El Periodista de Granma Aliet Arzola Lima, nos comparte sus vivencias con los integrantes de la brigada deportiva cubana que labora en Perú. Le compartimos sus experiencias:
El trabajo en las sombras
Autor: Aliet Arzola Lima | aliet@granma.cu
LIMA, Perú.— Día tras día, un grupo de colaboradores deportivos cubanos se enfrentan a los grises amaneceres de la capital peruana. Muchos de ellos marchan a tempraneros entrenamientos en distintos puntos de la urbe, mientras otros emprenden el camino a sus oficinas, donde realizan la importante labor metodológica, muchas veces desapercibida en el universo atlético.
Por ejemplo, en el corazón del Estadio Nacional, sede del Instituto Peruano del Deporte (IPD), Vladimir Armenteros casi no tiene tiempo para tomar un café. A su oficina llegan un montón de reportes y solicitudes, y muchas personas tocan su puerta para consultar diversos asuntos.
El villaclareño es coordinador general de los metodólogos en el ente rector del deporte en Perú, y además funge como asesor principal de la alta cúpula de la Dirección Nacional de Deporte Afiliado, cargos de suma responsabilidad pues lo involucran en decisiones trascendentales del alto rendimiento.
«Esta Dirección cuenta con áreas legales, presupuestarias y deportivas, y en esta última nuestra labor es crucial, porque damos el visto bueno en muchos sentidos. Acá evaluamos en qué eventos se debe participar, cuáles atletas pueden hacerlo, los salarios de los entrenadores contratados, hacia dónde deben dirigir su preparación y también las disciplinas priorizadas, más ahora que el país está inmerso en la preparación para los Juegos Panamericanos del 2019», explica Armenteros a Granma.
A todas luces, su labor no parece nada sencilla e implica altas dosis de superación para desarrollarse en un ambiente muy distinto al de Cuba. «La misma dinámica te obliga a aprender y profundizar, sobre todo en algunas disciplinas que no son muy conocidas en Cuba, no están en el sistema federado ni forman parte del calendario olímpico.
«Por ejemplo, aquí hay 61 federaciones constituidas. Cada arte marcial tiene una, desde el kung fu hasta el kickboxing, por la popularidad y los resultados en Sudamérica y a nivel mundial. Está también el surf, donde son muy buenos. De cada uno de esos deportes debes conocer sus interioridades, por lo que es imprescindible prepararse para entonces tomar las decisiones correctas en nuestro trabajo», comenta Vladimir.
Esta minuciosa tarea no ha pasado inadvertida ante los ojos de importantes personalidades en la cúpula del IPD, como Giorgio Mautino Battuello, asesor de la presidencia del organismo, quien asegura a Granma que la labor de Armenteros genera confianza en las más altas esferas y también en las personas vinculadas a cada disciplina en las federaciones.
«Es muy coherente, responsable, con criterios sólidos, sentido común, que es fundamental para la acción. Muchas personas pueden tener todos los títulos del mundo, pero sin sentido común pierden mucha efectividad en la toma de decisiones», espeta el otrora corredor de distancias cortas en citas mundiales de los 80.
PARTIR DE CERO
El propio Giorgio Mautino es tajante cuando afirma que los cubanos han aportado mucho en el tema metodológico. «En su país desarrollan eso como una carrera y aquí todavía estamos incipientes, por lo que ha sido crucial su desempeño», expresa.
Además de Vladimir Armenteros, Gustavo Diez también labora en el IPD, mientras otros tres metodólogos cumplen importantes funciones en la Villa Deportiva Nacional, donde se lleva minuciosamente buena parte del proceso organizativo de cara a Lima 2019.
Victorino Balladares Piloto, Alejandro Mosqueda Caussa y Alfredo Cabrera Miranda, todos con experiencia internacional en anteriores colaboraciones, dividen su contenido de trabajo en agrupaciones deportivas, en aras de ofrecer un seguimiento más profundo de cada disciplina.
Balladares atiende deportes con pelota y juego, Mosqueda los de tiempo y marca, y Cabrera los de apreciación y arte competitivo. «Hemos hecho un estudio de las pruebas con más posibilidades de medallas para Perú en el 2019 y ya tenemos un universo de 13 deportes estratégicos y 115 atletas que deben dar los lauros al país en los Panamericanos», revela Victorino.
Dicha tarea está enfocada en lograr la mejor actuación histórica de la nación andina, escenificada en Toronto 2015, cuando alcanzaron tres coronas y 12 preseas (lugar 13). Tras esos Juegos, se ubican en el puesto 18 en el medallero de los Panamericanos desde 1951, con solo ocho títulos y acumulado de 110 pergaminos.
