El derecho a la vida: pasión y desvelo de Cuba

Si Cuba le está ganando la batalla a la COVID-19 se debe, en gran medida, a esa gestión gubernamental que, sin escatimar recursos, ni esfuerzos, coloca siempre en la cima de las prioridades de la nación la vida de su gente; un empeño de país que otra vez ha estado cimentado en la entrega y el rigor de los muchos, muchísimos cubanos que desde, diversas «trincheras», protagonizan este combate estratégico contra el virus, echando por tierra los pronósticos de aquellos que vaticinaron un colapso de nuestro sistema de Salud Pública, sin calcular el alcance de la unidad de un pueblo donde cada aporte cuenta.

Y ahí están, palpables, las estadísticas que lo confirman. Pero están también las cientos de historias que dicen mucho más que un número, porque hablan de esos desvelos compartidos de los que han estado en la línea roja retando los peligros de la enfermedad, de los que no han detenido los servicios y las producciones indispensables, de los que han cuidado el orden y la tranquilidad ciudadana, de los que no se pudieron quedar en casa y se fueron a brindar sus manos donde más necesarias fueran, y de los que le han quitado horas al sueño, y tiempo a la familia, porque su deber primero es con la Patria y sus hijos.

Es por ello que cuando casi toda la Isla anda con paso firme por el camino de la recuperación, se hace indispensable cerrar las brechas a la irresponsabilidad, esa misma que en otras latitudes ha devuelto en rebrotes la pandemia, la muerte y el dolor.

Preocupa, por tanto, que hoy transiten por las calles de muchos territorios donde el sars-cov-2 ha sido mantenido a raya, los inconscientes quienes no les interesa usar donde corresponde el nasobuco, o los ingenuos que besan, abrazan y hasta ignoran en sitios públicos los pomos de hipoclorito, ­convencidos de que el nuevo coronavirus es cosa del pasado.

Ya lo advirtió recientemente nuestro Presidente, Miguel Díaz-Canel Bermúdez: «no debemos resquebrajar ninguno de los hábitos de conducta responsable con relación al aislamiento social, al distanciamiento físico, al cumplimiento de las acciones que se han implementado, y a la defensa de las medidas higiénicas que se han planteado como hábito de vida».

Esa será la única manera de asestarle un golpe de nocaut al virus, en medio de una ofensiva final que se gana, ahora más que nunca, con el concurso de todos.

Fuente:Diario Granma

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