnaba la identidad colectiva y las aspiraciones de las nuevas naciones independientes en África y Asia.
La génesis del MNOAL es relevante como una voz que aboga por los países pobres, menos desarrollados y altamente endeudados. La consolidación de la cooperación Sur-Sur y el funcionamiento del MNOAL como principal instrumento para construir puentes con el Norte y los países altamente industrializados, puede representar la mejor opción para la diplomacia internacional.
Al comienzo de nuestros próximos 25 años de democracia, continuaremos apoyando a nuestros amigos como Cuba, Irán, Venezuela, Palestina, Nicaragua, Sahara Occidental y cualquier otro país que sufra bloqueos económicos unilaterales, violaciones del Derecho Internacional y de su soberanía territorial.