Nos enfrentamos a un mundo cambiante, en el que la hegemonía de las antiguas potencias está siendo disputada por nuevos actores. Se ha configurado un poderoso bloque de resistencia entre regiones del mundo, que parecen sumamente distantes geográficamente hablando, pero, en realidad, están muy cercanas por su voluntad de soberanía y respeto mutuo a sus diversos procesos políticos y sociales.
El propio nombre de este panel nos convoca a todos a mirar hacia atrás y, a partir de las experiencias vividas, proyectar un presente y un futuro diferente para nuestros pueblos.
El imperialismo estadounidense y sus aliados han convertido la aplicación de sanciones económicas y medidas unilaterales en una moneda común para castigar a los países y a sus pueblos. En este sentido, es oportuno mencionar en este foro la experiencia de mi país, una pequeña nación caribeña, que ha soportado una fuerte y hostil política de bloqueo económico, comercial y financiero durante más de sesenta años, sin renunciar jamás a nuestra soberanía, libertad y autodeterminación.
No sólo hemos enfrentado las consecuencias negativas de esa injusta política criminal e inhumana, sino también las graves limitaciones financieras que para Cuba significa la inclusión en la lista de países patrocinadores del terrorismo. Es imposible cuantificar el daño humano que genera esta política hostil y genocida a todas las familias cubanas. Se califica como un acto de guerra económica en tiempos de paz.
También hemos sufrido la ocupación militar de una parte de nuestro territorio. Me refiero al territorio conocido como Base Naval de Guantánamo, ocupado ilegalmente por Estados Unidos desde 1903, en contra de la voluntad de nuestro pueblo. Su permanencia durante tiempo representa una imposición del imperio y una violación del Derecho Internacional.
Todo esto nos ha costado mucho defender el proyecto social elegido, que cuenta con el apoyo mayoritario del pueblo cubano. Aquí estamos, luchando contra el principal enemigo del pueblo. Seguiremos haciéndolo, siendo plenamente conscientes de que Cuba no está ni ha estado nunca sola. Son muchas las voces en el mundo que se alzan en solidaridad con nuestra causa y en defensa de nuestros legítimos derechos.
Es consecuencia de haber practicado la solidaridad internacional como principio absoluto de la Revolución desde sus orígenes. Hemos practicado la asistencia médica, enviando a nuestros profesionales de la salud a regiones remotas de muchos países, para enfrentar enfermedades, epidemias y desastres naturales, incluso a países del llamado primer mundo como fue el caso de Italia durante la crisis de la Covid 19.
Miles de médicos, profesores, ingenieros y entrenadores deportivos de países de escasos recursos se han formado gratuitamente en Cuba, por solo mencionar algunos ejemplos, siguiendo el compromiso moral de que una vez graduados regresan a sus respectivos países para contribuir al desarrollo y bienestar de sus pueblos.
Siendo conscientes de que Patria es Humanidad, como nos enseñó nuestro Héroe Nacional José Martí, aprovecho este espacio para ratificar nuestro apoyo a las causas justas de otros pueblos del mundo. Me gustaría destacar, de manera especial, las luchas del pueblo de Palestina y de Sahara.
Nada puede justificar, en este siglo XXI, la brutalidad que está sucediendo en Palestina; el asesinato de miles de civiles, en su mayoría niños, mujeres y ancianos, la destrucción de viviendas, hospitales e infraestructuras civiles y el desplazamiento forzado de un gran número de seres humanos. Es imperativo lograr un alto del fuego inmediato y permanente y, hasta que eso se realice, permitir la entrega de ayuda humanitaria a la franja de Gaza sin condición alguna.
Teniendo en cuenta la situación internacional actual y los desafíos existentes, todos debemos unirnos para trabajar, me refiero a activistas sociales, ONG, organizaciones de paz, de mujeres, sindicatos, etc. y realizar acciones que contribuyan al fortalecimiento de la paz, la justicia y la soberanía de las naciones de todo el mundo.
No habrá paz en el mundo mientras haya armas apuntando contra los pueblos. No habrá paz en el mundo mientras haya injerencia en los asuntos internos de los países. No habrá paz en el mundo mientras haya guerras de saqueo. La paz está íntimamente ligada a la soberanía de los pueblos y al respeto a la autodeterminación. Creemos firmemente que la existencia de bases militares extranjeras y la defensa de la paz no son compatibles en absoluto.
Es imperativo poner fin a la expansión de la OTAN, así como abogar por la disolución de un bloque político-militar tan agresivo, que es el principal responsable del aumento de la carrera armamentista y la militarización que hoy recorre el mundo. La OTAN y sus aliados, con el pretexto de proteger los derechos humanos o luchar contra el terrorismo, han cometido varios crímenes contra la humanidad.
Serbia es un claro ejemplo de esto. Permítanme reiterar nuestra posición de principios en apoyo de la integridad territorial de este país y su derecho a mantener la soberanía sobre Kosovo y Metohija, en correspondencia con el derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas.
Amigos, tenemos un compromiso moral según cual debemos actuar. No somos inferiores a nadie en nuestra capacidad de lucha, coraje, talento y virtudes, al contrario. Debemos seguir trabajando juntos, luchando por un mundo de paz, un mundo sin guerras y conflictos.
Muchas gracias.