Embajada de Cuba y gobierno nicaragüense rinden homenaje a José Martí

Managua, 28 de enero 2022. El Monumento a los Héroes en Nicaragua acogió la actividad central de la Embajada de Cuba en homenaje al apóstol José Martí. El acto solemne fue presidido por el Ministro de Relaciones Exteriores de Nicaragua, Denis Moncada Colindres; por el Embajador de Cuba, Jorge Mayo Fernández y el diputado de la Asamblea Nacional, Edwin Castro, presidente del Grupo de Amistad Cuba – Nicaragua.

Estuvieron presentes diputadas y diputados de la Asamblea Nacional, representantes del Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, de la Juventud Sandinista, representantes del cuerpo diplomático, funcionarios de la Misión estatal cubana, amigos nicaragüenses y cubanos, quienes trasladaron muestras de su admiración y afecto por José Martí.  Fueron depositadas ofrendas florales y rosas blancas al héroe nacional cubano.

El Canciller Denis Moncada transmitió el saludo fraterno y revolucionario al pueblo y gobierno cubano ante tan importante conmemoración, en nombre del Pueblo y Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, del Comandante Presidente de Nicaragua, Daniel Ortega Saavedra y la Vicepresidenta Rosario Murillo.

El Embajador cubano resaltó el aporte del Héroe Nacional a la unidad latinoamericana, su vínculo fraterno con Rubén Darío y significó el aprendizaje martiano de honrar a los héroes. A Continuación las palabras del Embajador de Cuba en el acto por el 169 aniversario del natalicio de josé martí:

Muy buenos días.

Compañero Denis Moncada Colindres, ministro de Relaciones Exteriores.

Compañero Salvador Venegas, ministro Asesor del Presidente.

Compañero Luis Morales, co-director del Instituto Nicaragüense de Cultura

Compañero Ramón Rodríguez, director general del Teatro Nacional Rubén Darío.

Integrantes del Grupo Parlamentario de Amistad Cuba-Nicaragua de la Asamblea Nacional.

Honorables colegas del Cuerpo Diplomático de América Latina y de países amigos.

Nicaragüenses y compatriotas que nos acompañan.

Hermanos todos:

No podría dar inicio a este homenaje martiano, - en esta, mi primera intervención pública-, sin antes agradecer al pueblo nicaragüense, al Comandante-Presidente Daniel Ortega, a la compañera Vicepresidenta Rosario Murillo y al Frente Sandinista de Liberación Nacional, por las cálidas y cariñosas muestras de amistad, solidaridad y hermandad que nos han acompañado en cada minuto, desde que arribamos a esta hermosa, Patria de Nuestra América.

Sentimos haberlas recibido, no por nuestra condición diplomática, ni por la responsabilidad que ostentamos, sino porque representamos a un pueblo y una historia, inclaudicablemente martiana.

Hoy nos convoca José Martí, el Apóstol de la Independencia, el Héroe Nacional de Cuba, quien nació un día como hoy, hace 169 años.

Identificado desde temprana edad con la gesta emancipadora de 1868, con tan solo 16 años, sufrió injusta prisión y cruel destierro por sus ideas políticas, por su gran vocación independentista y su rebeldía contra las injusticias.

El resto de su corta, pero intensa y fecunda vida, de apenas 42 años, estuvo dedicada por completo a la independencia y la soberanía de la nación cubana.

Su aporte a la cultura de la Patria, y de Nuestra América, ha sido extraordinario. Convencido de que ser culto es la única forma de ser verdaderamente libre.

Sin embargo, su mayor aporte, ha sido su incesante búsqueda de la Unidad.

Martí comprendió, incluso antes de la creación del partido leninista que dio triunfo a la trascendental Revolución de Octubre de 1917, la necesidad de conformar un partido para unir a todos los cubanos en su lucha por la independencia y, “Con Todos y para el Bien de Todos”, construir el futuro luminoso de la patria.

Por este indiscutible mérito histórico, su mejor discípulo, Fidel, lo catalogó como el más genial y universal de los políticos cubanos.

Como hijo de América, heredó las ideas y el ejemplo de sus mejores hijos y fue visionario y precursor de la también necesaria unidad de nuestros pueblos.

Pero, ¿Cómo forjó Martí la unidad entre nosotros?

Lo hizo como aquel 24 de mayo de 1893, en la ciudad de Nueva York, cuando pidió a su entrañable amigo Gonzalo de Quesada invitar al joven de apenas 26 años, ya célebre poeta, Rubén Darío, a acompañarle a una reunión convocada para organizar la lucha independentista. Aquel memorable día, Martí le tiende la mano a Darío, le llama: ¡Hijo! y lo sienta a su lado.

Martí también veneró y honró a los próceres de la independencia latinoamericana.

Lo hizo en la tarde del 21 de enero de 1881, al llegar a tierra venezolana, cuando, sin sacudirse el polvo del camino, honró y rindió merecido homenaje a Simón Bolívar en Caracas, su ciudad natal.

Desde ese momento, y hasta el día de hoy, ha transcurrido mucha historia y los hijos de Martí, de Darío, de Sandino y de Fidel, tenemos el deber sagrado de perpetuar sus legados y ejemplos.

Por ello, queridos compañeros, apenas aterrizamos en esta hermosa tierra centroamericana, el pasado 5 de diciembre, sin reponernos del viaje, visitamos muy discretamente, este solemne lugar, que honra a los héroes y mártires nicaragüenses que dedicaron su vida a la independencia de su patria.

Aquí depositamos esa tarde, Rosas Blancas, y lo hicimos como Amigos Sinceros y, profundamente martianos, que aprendimos del Maestro, de que “Honrar,

Honra”.        

Muchas gracias

                                                                                         

   

(Cubaminrex-Embacuba Nicaragua)

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