En tiempos de coronavirus, el mundo necesita más solidaridad, no sanciones. ¡El bloqueo contra Cuba debe terminar ahora!

Pretoria, 15 de abril de 2020.- El mundo se enfrenta a una prueba sin precedentes; la emergencia de salud más grave que hemos experimentado en más de un siglo.

La familia humana está bajo ataque y el tejido social en muchas partes está siendo desgarrado por el COV-19. Millones de personas están enfermas y asustadas. Países completos y ciudades se aíslan del mundo exterior. Muchas fronteras se cierran. La ocurrencia de una recesión económica mundial de dimensiones récord es casi una certeza.

No hay una manera fácil o rápida de salir de esta difícil situación, pero no estamos indefensos. Si se dejan a un lado las diferencias políticas e ideológicas y actuamos de manera rápida y colectiva, podemos limitar los efectos del coronavirus. Esta es una crisis que exige más solidaridad, cooperación y acción concertada multilateral.

Los países deben unirse para una respuesta de salud coordinada que permita detener la transmisión y poner fin a la pandemia. Toda vida que pueda salvarse debe ser salvada. Más adelante, aún tendremos que enfrentar juntos los efectos económicos devastadores y duraderos de la pandemia.

En nuestro mundo interconectado, somos tan fuertes como los sistemas de salud más débiles. Aquellos que están relativamente mejor, deberían apoyar a los países con menos recursos y los que enfrentan la situación más compleja.

Cuba está implementando un programa nacional integral para contener la infección. La cohesión social de nuestro pueblo está siendo un factor esencial. Contamos con una infraestructura de atención primaria de salud que garantiza un control epidemiológico eficiente. Parte de nuestro desarrollo científico se ha especializado en enfermedades transmisibles y disponemos de una industria farmacéutica de alto nivel tecnológico.

A pesar de nuestra difícil situación económica, Cuba continuará enviando brigadas médicas a otros países que han solicitado asistencia para combatir el COV-19. A partir de la experiencia del tratamiento del virus en China con el empleo de un medicamento creado por Cuba, hemos recibido muchas solicitudes del mismo, que estamos tratando de satisfacer en la medida de nuestras posibilidades.

Lo que nos motiva es el carácter profundamente humanista de la Revolución Cubana, basado en el principio de compartir lo que tenemos, incluso si es escaso.

Ahora que el  mundo necesita más cooperación y solidaridad, el gobierno de los Estados Unidos intensifica el bloqueo y las agresiones contra Cuba y otros países.

El bloqueo unilateral impuesto contra Cuba durante 60 años es criminal, inmoral e ilegal, haya o no pandemia. Pero el COVID19 ha expuesto aún más claramente las restricciones y privaciones asesinas que el bloqueo impone a nuestro pueblo.

Mantener e intensificar el bloqueo en medio de una pandemia mundial, como instrumento para generar sufrimiento en nuestro pueblo, lo hace aún más cruel y demuestra el carácter inhumano del Imperialismo.

El bloqueo es el impedimento fundamental para que Cuba adquiera muchas medicinas, equipos y materiales necesarios para enfrentar la pandemia. Afecta nuestra capacidad de responder a la emergencia y de proporcionar y recibir ayuda internacional. Sin el bloqueo, Cuba podría hacer mucho más en apoyo de otros países.

Las terribles consecuencias del bloqueo serán aún mayores para Cuba en un contexto en el que nuestra economía se verá obviamente muy afectada debido a la parálisis del turismo y la disminución de la producción, las inversiones extranjeras y el comercio en todo el mundo.

Cuando los reconocimientos a la solidaridad de Cuba con otras naciones se multiplican en el mundo, Washington insiste en una campaña denigrante contra la presencia de médicos cubanos en otros países y su noble trabajo, llegando incluso a exigir a varios gobiernos que rechacen la asistencia cubana para la lucha contra el coronavirus.

Esta campaña de desprestigio de la Administración Trump contra nuestros médicos es inmoral en todas las circunstancias. En el contexto actual, cuando todos debemos esforzarnos por promover la ayuda a quienes la necesitan, es particularmente ofensiva para Cuba y el resto del mundo.

Como si todo lo anterior no fuera suficiente, un alto funcionario del Pentágono no identificado, citado por la publicación Newsweek, afirmó recientemente que los servicios de Inteligencia de EE. UU. supuestamente cuentan con “evidencia” de que se está traficando drogas entre Cuba y Venezuela. Es una calumnia total e infundada, con peligrosas implicaciones.

No es casualidad que esas acusaciones se hayan sumado a la reciente campaña de desprestigio de la Casa Blanca para vincular a los líderes del gobierno Bolivariano de Venezuela con el narcotráfico. Utilizando ese pretexto oportunista y falso, el gobierno de EE. UU. ha anunciado operaciones militares que implican el despliegue de barcos de guerra cerca de Venezuela y movimientos de tropas especiales. Esas acciones son una seria amenaza para la paz de todos en la región.

Mientras los gobiernos del mundo se unen contra la pandemia, la Casa Blanca fabrica calumnias para justificar las crecientes medidas de asedio económico contra Cuba y Venezuela, así como para preparar una posible agresión.

A nivel internacional, se evidencia una demanda generalizada para que el gobierno de los Estados Unidos cese las sanciones y agresiones unilaterales contra Cuba, Venezuela y otros países, al menos mientras dure la epidemia. Pero la Administración Trump sigue ignorando los llamados urgentes de la comunidad internacional, incluidos los realizados por el Secretario General de las Naciones Unidas, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, el Relator Especial de las Naciones Unidas para la Alimentación, el Servicio Mundial de Iglesias, el Parlamento Latinoamericano, así como muchos gobiernos, organizaciones y personalidades políticas y sociales de todo el mundo.

Estamos muy agradecidos por las importantes declaraciones de solidaridad con Cuba hechas por el Congreso Nacional Africano (ANC), el Partido Comunista de Sudáfrica, el Congreso Nacional de Sindicatos de Sudáfrica y muchísimas otras organizaciones y personas de esta hermana nación hermana. Realmente necesitamos y apreciamos esas expresiones públicas de apoyo en el contexto actual. El pueblo cubano nunca olvidará a quienes están demostrando ser nuestros verdaderos amigos en tiempos tan difíciles.

La respuesta de Cuba al bloqueo y las hostilidades continuará siendo la de apoyar, tanto como sea posible, a quienes lo necesitan. Incluso, no dudaríamos ni un segundo en enviar asistencia médica a Nueva York o a cualquier otra ciudad de los EE. UU. que lo solicitara.

Estamos profundamente orgullosos de las decenas de miles de profesionales de la salud cubanos, nuestro "Ejército de las Batas Blancas", que hoy se encuentran en más de 60 países ayudando en la lucha contra esta pandemia y mejorando la salud de muchos seres humanos.

A pesar de todas las dificultades, nuestra solidaridad internacional no podrá ser bloqueada.

Por Rodolfo Benítez Verson, Embajador de Cuba en Sudáfrica, Eswatini y Lesotho.

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