Debido a la compleja situación sanitaria derivada de la pandemia de la COVID-19 a nivel global, y en particular en Estados Unidos (EE.UU.), incluyendo la ciudad de Nueva York, se decidió posponer la presentación del proyecto de resolución titulado “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba” para la sesión reanudada del 75 período de sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas (AGNU). En esta ocasión, el proyecto de resolución cubano se presentará en un contexto especialmente adverso, marcado por las complejidades que impone la pandemia de la COVID-19 y su impacto directo en los trabajos en la sede de la ONU. Según pronósticos, la situación epidemiológica en la ciudad de Nueva York debe mantenerse durante el primer semestre de 2021, e incluso podría complicarse durante la temporada invernal y la primavera. En este escenario, se prevé que la Secretaría de ONU mantenga la estricta observancia de las medidas de seguridad y distanciamiento físico, incluidas las limitaciones para la presencia de personal en la sede de Naciones Unidas. Actualmente, se mantiene el requisito de un solo representante por delegación en sala. Por consiguiente, resultará de vital importancia contar con el apoyo de los países miembros de Naciones Unidas para garantizar la presencia de sus delegaciones durante la consideración de nuestro proyecto de resolución. En los últimos 4 años, se ha producido un incremento progresivo y sistemático de la agresividad de la política estadounidense contra nuestro pueblo y contra todos los Estados soberanos que mantienen o intenten establecer relaciones económicas, comerciales y financieras con Cuba. Las más de 240 medidas aplicadas durante el gobierno de Donald Trump, con más de 50 adoptadas solo en 2020, ilustran el particular ensañamiento de esta política contra el pueblo y el gobierno cubanos. Desde la activación del Título III de la Ley Helms Burton, en mayo de 2019, hasta enero de 2021, se han establecido 28 demandas judiciales en cortes de los EE.UU. Dicha medida extraterritorial ha afectado a empresas estadounidenses y de terceros países, que han realizado o realizan negocios con Cuba. Asimismo, ha ocasionado daños notables a la economía de nuestro país, por su efecto intimidatorio sobre la comunidad empresarial internacional. Entre 2020 e inicios de 2021, el Departamento de Estado de los EE.UU. amplió en varias ocasiones la “Lista de Entidades Cubanas Restringidas”. Ello ha tenido afectaciones considerables para el sistema empresarial y las operaciones comerciales de Cuba, en tanto ha disuadido a algunas contrapartes extranjeras de relacionarse o seguir operando con entidades cubanas incluidas en listas unilaterales. A lo anterior, se sumó la creación de la Lista de Alojamientos Prohibidos en Cuba, que incluyó 422 hoteles y casas de renta. Estas medidas, junto a otras como la suspensión de los vuelos chárter a todo el país, excepto a La Habana, restringen severamente los viajes de los estadounidenses, contradicen el apoyo de amplios sectores del pueblo de EE.UU. para poner fin al bloqueo y atentan contra el emergente sector privado cubano. La prohibición del envío de remesas a Cuba desde terceros países a través de la compañía Western Union, la constante persecución a las operaciones financieras cubanas en el exterior, la imposibilidad de tramitar remesas mediante las empresas Fincimex y American International Services (AIS), así como la intimidación a las compañías que transportan suministros de combustible a nuestro país, también constituyen ejemplos del recrudecimiento del bloqueo en este periodo. Al régimen de medidas coercitivas que se desprenden de las regulaciones del bloqueo, se añaden los efectos disuasivos e intimidatorios asociados a la reciente inclusión de cuba en la Lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo. Esta acción unilateral, carente de justificación moral y jurídica, tiene un impacto negativo en cada esfera de la sociedad cubana, toda vez que incrementa las dificultades del país para insertarse en el comercio internacional y realizar operaciones financieras. El carácter inhumano del bloqueo se agrava y resulta aún más cruel en medio de la pandemia de la COVID-19. El gobierno de los EE.UU. se ha valido de esta política, y en particular de su componente extraterritorial, para privar deliberadamente al pueblo cubano de ventiladores pulmonares mecánicos, mascarillas, kits de diagnóstico, gafas protectoras, trajes, guantes, reactivos y otros insumos necesarios para el manejo de esta enfermedad. En este contexto, la campaña calumniosa contra la cooperación médica cubana, destinada a privar a otros pueblos de esa contribución indispensable a su sistema de salud, que es inmoral en cualquier circunstancia, resulta particularmente ofensiva para Cuba y el mundo. A pesar de su empeño, los EE.UU. no han podido impedir que miles de colaboradores cubanos contribuyan a la lucha contra la pandemia en más de una treintena de países y territorios. A estos esfuerzos se han sumado los más de 28 mil profesionales de la salud que ya brindaban sus servicios en 59 naciones antes de la COVID-19. El bloqueo constituye una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos de las cubanas y cubanos. Califica como acto de genocidio en virtud de la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio de 1948 y como un acto de guerra económica según la Conferencia Naval de Londres de 1909. Además, es violatorio de la Carta de la ONU y del Derecho Internacional. El mantenimiento y recrudecimiento de esta política constituye una afrenta a la comunidad internacional, que durante 28 años consecutivos ha condenado consistentemente el bloqueo en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Asimismo, desconoce las sucesivas resoluciones y declaraciones de la Unión Africana, la Comunidad de Estados del Caribe (CARICOM), el Grupo de los 77 más China y el Movimiento de Países No Alineados, entre otros foros internacionales, donde se ha exigido su levantamiento. El bloqueo constituye el sistema de medidas coercitivas unilaterales más injusto, severo y prolongado que se ha aplicado contra país alguno, y continúa representando un freno para el desarrollo de todas las potencialidades de la economía cubana, para la implementación del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social del país, así como para la consecución de la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible. El proyecto de resolución que se presentará este año mantiene la misma esencia del texto adoptado en el 74 período de sesiones de la AGNU, con las actualizaciones técnicas de rigor. En nuestro esfuerzo por el levantamiento del bloqueo, Cuba y su pueblo han contado históricamente con el apoyo de la mayoría de los países miembros de Naciones Unidas. En este contexto de especial complejidad, reiteramos nuestro agradecimiento y esperamos contar nuevamente con el voto de la inmensa mayoría de la comunidad internacional a favor de nuestro proyecto de resolución.
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