Un fatídico 11 de enero de 1980 dejó de respirar la flor de la Revolución: Celia Sánchez Manduley, pero su firme ejemplo nos ha seguido acompañando en cada batalla que ha librado nuestro pueblo. A ti Celia, te recordamos con ese amor maternal hacia los hijos que tuviste a lo largo y ancho de tu amada Cuba; con tu fe inamovible en la victoria desde tu incorporación inmediata al Ejército Rebelde y con tu entrega sin límites hasta el último suspiro. Luz y batalla. MUJER imprescindible.
Tras la muerte de Celia Sánchez, el Comandante en Jefe Fidel Castro conmemoró su vida proclamando su simbolismo a la Revolución mediante un discurso frente al Hospital Celia Sánchez Manduley:
"Realmente creo que esta es la mejor forma de homenaje a quien se dedicó al deber, sin descansar un momento, sin olvidar un solo detalle; y creo, sinceramente, que este es el homenaje más sentido, profundo y revolucionario que se le puede dar a una compatriota que dio su vida por la Revolución".