«La colaboración cubana y su modesto esfuerzo, permanecerá en Haití los años que sean necesarios, si el gobierno de esa nación así lo dispone», así afirmó el General de Ejército Raúl Castro Ruz sobre la solidaridad de Cuba con ese país caribeño en la Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe de 2010.
En 1998 cuando el pueblo haitiano fue golpeado por los huracanes George y Mitch causantes de 230 víctimas mortales y que dejaron sin hogar a más de 167 mil personas, Cuba ofreció su ayuda desinteresada en múltiples ámbitos, el más importante relacionado con la cooperación sanitaria.
En aquella ocasión más de 350 cooperantes del sector de la salud llegaron para atender las necesidades del pueblo haitiano que se encontraba en una difícil situación.
Como parte de esa relación bilateral, capaz de privilegiar la cooperación por encima de asimetrías e intereses de mercado, llegaron en 1999 haitianos de las zonas más pobres a estudiar de forma gratuita la carrera de Ciencias Médicas, caracterizada por su enfoque humanista y comunitario.
Precisamente, ese intercambio de formación de profesionales se mantiene hasta hoy y al cierre del pasado año egresaron de las universidades cubanas más de mil médicos haitianos y también profesionales de otros sectores.
Mientras los eventos meteorológicos extremos, terremotos, huracanes, intensas lluvias y epidemias sanitarias como la del cólera, se han ensañado con Haití, nunca la brigada médica ha abandonado esa nación, por el contrario, su presencia se ha multiplicado.
El terremoto que azotó a Haití en enero de 2010 marcó otro hito en las relaciones bilaterales. La brigada médica cubana se desplegó de forma inmediata en auxilio de las víctimas en las más difíciles condiciones y en las zonas de difícil acceso, incluidos los espacios montañosos y alejados de centros urbanos.
En ese contexto, Cuba reforzó la presencia médica en el país y desarrolló un Plan para la Reconstrucción y Fortalecimiento del Sistema de Salud haitiano, con la colaboración de otros países como Venezuela, Brasil, México, Chile y Noruega.
Sin embargo, uno de los mayores méritos de la asistencia médica cubana en ese hermano país es su enfoque sanitario preventivo, el cual ha posibilitado la capacitación a las familias haitianas en temas como las medidas higiénicas sanitarias y los manejos de desechos.
En el contexto actual, cuando nuevamente un terremoto deja un saldo de miles de heridos y fallecidos, nuestros cooperantes, guiados por una profunda vocación humanista, continuarán brindando su ayuda solidaria al hermano pueblo haitiano.
El despliegue de galenos cubanos en la atención de los damnificados por el sismo de 7,2 grados en la escala de Richter registrado en el sur de la nación caribeña este sábado 14 de agosto ha permitido atender cientos de heridos y adecuar las instalaciones sanitarias para mantener la atención de los enfermos de la COVID-19.
Durante más de dos décadas, al menos 30 millones de casos y más de dos millones de pacientes han sido atendidos de primera mano por esta alianza médico asistencial, donde han participado más de 8 mil colaboradores cubanos, algunos en condiciones muy difíciles.
Más allá de las cifras, y aunque los medios de comunicación del primer mundo hayan ignorado el papel desempeñado por Cuba, el cuerpo médico de la Mayor de las Antillas ha demostrado una inmensa vocación de servicio en más de 20 años de alianzas estratégicas.
Cuba reafirma su compromiso de continuar trabajando junto al hermano pueblo haitiano para la concreción de otros proyectos, no solo en el sector de la salud, sino en áreas de interés bilateral como la educación, la actividad forestal, la agricultura, la construcción, los recursos hidráulicos y el medio ambiente.
En nuestras manos está mantener el apoyo solidario y la colaboración con Haití que emprendió Fidel y sobre la cual ratificamos nuestro inquebrantable compromiso, al tiempo que hacemos votos por un futuro de estabilidad y progreso en esta gloriosa nación.
(Cubaminrex)