La primera organización continental de Africa, conocida como Organización para la Unidad Africana (OUA), realizó su sesión inaugural el 25 de mayo de 1963 en la ciudad de Addis Abeba, Etiopía. La reunión tuvo lugar en la Sala de Africa (Africa Hall en inglés) del edificio que ocupa la Comisión Económica para Africa de las Naciones Unidas.
La construcción—que también albergó al entonces Departamento de Relaciones Exteriores de Etiopía y a exposiciones transitorias y permanentes--, fue concebida por el arquitecto italiano Arturo Mezzodimi y se edificó durante dieciocho meses, a un costo cinco millones USD aportados por Etiopía. Su inauguración oficial tuvo lugar el 6 de febrero de 1961.
El imponente inmueble, enclavado en una rocosa elevación de la Avenida Jubileo en Addis Abeba y frente al Palacio del entonces Emperador etíope Haile Selassie, está inspirada en otras sedes de organismos multilaterales como la ONU en Nueva York, la UNESCO en París y la FAO en Roma, con la posibilidad de realizar conferencias primariamente africanas, pero abierta también a reuniones de mayor alcance internacional.
La sobria concepción de ese recinto, muy moderno para la época, incluyó una importante presencia de motivos artísticos africanos de gran formato, como los tres vitrales ubicados a la entrada que son de la autoría del etíope Afewerk Tekle. El primero de ellos se dedica a “Africa entonces”, donde predomina el color rojo como representación de la amarga lucha de los africanos contra la ignorancia y el colonialismo. En el segundo, “Africa ahora y en el futuro”, predomina el amarillo y se representa a un hombre y un niño en gran tamaño sosteniendo una antorcha y seguidos por el pueblo, como símbolo de la superación del analfabetismo y el camino a la independencia. Al tercer vitral, conocido como “Africa entonces y ahora”, lo invade el color verde, en cuyo fondo se observa la destrucción de un dragón que simboliza el colonialismo.
Toda la pared exterior de la sala principal de conferencias, la cubre un gigantesco mural con pinturas de la flora y la fauna africanas que van desde el café y el plátano, hasta los gigantescos baobabs, palmas datileras y orquídeas del continente.
En un recorrido por el interior de ese salón, se verifica la concepción semicircular del plenario, con butacas tapizadas en el azul celeste propio de la ONU. Detrás del podio y en lo alto, se ubica el palco usado por el Emperador etíope durante su participación en reuniones en dicho recinto.
En un gran cuadro, de la autoría de los etíopes Asefa y Sereke Yemane Berhan, situado en un lateral de la sala, fueron pintados los rostros de los 31 Jefes de Estado presentes en la sesión que dio origen a la O.U.A., los cuales correspondían a aquellos países que ya eran independientes. Llama la atención que aparece un círculo sin rostro correspondiente a Togo, cuyo Presidente había sido depuesto mediante un cruento golpe de Estado a inicios de 1963. Nótese también que los países coloreados de rojo en el mapa de dicho cuadro, corresponden a los territorios no independientes en aquel momento, principalmente del Africa Meridional.
Actualmente, parte del edificio está en desuso, incluida su sala principal, y se encuentra en proceso de reparación capital a partir de una decisión de la Asamblea General de la ONU, con el fin de rescatar su utilidad --incluidos sus valores arquitectónicos y culturales originales, añadiendo un imprescindible toque de modernidad en los sistemas eléctrico, hidráulico y de sonido. Los trabajos se espera que concluyan en 2021, y se construirán un centro de información y un parqueo para visitantes ubicados en un terreno adyacente.
La Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para Africa tiene un Comité Asesor, con vistas a cumplimentar el mandato de la ONU de reparar la Sala de Africa, del cual forma parte un representante de Cuba. Este lugar fue visitado en 2018 por una delegación cubana encabezada por el Héroe de la República de Cuba y presidente del ICAP, Fernando González LLort.