Praia, 22 de diciembre de 2020 En jornada histórica, el 22 de diciembre de 1961 se dio la noticia de la culminación exitosa de la Campaña de Alfabetización y Cuba fue proclamada Territorio Libre de Analfabetismo. Por lo que ese día se declara como Día del Educador y se celebra a lo largo y ancho del país.
Rendimos merecido homenaje a todos los profesores cubanos con la máxima martiana que (...) que educar es elevar al hombre al nivel de su tiempo y con este pensamiento del Comandante en Jefe, Fidel Castro.
Este día nos recuerda el momento en el que Fidel, en la Plaza de la Revolución, junto a los alfabetizadores, declara a Cuba “Territorio libre de Analfabetismo” (1961): “Hemos ganado una gran batalla, y hay que llamarlo así: batalla, porque la victoria contra el analfabetismo en nuestro país se ha logrado mediante una gran batalla, con todas las reglas de una gran batalla. Batalla que comenzaron los maestros, que prosiguieron los alfabetizadores populares, y que cobró extraordinario y decisivo impulso cuando nuestras masas juveniles, integradas en el ejército de alfabetización “Conrado Benítez”, se incorporaron a esa lucha.”
Este Día del Educador permite apreciar la colosal obra educacional que atesora la Revolución cubana que al decir de Fidel, transita necesariamente por la vinculación de la palabra con la acción y las convicciones con la conducta, como base del prestigio de los educadores.
Algunas de las transformaciones que se llevan a cabo en el sector educacional retoman hoy caminos ya transitados y otras emprenden nuevos senderos, que profundizan y agudizan la mirada para elevar la calidad de la educación, como propósito esencial de una Revolución que sigue muy de cerca la formación de sus hijos.
Todos estos cambios tienen en su base al maestro, que necesita del apoyo de toda la sociedad para que el fruto de su trabajo se revierta en más conocimientos para los niños y los jóvenes que se forman en las aulas.
Sumemos a lo anteriormente expresado las hermosas páginas de humanismo que caracterizan el desempeño de varias generaciones de educadores que también fuera de fronteras contribuyen a la educación de los demás, con la aplicación del programa Yo sí puedo en naciones hermanas.
Son razones más que suficientes para que nuestros educadores, los cubanos, reciban el día 22 de diciembre y todos los días el homenaje de padres, hijos y pueblo agradecidos.