Noviembre 13 de 2017
Cuatro médicos cubanos se encuentran trabajando en Chicago para mejorar los indicadores de salud materna infantil en Englewood.
A través de una asociación con la Universidad de Illinois en Chicago, los galenos han estado observando servicios de cuidados clínicos en el Centro de Salud Mile Square Health Center, la red de clínicas calificadas a nivel federal del sistema de salud de la Universidad de Illinois. También se han reunido con líderes comunitarios, incluidos funcionarios electos, grupos sin fines de lucro y otros, para tener una idea de cómo se administran los cuidados de salud en las comunidades de pocos recursos, y cómo su pericia puede ayudar a subsanar carencias en los cuidados de salud.
“El sistema de salud cubano acomete cuidados de salud preventiva muy satisfactoriamente, y lo hacen sin muchos recursos monetarios,” dijo el Dr. Robert Winn, vicedecano asociado de prácticas comunitarias de la Universidad de Illinois, en Chicago, y director del Centro contra el Cáncer de dicha Universidad.
Per cápita, Cuba gastó alrededor de $600 por concepto de salud en el 2010. En los EE.UU., esta cifra supera los $8,000 en el mismo año natural. Sin embargo, la esperanza de vida es igual en ambos países, 79 años.
El año pasado, los médicos cubanos e investigadores del centro contra el cáncer viajaron de un país a otro para observar las prácticas e intercambiar ideas. Durante el intercambio, el equipo identificó una diferencia clave entre los dos países: los galenos en EE.UU. no conocen mucho sobre la vida en casa y el ambiente doméstico de sus pacientes. En Cuba, los médicos tienen más conocimiento de cómo el hogar y el vecindario afecta la salud de sus pacientes.
“En Cuba, visitamos cada casa y hacemos preguntas relacionadas con la salud a cada individuo del núcleo familiar,” dijo el Dr. Jose Armando Arronte Villamarin, uno de los médicos cubanos que ha estado en Chicago desde agosto. “La valoración que utilizamos nos da un panorama integral de la salud en general y de los riesgos de salud en diferentes comunidades, y nos ayuda a centrarnos en tratar las preocupaciones de la salud pública a nivel comunitario.”
La valoración de situaciones de salud como herramienta es la piedra angular de la salud preventiva a través de las comunidades cubanas.
En Cuba, la valoración incluye preguntas sobre la salud — el peso, los ejercicios y síntomas de salud, a modo de ejemplo — pero también comprende un análisis medio ambiental. Los galenos en Cuba desean conocer si sus comunidades tienen acceso a agua potable limpia y a alimentos y transportación asequibles, por ejemplo. Mientras que en el hogar, los médicos y enfermeras, con la ayuda de estudiantes de medicina, pueden valorar, de manera rápida, otros factores que impactan la salud — como son los alérgenos y el polvo que pueden provocar afecciones respiratorias en niños, como el asma o el SIDS (síndrome de muerte súbita del lactante) — o afectar el riesgo de accidentes.
Sobre la base de la valoración, los médicos utilizan sus limitados recursos de manera acorde. Si la comunidad se compone de familias jóvenes fundamentalmente, los galenos pueden invertir en vacunas y recursos de planificación familiar; si un número significativo de la población comunitaria es de edades mayores, los médicos pueden utilizar los recursos para ayudar a minimizar las caídas, combatir el cáncer o facilitar la transportación de las citas médicas. Si la comunidad tiene una superabundancia de agua estancada, se pudiera ordenar la fumigación contra mosquitos en esa zona.
Kathy Tossas-Milligan, epidemióloga, dice que no existe proceso o valoración a nivel individual como éste en los EE.UU.
“En los EE.UU., dependemos de las muestras epidemiológicas al azar que aportan datos a nivel de la comunidad,” dijo Tossas-Milligan, director de activos globales y enfoques innovadores del Centro contra el Cáncer de la Universidad de Illinois. “Al tiempo que ello constituye buena información para informes académicos y el suministrador de salud, estas muestras no brindan una información adecuada para tratar barreras y acometer acciones.”
Aprendiendo de los cubanos y de sus experiencias exitosas en la valoración de la salud, el equipo del centro contra el cáncer del sistema de salud de la Universidad de Illinois está adecuando el cuestionario para una audiencia estadounidense y poniéndolo a prueba en el vecindario de Englewood, en Chicago, hogar de alrededor de 25,000 habitantes de ese Estado.
En Englewood, la esperanza de vida es de 72 años, indicador muy inferior a la media nacional según datos del 2014. La media en Chicago es de 77 años, y 79 años en los EE.UU.
Englewood es una comunidad predominantemente negra con mujeres solteras a la cabeza de la mayoría de sus núcleos familiares. Comparando cifras citadinas, los residentes de Englewood cuadruplican la tasa de homicidios y duplican los indicadores de mortalidad infantil. La tasa de mortalidad infantil ya es tres veces superior para niños negros en comparación con niños blancos o latinos en los EE.UU.
El proyecto piloto probará el análisis de la situación de salud adaptado en 100 mujeres en edad reproductiva (de 18 a 49 años) y sus familias en Englewood. Los investigadores contactarán con las mujeres a través de la clínica Mile Square Health Center en Englewood y de organizaciones comunitarias. Las mujeres que participen en el proyecto deberán recibir una visita en el hogar para el análisis de salud, la primera de su tipo en los EE.UU. Los médicos cubanos consultarán con los investigadores, quienes han estado trabajando con los cubanos desde su llegada a comienzos del otoño.
Los investigadores utilizarán la valoración para obtener un panorama individual y a nivel comunitario de la salud general y para apreciar los factores sociales y ambientales que afectan la salud y el comportamiento de la misma.
La meta es utilizar la información como base para incrementar el conocimiento del proveedor de salud sobre la vida en el hogar y los ambientes domésticos de los pacientes, y para lidiar con los resultados de salud materna infantil tales como bajas tasas de nacidos vivos y de partos prematuros o pretérminos. El plan de los investigadores es adjuntar la información a los registros electrónicos de salud y utilizarlos como catalizadores para un debate comunitario.
Luego de la valoración, las mujeres y familias del programa piloto se incluirán en uno de los cuatro grupos sobre la base de riesgos de salud. Como es práctica en Cuba, serán recomendados para una serie de visitas a domicilio y consultas médicas bajo el criterio de sus valoraciones médicas. Por ejemplo, quienes sean asignados a un grupo de participantes que supuestamente son saludables, se recomendarán para una consulta médica. Se recomendarán hasta tres visitas a domicilio o consultas médicas sobre la base de factores de riesgo, enfermedades y discapacidades.
Villamarin, la Dra. Berta María Bello Rodríguez, la Dra. Sonia María González Vega y Némesis Pérez Martínez, enfermera, deben permanecer en Chicago hasta diciembre.
Un subsidio de $1 millón de dólares, provisto por la Fundación Kellogg financia el proyecto.