Estimado presidente Alberto Fernández:
Excelentísimos jefes de Estado y de Gobierno y otros jefes de delegación:
Queridos amigos latinoamericanos y caribeños:
Volver a Buenos Aires para esta cita de naciones, es motivo de alegría, más después de los días de euforia colectiva que desbordaron sus enormes avenidas por un triunfo que sentimos como propio en Latinoamérica y el Caribe.
La alegría se completa y honra con la plena reincorporación de Brasil por decisión del querido Lula, a quien expresamos todo el respaldo y solidaridad ante los actos violentos y antidemocráticos que pretendieron generar caos e irrespetar la voluntad mayoritaria del pueblo brasileño, que lo eligió presidente.
Nos une y convoca la indispensable integración latinoamericana y caribeña, en este mecanismo diverso e inclusivo; sustentado en una profunda vocación de independencia.
En Washington, persiste el empeño de dividirnos, estigmatizarnos y subordinarnos a sus intereses, a casi 200 años de promulgarse la Doctrina Monroe. Así lo evidenció la excluyente cita hemisférica realizada en Los Ángeles, donde abusando de su poder de anfitrión y cerrando ojos y oídos al reclamo de la mayoría, excluyó, fracturó, ignoró.
El fracaso político de aquella reunión demostró el aislamiento de la estrategia de hegemonismo y dominación, frente al sentimiento de unidad y soberanía que comparten nuestras naciones.
Embacuba Dinamarca