La Masacre de Humboldt 7 fue un hecho ocurrido el 20 de abril de 1957. Aquel día los esbirros de la dictadura asesinaron a los revolucionarios que habían sobrevivido al Asalto al Palacio Presidencial y a la toma de la estación de Radio Reloj.
Once días después del heroico asalto al Palacio Presidencial, el 24 de marzo de 1957, lograron reunirse la mayoría de los integrantes del Ejecutivo del Directorio Revolucionario, en la casa del abogado Andrés Silva (el compañero "Cheo" Silva), en la calle L, entre 15 y 17, en el Vedado, con el objetivo de analizar las acciones armadas de Palacio, Radio Reloj, y reestructurar la organización, entre otros aspectos.
Se encontraban presentes aquel día: Fructuoso Rodríguez, Joe Westbrook, Faure Chomón, Julio García Oliveras y Enrique Rodríguez Loeches.
Después de analizar las acciones armadas y de escuchar la participación individual de cada uno de los presentes, se tomaron los siguientes acuerdos:
Designar a Fructuoso Rodríguez, Secretario General del Directorio Revolucionario ante la heroica caída en acción de José Antonio Echeverría; designar a luan Pedro Carbó Serviá y a José Machado (Machadito), miembros del Ejecutivo; publicar un documento dirigido al país explicando los sucesos acontecidos ese día. También se acordó en esa reunión que Faure Chomón saliera al exterior del país en busca de armas, y que el resto del Ejecutivo permaneciera en La Habana, a pesar de las bajas sufridas y de la tenaz persecución de la tiranía batistiana.
Transcurrida una semana, el Ejecutivo se volvió a reunir. Esta vez lo hicieron en el sótano de una casa de la calle 19 entre B y C, en el Vedado lugar de donde habían partido los asaltantes de Radio Reloj, el 13 de marzo.
Nadie imaginaba que ésta sería la última reunión que presidiría Fructuoso Rodríguez, ya que el 20 de abril caería vilmente asesinado, en unión de Juan Pedro Carbó Serviá, José Machado y loe Westbrook, cuando víctimas de una cobarde delación, el sanguinario Esteban Ventura Novo y sus genízaros asaltaron el apartamento donde se ocultaban, en la calle Humboldt número 7, en La Habana.
Los cuerpos de los cuatro valerosos dirigentes del Directorio fueron arrastrados por la acera hasta la esquina siguiente, ante la indignación del pueblo, que desde los balcones de sus casas les gritaba: ¡Asesinos!, ¡Asesinos!, cada vez que cesaban las ráfagas de ametralladoras que disparaban los esbirros batistianos para tratar inútilmente de silenciar la justa ira popular.
Fuente: El asalto al Palacio Presidencial, por Faure Chomón.