El sábado 20 de septiembre tuvo lugar el esperado debut del Ballet Nacional de Cuba en la sala principal del Teatro Real de Dinamarca.
La afamada compañía, máximo exponente de la mundialmente reconocida escuela cubana de ballet ofreció al público danés su versión de Don Quijote, obra que tuvo a la insigne ballerina cubana Alicia Alonso al frente de la dirección artístico-técnica de esa puesta en escena.
Recordemos que esa misma versión fue traída por maitres cubanos al Ballet Real Danés en el 2008, como parte de un valioso intercambio artístico entre Cuba y Dinamarca. En reciprocidad, poco después, con el apoyo de Frank Ardersen, entonces director de la compañía danesa, maitres daneses incorporaron al repertorio cubano selecciones de Napoli, ballet creado por Augusto Bournonville en la segunda mitad del siglo XIX.
El público, que colmó los cinco pisos de la sala, premió a los bailarines, durante los tres actos de la obra, con cerradas ovaciones y al final, puesto de pie, gritando Bravo por más de cinco minutos, según el parecer de muchos asistentes era la primera ocasión que en esa Sala se escuchaban tan cálidos vítores.
Y es que, en verdad, resultó una noche gloriosa a la que contribuyeron los brillantes desempeños técnicos e interpretativos del cuerpo de baile y de los solistas principales, entre ellos los primeros bailarines Anette Delgado, Dani Hernández y Ernesto Diaz, y los solistas Nadila Estrada, Laura Kamila y Alejandro Alderete.
El efusivo público asistente, en el que figuraba una amplia representación del cuerpo diplomático acreditado en el país, fue testigo de cómo el arte, en este caso el del Ballet, puede ser un eficaz puente de Arte y Amistad entre los pueblos, en este convulso mundo en que vivimos.