La estatura política del estadista y el ser humano excepcional, el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, estuvo en el epicentro del homenaje ofrecido en múltiples latitudes por su natalicio 98.
En redes sociales y numerosos medios de prensa circularon con motivo de su onomástico mensajes de reconocimiento por el legado soberano y emancipador del comandante en jefe de ese proceso revolucionario de gran calado en Cuba y el mundo.
Desde diversas latitudes se reconocieron los aportes de Fidel al logro de su independencia o la consolidación de movimientos liberadores. En el mismo sentido llegaron mensajes desde movimientos sociales, partidos políticos y líderes mundiales, especialmente los de signo progresista.
Ellos hacen justicia al Fidel Castro convertido en leyenda viva desde su arribo triunfal a La Habana, el 8 de enero de 1959, al frente de los guerrilleros que derrotaron al régimen de Fulgencio Batista (1952-1958). Con su pensamiento y obra, ese proceso revolucionario, trascendió las fronteras de la nación cubana.
La Cuba de Fidel Castro es hoy paradigma para los revolucionarios latinoamericanos y los movimientos progresistas de diversas partes del planeta, que contaron con su vocación solidaria, latinoamericanista y tercermundista para alcanzar la independencia en sus países.
Los aportes del líder cubano y universal al fortalecimiento de las fuerzas de izquierda en Latinoamérica y el resto del planeta, están ampliamente documentados, y resulta épica su contribución a las luchas anticolonialistas en África, a la derrota del Apartheid en Sudáfrica, y a la unidad de las naciones pobres del mundo.
El general de Ejército Raúl Castro, hermano y compañero de armas del estadista, lo calificó como “el más preclaro hijo de Cuba en el siglo XX”, que era capaz de convertir los reveses en victoria, con firmeza de ideales y una certeza inconmovible en el triunfo de las causas justas.
(Embacuba Seychelles)