Coincidiendo con las celebraciones del aniversario 75 del inicio de la construcción del distrito Druzhba, en la capital búlgara, representantes de sectores de amistad y solidaridad con Cuba en este país se sumaron este sábado 24 de abril a la segunda Caravana mundial contra el bloqueo.
Durante un acto político-cultural, organizado y presidido por el Partido Socialista Búlgaro (PSB), varios oradores se refirieron a la digna resistencia del pueblo cubano, junto a su partido y gobierno, frente al cruel y obsoleto bloqueo impuesto por los Estados Unidos que se prolonga más de seis décadas y que constituye el principal obstáculo al desarrollo económico de Cuba.
Hubo menciones especiales al valioso aporte de Cuba a la batalla contra la pandemia de la Covid-19; representado en el ejemplo de la colaboración médica cubana, altruista y humanitaria, que está presente en más de 60 naciones del mundo. Elogiosos comentarios recibió también la Ciencia cubana, en primera fila de la lucha contra la pandemia, con 5 candidatos vacunales cubanos que representan esperanza para el pueblo de Cuba y para muchos otros pueblos del mundo.
Durante su intervención en el acto, la embajadora cubana Caridad Yamira Cueto Milián resaltó el valor de las relaciones de amistad y solidaridad que han unido históricamente a los pueblos de Cuba y de Bulgaria y agradeció la solidaridad y el apoyo de todos los que aman y respetan a Cuba y de los que hoy, como nunca antes, condenan de manera inequívoca el bloqueo yanqui que pretende rendir por hambre, penurias y necesidades económicas a nuestro pueblo.
El colectivo de la Embajada de Cuba en Sofía, junto a la presidenta de la Asociación de Amistad Bulgaria-Cuba, a la presidenta de la Unión de Periodistas de Bulgaria, a Diputados del Partido Socialista Búlgaro, a representantes de la Alcaldía del distrito de Druzhba, así como a niños, jóvenes y mayores residentes en esta barrio capitalino, sembraron árboles como símbolos de buena voluntad entre los pueblos.
Fue una hermosa jornada de amistad y solidaridad en la que el nombre de Cuba fue pronunciado con legítimo orgullo, y la condena al bloqueo yanqui resonó con fuerza, una vez más.