Pero el camino para fomentar una estrategia metodológica no fue tan sencillo desde que estos cubanos llegaron a Lima en el 2016. «Al principio fue complicado porque no había conocimiento del tema, pero a partir de que han visto cómo se ha desarrollado el trabajo y los aportes, ya muchos de los presidentes de las federaciones se acercan pidiendo orientación y análisis del escenario internacional, herramientas que les permitan tener un mejor resultado», dice Balladares.
Al respecto, Mosqueda abunda que no tenían un sistema de trabajo implementado como en Cuba, desde la base hasta el alto rendimiento. «No hay el mismo seguimiento a los atletas, aunque ya hoy se puede hablar de estrategia», puntualiza el santiaguero.
Es muy cierto que ellos están sentando bases para los propios peruanos que se forman en la vertiente metodológica, esos que en el futuro tendrán que desarrollar la misma labor de Balladares y compañía.
«Este conocimiento y experiencia les va a quedar de por vida. Nosotros estamos ahora, pero en el futuro vendrán otros o los propios peruanos tendrán que hacerse cargo. Afortunadamente, ya hoy podemos decir que hay un salto de calidad en el aprendizaje», asegura Victorino.
Por su parte, Vladimir Armenteros considera que dejar un sistema sostenible en el tiempo, con bases sólidas de cara al futuro, será muy importante para la nación sudamericana, y además, los cubanos deben interiorizar muy bien los conocimientos adquiridos, porque pueden después transmitir las experiencias en la Isla a otras personas que más adelante se enfrenten a un reto similar.
PASOS DE EXPANSIÓN
El trabajo de los metodólogos es uno de los principales orgullos del grupo de 17 cooperantes cubanos del deporte presentes en Perú, los cuales han desarrollado un quehacer muy profesional a favor del avance del país andino en el mundo del músculo.
«Se respira un aire de compromiso y respeto entre todo el equipo, hay profesionalidad y vamos con todo para tratar que este país, con poca tradición en algunos deportes, crezca en el futuro», asegura a Granma Heriberto Suárez, jefe de la misión deportiva, quien resalta el hecho de que pueda expandirse en el futuro la colaboración cubana.
«Está previsto que se incorporen entrenadores de ciclismo, polo acuático, natación y esgrima, con lo cual elevaríamos a 12 las disciplinas con algún especialista cubano. Además, hay propuestas sobre la mesa para impulsar proyectos sociales en el Amazonas, así como en Arequipa, región desde donde han manifestado interés por contratar atletas y preparadores. En ambos casos hablamos de convenios en fase de negociación y aprobación», sentenció Suárez.
Más allá, desde el pasado año la Federación de Fútbol peruana envía muestras para controles antidopaje al laboratorio de La Habana, variante que puede crecer con análisis de otros deportes.
LIMA 2019 EN EL HORIZONTE
Para Heriberto Suárez es crucial que los colaboradores cubanos tengan un impacto directo en los resultados peruanos en los Juegos Panamericanos de Lima 2019, aspecto en el que coincide con el criterio de Giorgio Mautino, asesor de la presidencia del IPD.
«Cuando llegaron los primeros cubanos por el convenio con Cubadeportes, y a lo largo de estos cinco años de contrato, nos hemos percatado de que han hecho mucha labor administrativa, y ahora estamos cambiando, porque queremos que hagan más trabajo de campo», precisa Giorgio a nuestro diario.
«La idea es que estén al pie del cañón y chequeen si los planes se están cumpliendo. Las federaciones deben sentir a estas personas encima de ellos, no a modo de jefes, sino como gente con la misión de cooperar y sumar esfuerzos en aras de que los planes presentados conduzcan a un éxito final», añade.
Por supuesto, dicha intención está directamente vinculada al mayúsculo reto del deporte peruano en el 2019. «Sin descuidar todo lo que significa el desarrollo de todas las categorías deportivas, nuestra mirada se dirige a los Panamericanos. Queremos verlo como un punto culminante, aunque no como el final de la vida deportiva en el país, sino su despegue», destacó Mautino.
«En los Juegos tenemos la responsabilidad de lograr un buen resultado, porque es el evento más importante del país.
Somos conscientes de que en muchas disciplinas no conseguiremos buenos resultados, porque dos años no cambian la historia del deporte, pero queremos hacer un papel decoroso. La idea es no ser meros participantes, sino competidores», afirma Giorgio, quien no esconde la importancia de que los colaboradores cubanos cubran todo el camino hasta el 2019.
«La permanencia de los entrenadores más allá de diciembre de este año depende de las evaluaciones de las federaciones, pero me agradaría que continúen. Cortar un proceso a la mitad no es saludable para el proyecto y esperamos incluso una inyección de seis nuevos elementos en junio. Realmente necesitamos que los trámites se agilicen, porque hay mucho trabajo en las sombras por hacer que después se reconocerá por todo el mundo».